viernes, 4 de agosto de 2017

“¡Es tiempo de orar por herencias de tierra!”


Por Jamie Rohrbaugh

¿Le gustaría heredar tierra sin contar con el dinero para comprarla, simplemente recibiendo la tierra por el don de Dios? Si es así, ¡es tiempo para orar por herencias!

¿Qué son las herencias de tierra?
Primero, la palabra está en plural. Cuando el Padre me entregó esta palabra fue muy claro que se trataba de muchas herencias. Pero yendo un poco más lejos, son las herencias de cualquier tipo que recibimos por virtud, por línea de sangre o por relación con otra persona.

Usualmente una persona recibe una herencia cuando se produce un evento que la dispara: concretamente, la muerte del benefactor. Cuando muere el benefactor, se lee su voluntad y se ejecutan sus órdenes, repartiendo sus propiedades a la gente mencionada en su voluntad. En nuestro caso, Jesús es el Benefactor. Como Jesús murió, podemos leer su voluntad. Su muerte fue el evento disparador que hizo posible que se ejecute su voluntad. Ahora, gracias al sacrificio de la sangre de Jesús, Dios está repartiendo su propiedad entre el pueblo nombrado en esa voluntad. Conforme a la voluntad escrita de Dios, la Biblia, el pueblo nombrado en ese testamento somos usted y yo.

¿Cómo recibir nuestra heredad?
Primero necesitamos comprender que toda la tierra le pertenece a Dios y Él se la entrega a quien quiere. El Salmo 24:1 dice: “Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan…”. Pero si toda la tierra es de Dios, ¿querría dárnosla a nosotros? ¡Si! Como el Padre es el dueño de todo y siempre fue así, también seguirá siendo el dueño después de entregárnosla. Le pertenece porque es el dueño absoluto de toda la Creación. Sin embargo, su voluntad es entregarnos físicamente las tierras de su propiedad para que la habitemos mientras vivimos en la tierra. Sabemos esto porque Dios siempre le entregó tierra a su pueblo. 

Dios plantó personalmente un huerto para que lo habitaran Adán y Eva. Era de ellos para que la cuidaran. Después de eso, les entregó la tierra a Abraham y a sus descendientes. En Génesis 13:14-17, Dios le dijo a Abraham: “Abram, levanta la vista desde el lugar donde estás, y mira hacia el norte y hacia el sur, hacia el este y hacia el oeste. Yo te daré a ti y a tu descendencia, para siempre, toda la tierra que abarca tu mirada. Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar el polvo de la tierra, también podrá contar tus descendientes. ¡Ve y recorre el país a lo largo y a lo ancho, porque a ti te lo daré!”.

“¿Qué tipo de tierra sueña tener?
Dios perpetuó ese pacto que hizo con Abraham. Lo mantuvo siempre y sigue haciéndolo, porque es un pacto eterno. Hizo eso para introducir a Abraham en esa tierra y le pertenece a sus descendientes hasta el día de hoy le sigue perteneciendo al pueblo judío. Las bendiciones que Dios le entregó a Abraham por medio del pacto que hizo con ese hombre de fe, están disponibles para nosotros hoy.

Gálatas 3:13-14 dice: “Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: Maldito todo el que es colgado de un madero. Así sucedió, para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu según la promesa”.

¿Qué dice Dios sobre entregarnos la tierra?
Veamos algunas Escrituras que nos dicen que Dios quiere darnos su tierra:
Salmo 37:29 dice: “Los justos heredarán la tierra, y por siempre vivirán en ella”.

Salmo 37:34 dice: “Pero tú, espera en el Señor, y vive según su voluntad, que él te exaltará para que heredes la tierra. Cuando los malvados sean destruidos, tú lo verás con tus propios ojos”.

Deuteronomio 6:10-12 dice: “El Señor tu Dios te hará entrar en la tierra que les juró a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. Es una tierra con ciudades grandes y prósperas que tú no edificaste, con casas llenas de toda clase de bienes que tú no acumulaste, con cisternas que no cavaste, y con viñas y olivares que no plantaste. Cuando comas de ellas y te sacies, cuídate de no olvidarte del Señor, que te sacó de Egipto, la tierra donde viviste en esclavitud”.

