Por Doug Addison
Los próximos 50 días estarán
llenos de cambios. Entre este tiempo y el final de Rosh Hashanah (Septiembre
21–22), el Año Nuevo Judío, Dios estará alineando nuestras vidas para lo que
viene el próximo año. Veremos situaciones y
circunstancias que cambiarán repentinamente de maneras inusuales e inesperadas.
La atmósfera espiritual está cambiando y lo que una vez fue muy difícil,
ahora será más fácil. Pude oír al Señor que decía: “Las cosas que parecen una pérdida, serán tu ganancia.
Asegúrate de esperar y estar atento mientras se comienzan a abrir las puertas
de nuevas oportunidades para tu vida”.
Colosenses 4:2 dice: “Dedíquense a la oración:
perseveren en ella con agradecimiento”.
“Necesitamos ser muy
cuidadosos de no hablar palabras abortivas sobre nosotros u otros. Necesitamos
hablar palabras fructífieras y tener pensamientos fructíferos”
Concretaremos en poco
tiempo las cosas que a otras personas les demandarían una vida para poder
alcanzarlas. Dios comenzará a moverse radicalmente en nuestra vida en los
próximos meses. Debemos mantenernos enfocados, atentos y en oración.
Prepárese
para ser alargado
Las cosas saldrán a
la superficie para alargarnos y poder entrar en el nuevo tiempo que está a la
mano. Dios está haciendo cosas más allá de nuestra zona de comodidad, para que
podamos extender nuestro entendimiento. Ahora mismo estamos siendo desafiados
para movernos hacia nuevos niveles de entendimiento. Se está soltando una nueva ola de revelación que nos
ayudará a progresar en una mayor efectividad. Esto demandará
que dejemos a un lado algunas de nuestras creencias y acciones que ya no son
relevantes para el día de hoy.
Isaías 54:2 dice: “Ensancha el
espacio de tu carpa, y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites!
Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas”.
Las
pruebas producirán avances
Será importante no resistir o escaparse de las pruebas y los conflictos que
vienen. Las pruebas no son malas y Dios las usará para prepararnos para avances
y promociones que ocurrirán durante los próximos meses.
Santiago 1:2-4 dice: “Hermanos míos,
considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas,
pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe
llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les
falte nada”.
Estamos en un tiempo cuando el fuego del Señor viene para probar nuestras
obras
1 Corintios 3:13-14 dice: “… su obra se
mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego
la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. Si lo
que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa…”.
Palabras de vida necesarias
Viene un nuevo poder y autoridad sobre nuestras palabras. Necesitaremos ser
cuidadosos con lo que decimos, porque nuestras palabras pueden dar vida espiritual
o muerte. Las palabras pueden edificar o derribar, especialmente en el tiempo
que estamos entrando ahora.
Mateo 21:19-21 dice: “Al ver una higuera
junto al camino, se acercó a ella, pero no encontró nada más que hojas. ‘¡Nunca
más vuelvas a dar fruto!’, le dijo. Y al instante se secó la higuera. Los
discípulos se asombraron al ver esto. ‘¿Cómo es que se secó la higuera tan
pronto?’, preguntaron ellos. ‘Les aseguro que si tienen fe y no dudan’ les
respondió Jesús, ‘no sólo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán
decirle a este monte: ¡Quítate de ahí y tírate al mar!, y así se hará’”.
“Lograremos en poco tiempo
las cosas que a otros les demandó toda una vida”
Jesús dijo que
nuestras palabras pueden arrancar obstáculos o abortar las cosas. Es
interesante que el Señor dijo: “¡Nunca más volverás a tener fruto!”. Nosotros también podemos hacer lo mismo que hizo
Él con la higuera. Necesitamos ser muy cuidadosos para no hablar palabras
abortivas sobre nosotros mismos u otros. Necesitamos hablar palabras
que den fruto y tener pensamientos fructíferos. Cuando hablamos palabras negativas, pueden derribar nuestra vida creativa y
espiritual, y traerán esterilidad.
Dios me mostró que
esta es la condición de muchas personas hoy. Hablaron sobre sí mismos o sobre
alguien más y en consecuencia, se secaron sus frutos y sus dones espirituales.
Dios ahora nos está dando una oportunidad para revertir esto. Necesitamos
reconocer las áreas de nuestra vida que una vez florecieron pero ahora se
marchitaron. Podemos hablar sobre estas áreas en oración y declarar: “¡Fructifica y
nunca más te marchites!”.
Adquiriendo una mayor autoridad
Nuestros cuerpos son
templos del Espíritu Santo. Note que justo después que Jesús secó la higuera y
habló sobre autoridad espiritual, limpió el templo y expulsó todo lo que no era
de Dios (Mateo 21:12–13). Luego fue a sanar al ciego y al paralítico. Necesitamos limpiar nuestros templos. Podemos hacer
esto sanando nuestro corazón y arrepintiéndonos de todo lo contrario a la
Palabra de Dios. Esto nos permitirá salir de la ceguera espiritual y ser sanos
de la postración espiritual, o no seremos capaces de caminar hacia nuestro
destino.
Mateo 21:22 dice: “Si ustedes creen,
recibirán todo lo que pidan en oración”.
Mientras nos ocupamos
de estas cosas, entraremos en un lugar de mayor autoridad en oración. Los próximos 50 días serán un tiempo asombroso que nos
alineará con el destino de Dios. No debemos desalentarnos si esto no
se ajusta exactamente al calendario. Dios está lleno de gracia y podemos
pararnos en su poder para nuestras vidas en este punto.
¡Anímese y prepárese
para entrar en un nuevo tiempo!
Bendiciones,
Doug Addison
(www.elijahlist.com)
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