Por Cindy McGill
Repentinamente, las cosas cambiarán a nuestro
favor
En este tiempo
estamos entrando en un proceso de preparación, no es inusual sentirse “confundido,
ansioso, extraviado, sin dirección y a veces temeroso”, porque no
podemos ver mucho hacia adelante para hacer planes para el futuro. A veces
podemos sentir como si Dios se hubiera tomado vacaciones y apagó su teléfono,
pero definitivamente no es el caso. Es una oportunidad para fortalecerse en el
Señor y alentarse (ver Efesios 6:10).
Este es el tiempo que
tenemos para “afirmarnos”
en las Palabras y las promesas del Señor, incluso las que recibimos años atrás.
Es una
prueba de fe. Para poder crecer
en fe, con frecuencia nos vemos en situaciones que nos demandan vivir por fe. Nunca
nos equivocaremos fortaleciendo nuestra vida de fe, porque sin fe es imposible
agradar a Dios. Este tipo de ejercicio producirá en nosotros la fortaleza que
es esencial para los días que vienen.
Esperamos lo imposible
Nada es demasiado difícil para el Señor y nos está enseñando a caminar en
el poder y la sabiduría sobrenatural. Recibimos la medida de fe del Espíritu
Santo que nos guía hacia toda verdad. Es un compás sobrenatural que nos dirige
y nos guía cuando no tenemos visión natural para ver hacia adelante.
Literalmente, todo lo
que hacemos es por fe. Cambiar las circunstancias es responsabilidad del Señor
y no nuestra. Él nos prometió completar la obra que comenzó en nosotros. Para
cumplir su plan y su futuro para nuestras vidas abrirá puertas cerradas, nos llenará
de su conocimiento y su voluntad por el Espíritu. Entonces fructificaremos en
todo lo que hagamos, creciendo en el conocimiento de Dios (ver Colosenses
1:9-12).
No reaccionar precipitadamente
La reacción más común
que tendemos a manifestar durante tiempo como estos es lo que llamo “reacciones
precipitadas”. Estas decisiones
apresuradas para hacer que “algo ocurra” cuando sentimos que no pasa
nada. Cuando permitimos que nuestras circunstancias se monten sobre nuestra
vida espiritual, es como la kriptonita para Superman. Nos vemos perdiendo
perspectiva y se instalará la desesperanza, drenando nuestras fuerzas.
Aquí es donde nos
debemos proponer fortalecernos en el Señor y en el poder de su fuerza. Las
cosas pueden voltearse y lo harán por completo en un momento. Dios siempre hará
que todas las cosas operen para nuestro bien. Este no es el final. Para evitar
las reacciones precipitadas en estas circunstancias, debemos aprender a actuar
y no reaccionar.
Acordando con el Cielo
Acuerdo implica activación.
Al ponernos de acuerdo con algo, lo fortalecemos y lo activamos, sea por temor
o por fe. Nuestras palabras tienen el poder para crear vida o muerte. Cuando
hacemos un esfuerzo concertado para ponernos de acuerdo con el Cielo,
debilitamos y desarmamos las asignaciones del enemigo. Debemos acordar con el
Cielo y con el plan de Dios, no con la perspectiva del mundo. Necesitamos
cuidar nuestro corazón de entrar en acuerdo con las circunstancias abrumadoras.
“Literalmente, todo lo que hacemos es por fe”
Espere que Dios se
mueva a su favor porque dijo que lo haría. Los caminos de Dios siempre son más
elevados que los de este mundo. Ponernos de acuerdo con su propósito, su plan y
la expansión de su Reino “provocarán la acción”.
Ocurren aperturas sobrenaturales, la esperanza llena los corazones
desalentados con gozo y desaparecerán las circunstancias abrumadoras, mientras
Dios despliega milagros en las vidas de sus hijos.
Repentinamente, las cosas cambiarán a nuestro favor. Esta es nuestra vida
ahora. Dios nos impartió su autoridad sobre todo poder de las tinieblas a
través de Jesús.
Asuma su posición y tome su lugar
Aprenda su identidad,
su propósito, su lugar y cambie el mundo para bien. Debe asociarse con el
Cielo. Proverbios
3:5-6
dice: “Confía en el Señor de todo corazón, y
no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará
tus sendas”. Dios está impulsando
su Reino en esta tierra a través de su pueblo que actuará en su Palabra y se
moverá por sus órdenes. Está buscando activamente a la gente a través de las
cuales pueda mostrarse fuerte (ver 2 Crónicas 16:9).
No podemos permitirnos vivir nuestras vidas en temor cuando Dios envió su
ejército de fuerzas angelicales para ayudarnos, protegernos y asistirnos en la
obra que nos encomendó realizar. No es tiempo para sentarnos y preocuparnos.
Necesitamos ser fuertes en el Señor y en el poder de su fuerza. Aquellos que
conocen a su Dios se fortalecerán y actuarán (ver Daniel
11:32).
¡Júntense para avanzar!
Isaías 35:4 dice: “Digan a los de corazón temeroso: Sean
fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá, vendrá con venganza; con retribución
divina vendrá a salvarlos”.
¡Es tiempo de
cosecha, apertura y avance hacia los lugares altos con el Señor que está
sentado en el trono!
Cindy McGill
(www.elijahlist.com)
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