Por Candice Smithyman
En Octubre pasado,
Dios me habló que en el mes de Febrero comenzaría a batir las puertas amplias
de oportunidades. Quería específicamente que su pueblo atravesara en Enero el
proceso de purificación y consagración. Estuve anticipando lo que iba a
ocurrir. Recibí reportes que las puertas se estaban abriendo ampliamente por
todas partes. La gente está diciendo que Dios se está moviendo mucho y están
ocurriendo cosas asombrosas.
En Josué 3:5 vemos
este mandato: “Purifíquense,
porque mañana el Señor va a realizar grandes prodigios entre ustedes”.
Muchos fueron fieles
y Dios hará cosas asombrosas. Sin embargo, creo que hay algo para considerar
mientras nos embarcamos en las oportunidades que Él está trayendo. Debemos
tener cuidado de poner primero al Señor. Dios no quiere que adoremos el
progreso, el aumento financiero o las oportunidades asombrosas. Esas cosas
vienen como resultado de la decisión divina de abrir las puertas del Cielo y
derramar su bendición sobre nosotros.
Una de las maneras
que podemos restringir nuestra carne en medio de todas las bendiciones de Dios,
es no olvidar nuestra entrega hacia Él. Dios nos bendecirá, pero no debemos
hacer ídolos de la bendición y olvidarnos por completo de Él. Debemos
permanecer en un lugar de arrepentimiento y pureza de corazón. No debemos ser
adictos al trabajo en todo lo que hacemos o rumiar tanto sobre las bendiciones
que dejemos de pasar tiempo con Él.
Una de las maneras
que podemos prevenir esto es accionar como Deuteronomio 8:16-20: “… en el
desierto te alimentó con maná, comida que jamás conocieron tus antepasados. Así
te humilló y te puso a prueba, para que al fin de cuentas te fuera bien. No se
te ocurra pensar: ‘Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis
manos’. Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para
producir esa riqueza; así ha confirmado hoy el pacto que bajo juramento hizo
con tus antepasados. Si llegas a olvidar al Señor tu Dios, y sigues a otros
dioses para adorarlos e inclinarte ante ellos, testifico hoy en contra tuya que
ciertamente serás destruido. Si no obedeces al Señor tu Dios, te sucederá lo
mismo que a las naciones que el Señor irá destruyendo a tu paso”.
Recuerde al Señor, su Dios
La palabra “recuerda”
en este pasaje, es el término hebreo “zakar”. Significa
marcar, recordar o ser reconocido como los hombres. Si queremos mantener
nuestra carne en control durante una bendición, debemos aprender a “zakar” al
Señor o marcarlo, dándole una ofrenda de primeros frutos. La gente omite con
frecuencia este principio, pero no por aquellos que probaron el éxito y vieron
cómo interviene en el enfoque de la mente. Es fácil verse atrapados en el hacer
diario de la vida, la familia y el ministerio, sumado al ritmo acelerado de la
excitación de ser usados por Dios para expandir su Reino.
Aun así, en lo
profundo del corazón de cada ministro (y todos somos ministros del Evangelio
porque fuimos llamados a ser “embajadores de Cristo” en 2 Corintios 5:20), debe
haber un deseo de correr hacia el Rey sin ser molestados, sentándonos en su
presencia para sumergirnos en su belleza. Si este no es el deseo de nuestros
corazones, algo debe andar mal.
Por favor comprenda
que estoy hablando de mis propios escarmientos con el Señor. Cuando las cosas
se mueven rápido para mí, debo entregarme como una ofrenda y hacer lo mismo con
mis finanzas, para mantener mi propio corazón bajo control. Por eso el inicio
del año es tan importante. Eso revela dónde nos apartamos y dónde comenzamos a
servir a lo que Dios nos entregó, en lugar de darle la ofrenda que realmente
quiere, nuestro corazón.
Denme sus corazones
Esta fue la lección
que el Señor les enseñó a los israelitas en el desierto. Fue como si Él dijera
(estoy parafraseando): “Puedo darte todo, pero quiero que me busques a Mí en
primer lugar. Yo sé que el corazón del hombre es engañoso y orgulloso. Si no
estás entrenado para discernir tus fallas, te apartarán de lo mejor (Yo mismo),
para irte detrás de otras cosas”.
Una de las formas que
personalmente empleo para mantener mi corazón recto, es recordar que no puedo
operar en el ministerio sin hacerlo en la sobreabundancia. Necesito estar
conectada con Él para que se derrame en toda mí alma. Ese solo se puede lograr
honrándolo a Él en primer lugar con mi sustancia. ¿Qué es la sustancia? En
hebreo significa riqueza, pero es una palabra que significa todo de usted, como
suficiente. Viene de la raíz de la una palabra que significa habilidad, poder,
riqueza, bienes, fuerza y fortaleza.
Proverbios 3:9-10 dice: “Honra al Señor con
tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. Así tus graneros se
llenarán a reventar y tus bodegas rebosarán de vino nuevo”.
Bien, como pueblo del
Señor estamos llamados a honrarlo. La palabra “honor” viene de la palabra
hebrea “kabad”
y significa glorificar o hacer pesado. ¿Por qué nos pide esto? Para que podamos
ponerlo en primer lugar en la totalidad de nuestro ser, en todo nuestro tiempo,
talentos, tesoros y testimonio. Al hacer esto lo pondremos en primer lugar en
todas nuestras acciones. Luego no pidió que incluso debemos bendecirlo con los
primeros frutos de todo el crecimiento que nos entrega, solo para que no nos
enfoquemos en esto. Si hacemos esto, Dios dice que operará en la plenitud de
nuestro espíritu, alma y cuerpo, impartiéndonos el vino nuevo o nuevas
oportunidades
Entrenando para reinar
El Señor nos está
entrenando con Él y esto no tiene que ver con mirar hacia el exterior sino al
interior en primer lugar, para darnos todo lo que necesitamos mientras
reposamos en Él y en su Persona. Esto mantendrá a todas las personas en un
estado de humildad cuando se den cuenta que deben descansar en Dios por todo,
incluso cuando caigan en las riquezas del Cielo. Siempre necesitaremos estar enfocados en Él, aún más
cuando alcancemos éxitos o victorias.
El Señor desarrolló
el sistema, entonces cuanto más nos bendiga, más lo necesitamos. Si elegimos
conectarnos más con la bendición, nos disciplinará y nos traerá de regreso
hacia lo único que es importante: su Persona.
Sí, las puertas de
oportunidad se están batiendo ampliamente en Febrero. Pero no se olvide que
esto solo significa que Dios lo está llamando a enfocarse más en Él y menos en
la oportunidad con la cual lo está bendiciendo. Aprenda a administrar bien la
bendición y recuérdelo con los primeros frutos de usted mismo y todo lo que le
entregó. Con toda seguridad es el camino verdadero para honrarlo y agradecerlo,
manteniéndose humilde en este tiempo de bendición.
Dr. Candice Smithyman
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