miércoles, 24 de enero de 2018

“Palabra del Señor para el 2018: Es el año de la recompensa del profeta”


Por Jane Hamon

En medio de una inestabilidad creciente en el escenario global, Dios tiene una palabra excitante para su pueblo, especialmente para los que abrazaron su voz profética. Creo que estamos en un tiempo de cambios radicales, donde veremos giros drásticos en nuestras vidas personales y en nuestras circunstancias, en el posicionamiento de la Iglesia en la cultura y aún en la legislación de las naciones.

Mientras oraba por el tiempo que viene para la Iglesia y lo que Dios nos está diciendo para el 2018, tuve una visión en la cual observé y oí las palabras: “Un tiempo para la recompensa del profeta”. Jesús habló acerca de esto en Mateo 10:40-41: “Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me envió. Cualquiera que recibe a un profeta por tratarse de un profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo por tratarse de un justo, recibirá recompensa de justo”. La palabra “recibir” significa “atrapar, aceptar, recibir favorablemente, abrazar, prestar oído, hacerla propia”. Esto es lo que debemos hacer con Cristo en nuestras vidas. Recibirlo a Él es recibir al Padre. Recibir a un profeta y a los justos traerá bendición a nuestras vidas.

Luego pude ver las palabras “recompensa de profeta” escrita sobre un ariete gigante que golpeaba contra una puerta enorme que estaba cerrada. Supe que la unción de la recompensa del profeta abriría oportunidades tremendas para la extensión del Reino de Dios. Los que recibieron promesas proféticas de Dios y los que operaron y funcionaron en el ministerio profético, experimentarán uno de los tiempos de mayor honra, avance, promoción y favor, mientras se alinean, obedecen y participan activamente con todo lo que Dios dijo.

El significado del 30 y el cumplimiento profético
¿Por qué este debería ser un año para enfocarnos en recibir esta unción? Este año celebramos los 30 años desde el nacimiento del movimiento profético. Antes de 1988 solo había unos pocos lugares en el mundo que experimentaban sueños, visiones, visitaciones angelicales y revelaciones proféticas. Sin embargo, ese año en Christian International, así como en muchos otros lugares en la tierra, dimos a luz el movimiento profético. Reconocimos que Dios estaba levantando una compañía de profetas y el pueblo profético que podría comunicar el corazón, la mente y la voluntad del Padre a la Tierra. Hoy se acepta ampliamente en la Iglesia que Dios le habla a su pueblo y habla a través de su pueblo, porque si oímos su voz podemos cambiar nuestro mundo.

“La doble porción de la unción y la recompensa del profeta son sinónimos. Es tiempo de recibir este manto fresco sobre nuestra vida, nuestra familia, nuestro ministerio y nuestros negocios”

El número 30 significa una promoción hacia una nueva temporada de éxito. Este es un nuevo tiempo de autoridad y bendición para el ministerio profético y para ver el cumplimiento de la palabra profetizada. ¡Es el lanzamiento de una temporada! Jesús fue lanzando hacia su ministerio terrenal a la edad de 30 años, acompañado por señales, milagros, maravillas, autoridad, poder sobre los demonios y un corazón para demostrar que el Reino de Dios había llegado. El 30 era un número muy importante en la cultura judía. Era considerado el año de la madurez para el liderazgo. Los sacerdotes eran dedicados al servicio a la edad de 30 años (intercesión). Los hombres eran elegibles para el servicio militar a la edad de 30 (guerra). Ezequiel fue llamado como profeta a la edad de 30 (profético). Los hombres fueron considerados a la edad de 30 para involucrarse en los negocios de sus padres (mercado). Este año prepárese para recibir un manto para operar en un nuevo nivel de autoridad en su área de llamado profético.

El 30 también era un año ligado al cumplimiento del destino profético, a la victoria y al gobierno. A la edad de 30 José salió de la prisión y vio realizado su sueño profético, cuando se convirtió en el gobernador de Egipto. David salió de la cueva y vio el cumplimiento de la profecía mientras era ungido Rey de Judá en Hebrón, a la edad de 30 años. Jesús tenía 30 años cuando fue bautizado y el Espíritu Santo vino sobre Él para ungirlo y así cumplir su destino profetizado. Todas las dificultades que atravesaron estos hombres mientras eran guiados hacia su tiempo de éxito, valieron la pena para ver el cumplimiento de todas las promesas de Dios.