Deuteronomio 6:20-24 dice: “En el futuro, cuando tu hijo te pregunte: ‘¿Qué significan los mandatos, preceptos y normas que el Señor nuestro Dios les mandó?’, le responderás: En Egipto nosotros éramos esclavos del faraón, pero el Señor nos sacó de allá con gran despliegue de fuerza. Ante nuestros propios ojos, el Señor realizó grandes señales y terribles prodigios en contra de Egipto, del faraón y de toda su familia. Y nos sacó de allá para conducirnos a la tierra que a nuestros antepasados había jurado que nos daría. El Señor nuestro Dios nos mandó temerle y obedecer estos preceptos, para que siempre nos vaya bien y sigamos con vida. Y así ha sido hasta hoy”.

Deuteronomio 8:6-10 dice: “Cumple los mandamientos del Señor tu Dios; témelo y sigue sus caminos. Porque el Señor tu Dios te conduce a una tierra buena: tierra de arroyos y de fuentes de agua, con manantiales que fluyen en los valles y en las colinas; tierra de trigo y de cebada; de viñas, higueras y granados; de miel y de olivares; tierra donde no escaseará el pan y donde nada te faltará; tierra donde las rocas son de hierro y de cuyas colinas sacarás cobre. Cuando hayas comido y estés satisfecho, alabarás al Señor tu Dios por la tierra buena que te habrá dado”.

La Biblia dice con claridad que Dios quiere darnos casas, tierra, viñas y más. Solo para asegurarme que no estaba interpretando estas Escrituras de manera incorrecta, me concentré en la palabra “tierra” que se usa mucho en los pasajes anteriores. Para mi sorpresa, encontré que significa tierra, suciedad y un espacio físico actual en el planeta tierra, es tierra tangible y física. 

Amado, debemos dejar de espiritualizar todas las promesas de Dios. A veces el Señor realmente está hablando de temas físicos. Y en estas promesas, el Señor está hablando sobre tierra física. La tierra que podemos recorrer, comprar, vivir y cultivar. Tierra. ¿Qué tipo de tierra sueña tener? ¿Sueña con una tierra donde vivir? ¿Una tierra donde sus hijos se puedan divertir? ¿Una tierra que use para ministrar?

Salmo 37:4 dice: “Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón”.

Hermanos y hermanas, es tiempo de orar por la tierra de nuestra herencia. Si usted desea deleitarse en el Señor y presentar su palabra ante Él en oración, Él oirá su oración, honrará su palabra y le concederá los deseos de su corazón.

“Necesitamos comprender que toda la tierra le pertenece a Dios y se la entrega a aquellos que Él quiere”.

Hagamos esta oración por la tierra de nuestra herencia:
Padre Dios, en el Nombre de Jesús te agradezco por todas las promesas que me muestran tu deseo de entregarme tierra. Padre, gracias porque la sangre de Jesús, quien murió, resucitó y vive para siempre, compró una herencia para mí. Gracias porque tu palabra dice que si me deleito en ti, tú me concederás los deseos de mi corazón.

Padre, en el Nombre de Jesús, clamo por tu promesa. Tú dijiste que los justos heredarán la tierra. Soy la justicia de Dios en Cristo (2 Corintios 5:21), entonces te pido que me envíes a la tierra que tienes para mí. Entrégame la herencia de tierra que quieres que tenga. Entrégame la tierra perfecta en el tiempo perfecto y ayúdame a habitar en ella para siempre. Padre, gracias por mi tierra. Gracias por entregarme una fe osada para creer en lo que me quieres entregar. Yo sé que recibí mi tierra y por eso te alabo.

En el Nombre de Jesús, amén.

¿Este mensaje le habla hoy a su corazón? Si es así, ¡ore por la tierra de su herencia y no deje de orar hasta que la reciba!

Jamie Rohrbaugh

(www.elijahlist.com)

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