La recompensa del profeta nos lanza hacia tiempos similares de cumplimiento, cuando todo aquello con lo que peleamos llega a un tiempo señalado de gracia y cumplimiento, para que podamos afirmarnos en nuestro tiempo de gobierno y legislar para el Reino de Dios en la Tierra. El 30 también significa prosperidad y posteridad. En el libro de Jueces vemos que uno de los jueces llamado Jair tenía 30 hijos. Les entregó a cada uno un caballo y una ciudad (Jueces 10:4).

Como puede ver, en el año de este 30 aniversario del ministerio profético, todo lo que ocurrió antes, en realidad solo fue una preparación para lo que viene más adelante. Donde antes lo profético se recibía con escepticismo y resistencia, ahora hay honra y excitación por oír la Palabra del Señor. La voz de Dios se está integrando en la Iglesia y está entrando en el mundo de los negocios. Incluso los oficiales del gobierno local y nacional anhelan oír respuestas del corazón de Dios para tener la capacidad de llevar a sus ciudades o incluso a sus naciones hacia la apertura de la recompensa del profeta.

Una de las cosas nuevas que debemos atender es cómo se cruzan efectivamente los profetas y el ministerio profético con el cauce principal de la cultura, no solo con la corriente de la Iglesia. Los líderes seculares se abrirán cada vez más a oír lo que Dios está diciendo, incluso aquellos que no lo conocen.

¡El Señor está diciendo que es tiempo para recibir la recompensa del profeta! Si usted formó parte de lo que Dios estuvo haciendo durante los últimos 30 años o si recién comenzó en el movimiento, su recompensa será la misma. Durante estos 30 años de ministerio profético debemos esperar una mayor unción para el cumplimiento del destino profético, bendiciones de prosperidad sobre nosotros y nuestras familias, una mayor revelación y milagros, señales y maravillas mayores que nunca antes.

¿Qué es la recompensa del profeta?
Existen muchos ejemplos de gente siendo bendecida, recompensada y promocionada porque recibieron a un profeta o un mensaje profético. En todos estos ejemplos, encontramos que recibir a un profeta o una palabra profética, no fue una respuesta pasiva de oír una palabra y anhelar que algo pudiera ocurrir. Requirió un alineamiento activo, una actitud expectante y una acción correspondienteLa recompensa del profeta desata un cumplimiento rápido de las cosas que Dios prometió. En la mayoría de las instancias que presento a continuación, la profecía se cumplió casi de manera instantánea, sin mediar retrasos. La recompensa del profeta trae una aceleración en el proceso de cumplimiento divino.

1) ¡El milagro que necesita no se puede comprar con dinero!
¡Los profetas desatan los milagros! La historia de la mujer sunamita es uno de los mejores ejemplos sobre recibir la recompensa del profeta. En 2 Reyes 4 encontramos a esta mujer próspera que no tenía hijos. Ella no solo recibió al profeta, construyó una habitación extra en su casa para hospedarlo. Cada uno de nosotros necesita ser desafiado a edificar una habitación en nuestra vida y en nuestro corazón, para que pueda habitar la Palabra de Dios. En lugar de recibir ocasionalmente “una palabra”, debemos ser una habitación para la voz de Dios. Parecía que esta mujer no necesitaba nada. Solo quería la unción en su casa, porque sabía que desataría una bendición. Pero el siervo del profeta descubrió que no tenía un heredero, no tenía un legado.

El profeta le dijo que al año siguiente cargaría un hijo. Estaba tan quebrantada por los años de esterilidad que su reacción inicial no fue necesariamente de fe, sino: “¡No te burles de mí, profeta!”. Sin embargo, el próximo año tuvo un hijo. Bendijo al profeta honrando su don, hizo lugar para la unción profética en su vida y recibió un milagro que necesitaba, ¡algo que no se podía comprar con dinero!

Una de las cosas más hermosas sobre la recompensa del profeta es que no se refiere a una bendición puntual, se mantiene para perpetuar la unción a través de los años. Cuando el niño creció, estaba trabajando en el campo y repentinamente se tomó la cabeza y cayó muerto. La sunamita se movió sobre la unción de la recompensa del profeta y corrió para pedirle al profeta que resucitara a su hijo. Recuperó a su heredero y fue restaurado el legado que el enemigo intentó robarle. 

Este tema continuó más adelante en 2 Reyes 8, cuando Eliseo le dijo que se fuera del país durante una hambruna. ¡Obedeció la Palabra del Señor y aparentemente perdió todo! Se fue por siete años y luego retornó para apelar ante el rey que le devolviera su casa y sus tierras. (Debemos aprender a perseverar en intercesión e ir ante el Rey con nuestro reclamo al Cielo por nuestra casa y nuestra tierra).

El rey estaba oyendo la historia sobre cómo Eliseo resucitó al niño, cuando su siervo dijo: “¡Miren, aquí está la mujer y su hijo!”. La recompensa del profeta la ubicó con la unción para el favor en el lugar correcto y en el momento justo. ¡Conexiones divinas! El rey no solo le devolvió la tierra, sino todo lo que produjo durante los siete años si ella la hubiera administrado. La recompensa del profeta traerá la restauración de todo lo perdido o robado. Es una bendición que se mantiene dando y en el tiempo de la recompensa del profeta, Dios se asegurará que estamos en el lugar correcto y en el tiempo exacto para recibir nuestro milagro y desatar su influencia para el Reino de Dios.

Dios no solo bendecirá a los que hicieron una habitación en sus vidas para la voz del Señor, llegó el tiempo para ver las bendiciones descendiendo sobre las congregaciones que hicieron espacio para lo profético dentro de su estructura ministerial. ¿Hizo espacio para que la voz de Dios se mueva y así ministrar a los que congrega? Entonces verá la bendición de la sunamita por la recompensa del profeta sobre su congregación y como resultado, tendrá crecimiento y aumento. ¿Cuál es el milagro por el cual está creyendo y que el dinero no puede comprar?

2) La recompensa de provisión
Los profetas desatan provisión. En 1 Reyes 17, el profeta Elías tuvo una palabra de Dios y fue hacia donde estaba una viuda en Sarepta para alimentarse durante una hambruna. Cuando llegó a esa ciudad encontró a la mujer juntando leña junto a la puerta de la ciudad, preparándose para cocinar la última comida con su hijo y luego dejarse morir de hambre. El profeta le pidió pan y la mujer le dijo que solo le quedaba un poco de harina y aceite. Entonces le dijo que le reparara primero una pequeña torta a él, porque sabía que Dios lo había enviado a la casa de esa viuda. Elías le prometió que si hacía esto, el recipiente de harina no se iba a vaciar y el aceite no dejaría de fluir.

La viuda recibió al profeta y lo alimentó porque era un profeta. Entonces ella y su casa comieron durante meses hasta que se terminó la hambruna. El profeta fue bendecido con comida, pero la mujer recibió la recompensa del profeta que persistió durante meses o aún años, proveyendo sin límites. Es tiempo de ver la recompensa del profeta para que se manifieste la provisión ilimitada, no solo para sobrevivir, sino para impulsar las iniciativas de Reino que Dios le asignó.

3) Recompensa de posteridad
Los profetas traerán continuidad generacional. En las dos historias anteriores el profeta vino y resucitó a los hijos. ¡Dios se ocupa de nuestras generaciones! Asimismo, la recompensa del profeta se puede ver en 2 Reyes 4. Un profeta había muerto y dejó a su esposa endeudada, hasta el punto que sus hijos iban a ser vendidos como esclavos. Eliseo le dijo a la mujer que tomara un poco de aceite de su casa y llenara la mayor cantidad de vasijas que pudieran conseguir. Su obediencia a la palabra resultó en una recompensa de profetas que multiplicó el aceite de manera sobrenatural y esto le permitió pagar sus deudas y liberar a sus hijos.

Ella trabajó con la palabra del Señor a través del profeta para ver a sus generaciones libres y bendecidas. Nosotros también vemos la recompensa del profeta y la sinergia generacional entre los ministerios de Elías y Eliseo. Elías le profetizó a Eliseo y este respondió con todo su corazón, siguiendo a Elías hasta que recibió la doble porción de la bendición. La unción de la doble porción y la recompensa del profeta son sinónimos. Es tiempo de recibir este manto fresco en nuestra vida, nuestra familia, nuestro ministerio y nuestros negocios.

4) La recompensa de los nuevos comienzos
Los profetas declaran las cosas nuevas y producen transformación. Isaías 42:9 dice: “Las cosas pasadas se han cumplido, y ahora anuncio cosas nuevas; ¡las anuncio antes que sucedan!”. La función profética es declarar lo que Dios está haciendo, antes que ocurra. Isaías 43:19 dice: “¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados”. Este año estará lleno de cosas nuevas, en la medida que la reforma alinea al pueblo de Dios para que tengan la disposición de corazón y la función apropiada, para que la Iglesia pueda prosperar como quiere Cristo.

Este año es el 2018 según el calendario romano, pero según el calendario hebreo es el año 5778. Ambos años terminan en el número 8 que significa nuevos comienzos, reforma y vida de resurrección. Jesús resucitó al tercer día de la semana, el octavo día. Josías, un reformador, comenzó a reinar a la edad de 8 años, dando a luz una nueva era en medio de predecesores idólatras. También comenzó a buscar al Señor por sí mismo en el octavo año de su reinado y decidió purgar a Israel de los altares de Baal. Asimismo, Salomón comenzó a purgar los ídolos de Israel en el octavo año de su reinado. El ocho de la reforma siempre nos llevará hacia la senda correcta y a vivir en justicia.

“Los que recibieron promesas proféticas de Dios y los que operan y funcionan en el ministerio profético, experimentarán una de las estaciones de mayor honra, avance, promoción y favor, en la medida que nos alineamos, obedecemos y participamos activamente con todo lo que dijo Dios”

Como mencioné el número 8, también debo mencionar aquí el significado bíblico del número 18 que es “bendición y larga vida”. En la cultura hebrea, el número 18 es muy significativo. La palabra “charis” significa vida y su valor numérico es 18. ¡Aquí es donde los judíos sacaron el dicho “Él… esa vida”! El dieciocho también significa un tiempo de salir de la esclavitud. Israel estuvo dos veces en esclavitud durante 18 años cuando Dios los liberó. Esto no significa esclavitud, sino libertad de la esclavitud. En Lucas 13, Jesús sanó a una mujer que estuvo enferma durante 18 años diciendo: “Mujer, ¡eres libre!”. Finalmente, el número 18 está ligado a los jueces. Hubo 18 jueces desde el tiempo de Josué hasta que Saúl fue rey. El primer juez, Josué, gobernó durante 18 años. Creo que este es el tiempo para ver un nuevo comienzo en las cortes de nuestra tierra con un retorno hacia el gobierno justo.

5) ¡La recompensa de la apertura!
¡Los profetas traen apertura! David era el octavo hijo de Isaí y abrió una nueva era para Israel. David fue un profeta que guio a Israel en batallas de victoria contra los Filisteos. Recibió la profecía sobre su reinado de parte de Samuel. Creyó, la recibió y luego actuó afirmándose para enfrentar a Goliat. ¡Este año veremos la caída de los Goliat! Los sistemas Goliat. La intimidación de Goliat. La imposibilidad de Goliat. La recompensa de los profetas desata visión, coraje y una ventaja profética que fue impartida por Samuel y ejecutada por David. Esta unción derribó a Goliat.

La recompensa del profeta desata la habilidad para hacer cosas que fueron imposibles hasta ese momento. Es una unción de rompimiento que derribará a los enemigos espirituales. ¡Este año será récord en aperturas! Explotarán cosas que nunca se hicieron antes. ¡Las cosas que estuvieron estancadas o paralizadas en años anteriores, se activarán por la Palabra del Señor!

6) La recompensa de la oportunidad y el favor
Los profetas desatan el favor y abren puertas de oportunidad. El profeta Moisés se afirmó ante el trono del faraón de Egipto y dijo: “Deja a mi pueblo ir”. Luego Dios desató favor en las cortes de Egipto. En el alfabeto hebreo, el número ocho se dibuja como la imagen de una puerta. ¿Recuerda mi visión sobre el ariete con las palabras “recompensa de profeta” que golpeaba la puerta?

Las puertas siempre son lugares de gobierno y autoridad. Los reyes emitían decretos desde las puertas de las ciudades. Los profetas profetizaban desde las puertas. Jesús resucitó de los muertos en la puerta. Los apóstoles sanaron al paralítico en la puerta. Jesús se identificó a sí mismo como la Puerta. En Apocalipsis 3, dijo que Él tiene la llave de David y lo que abre no lo puede cerrar ningún hombre y lo que cierra no lo puede abrir ningún hombre. ¡Espere que se abran puertas de favor y acceso que estuvieron cerradas en el pasado, para introducirlo en su futuro!

1 Corintios 16:9 dice: “… porque se me ha presentado una gran oportunidad para un trabajo eficaz, a pesar de que hay muchos en mi contra”. Mientras abrazamos las palabras proféticas de Dios en este tiempo, veremos tiempos de puertas abiertas sin precedentes, pero también tendremos que pelear contra algunos adversarios. Tome coraje y no tema. Oí que el Señor decía: “¡Tu oposición se transformará en tu oportunidad!”.  

Cuando David enfrentó a Goliat y lo derrotó, se conectó con su promoción, casándose con la hija del rey y mudándose hacia el palacio. La oposición se transformó en su oportunidad. Asimismo, sus adversarios están ahí para darle ventaja. ¡Sus pruebas y problemas serán su triunfo! Sentí que este año estaría caracterizado por Puertas, Goliats y Gloria. ¡Atraviese las puertas, derrote a sus Goliats y luego afírmese en la gloria!

Con las oportunidades sobrenaturales, Dios nos está pidiendo que gastemos nuestro favor. La fe es la moneda el Cielo. Todo lo que deseamos recibir de Dios demanda nuestra fe. Por otro lado, el favor es nuestra moneda para nuestros tratos en la Tierra. Debemos comprender que en realidad podemos tener el favor, sin saber cómo usarlo. Así como alguien puede tener dinero sin saber cómo gastarlo, también podemos tener favor sin usarlo o usarlo de la manera incorrecta. El favor abre puertas para el Reino y los proyectos del Reino. El favor nos asegura que estamos en el lugar correcto y el tiempo justo para los resultados del Reino. El favor es un aspecto más de la recompensa del profeta y parte de la bendición que Dios le entrega a quienes reciben a los profetas y al ministerio profético.

7) La recompensa del Cielo peleando por usted
Los profetas desatan los ejércitos de ángeles en el Cielo. Vemos varias veces en las Escrituras que cuando un profeta entregaba una palabra profética y cuando el pueblo de Dios se posicionaba activamente en acuerdo con esa profecía, el Cielo intervenía de manera sobrenatural en la batalla. En Jueces 4-5, Débora entregó una palabra profética sobre la esclavitud severa de Israel bajo los cananeos. El pueblo y los generales respondieron moviéndose hacia el lugar indicado proféticamente junto al río Cisón. La palabra Cisón significa: “montar una trampa o establecer un lazo para el enemigo”. Esto es exactamente lo que ocurre como parte de la recompensa del profeta. Cuando el enemigo se dispuso para la batalla, Dios provocó una lluvia torrencial y los cielos pelearon a favor de Israel, inundando las riveras y arrastrando al enemigo. 

En otra batalla en 2 Crónicas 20, Josafat, un gran reformador y un rey justo, estaba rodeado por el enemigo. Llamó a la gente a un ayuno y buscó al Señor. Durante ese tiempo el profeta Jahaziel profetizó que no necesitarían pelear en la batalla, porque la batalla era del Señor. Como respuesta a esta palabra profética, Josafat envió adoradores delante del ejército cantando: “Glorificad al Señor, porque su misericordia es para siempre”.

Como sabemos, una vez que el ejército alcanzó al enemigo, descubrieron que muchos se habían retirado y otros se mataron entre sí. El Cielo se involucró y peleó por ellos. Una vez más, en Josué 10 vemos una batalla épica donde Josué peleó contra una alianza de reyes cananeos, cuando Dios le habló proféticamente. Josué 10:8 dice: “Y el Señor le dijo a Josué: No tiembles ante ellos, pues yo te los entrego; ninguno de ellos podrá resistirte”. Josué estaba exhausto pero confrontó al enemigo como le ordenó Dios. Él mismo peleó en lugar de Josué e Israel, y juntos barrieron al enemigo. ¡En realidad, quedó registrado que Dios mató más enemigos que Josué!
Parte de nuestra recompensa de profetas es que Dios hará que sus ángeles peleen por nosotros. Hebreos 1:14 dice que Dios envía a sus ángeles para asistir a los herederos de la salvación. En el libro de Hechos vemos muchas veces cuando los ángeles intervinieron para liberar a uno de los apóstoles y posicionarlos para impulsar el Evangelio del Reino. Esta es parte de nuestra recompensa por recibir la voz profética de Dios. Oh Dios, ¡envía a tus poderosos! Puede esperar la ayuda angelical en sus batallas durante el 2018.

8) La recompensa de una nación transformada
Los profetas cambian ciudades y naciones. Jeremías fue enviado como profeta a las naciones para desarraigar, derribar, destruir, edificar y plantar. La unción profética tiene la habilidad para cambiar una atmósfera sobre un territorio que puede resultar en cambios en el gobierno, los negocios, la economía e incluso el territorio queda liberado para un avivamiento. Podemos ver esto demostrado en 2 Reyes 2, luego que Eliseo recibió de Elías el manto con la doble porción. Lo primero que hizo fue ir hacia Jericó y quebró la maldición de la muerte y la esterilidad en la ciudad. La ciudad cambió para siempre por la palabra del profeta. La ciudad que lo acogió, recibió la recompensa del profeta y cambió para siempre.

En el 2018 debemos afirmarnos proactivamente en nuestra recompensa de profetas. Necesitamos alinearnos con todo lo que Dios nos encomendó, abrazar la unción profética que Él nos está entregando y esperar la recompensa de su bendición.

Jane Hamon
(www.elijahlist.com)

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