viernes, 10 de mayo de 2019

“¡Es tiempo, es tiempo, es tiempo! ¡No abandone!”


Por Anne Marie Molster y Amie Rogers

El Señor está llamando a la manifestación de sus Elías
Hay una historia en particular sobre Elías que estuve revisando repetidamente las últimas semanas. Son los eventos relatados en 1 Reyes 18:16-39. En este escenario leemos sobre el altar que edificó Elías. Sobre este altar se encontraba el sacrificio de un buey. Este animal estaba apoyado sobre la madera y sobre las piedras. Se había cavado una zanja alrededor del altar y luego todo fue cubierto con agua, hasta que se llenó la zanja. Fue este altar sobre el cual Elías llamó al fuego para que descendiera del Cielo y quemara todo, y así ocurrió milagrosamente.

Estamos en un momento de manifestaciones milagrosas del Cielo que requieren nuestra obediencia y, más importante, ¡nuestra valentía! Como puede ver, estar ante una multitud masiva era lo que llamo un “altar de imposibilidad”. Muchos de nosotros tenemos múltiples altares de imposibilidad en nuestras vidas; sean en nuestras finanzas, familias, relaciones, salud o trabajo. Usted puede ponerle el nombre que quiera, pero hay algo sobre esa situación que la hace aparecer como “imposible”.

Como el Señor nos está llamando a ser sus Elías, comisionándonos para pararnos valientemente ante nuestros “altares de imposibilidad”. En nuestra confianza y obediencia profundamente arraigadas, hablamos su verdad con valientía sobre esa situación y al hacerlo, establecemos el nombre de Dios en ese altar y llamamos al “posible de Dios” para que tome control de “nuestro imposible”. Declárelo, aun cuando sus pensamientos y emociones no estén alineados con la verdad. A pesar de todo, ¡grítelo! Esos pensamientos y emociones eventualmente se someterán a la verdad, ¡porque hay poder en ello!

Nuestras vidas, así como el propósito en el cual caminamos y los planes dentro de ese propósito, no son solo para nosotros. Nuestro Creador y Padre celestial es multi propósito y multifacético. ¿Cómo podríamos creer que aquello en lo que estuvimos caminando pueda ser parcial? En lugar de ello, debemos comprender que su plan es mucho mayor que el nuestro y más grande de lo que podríamos imaginar. Por esta misma razón, Dios está buscando a los que sean osados e intensos en su fe, sabiendo exactamente que lo que Él depositó en sus manos, es lo que Él cumplirá.

Muchos pierden esta marca porque creen que su osadía, sus sueños y sus visiones fuera de la caja, necesitan estar contenidas y minimizadas para considerarse aceptables, mucho menos alcanzables. Incluso podrían meterlas en una caja etiquetada como “frágil y perecederas”. Exactamente se romperán y se perderán si no se les provee la altura, la anchura y la profundidad que Dios diseñó para ellas. ¡La visión de su propósito sobre ellas necesita ser ilimitada!

Los que conocen la importancia de la tarea que les encomendaron, comprenden la naturaleza inclusiva de Dios. Estos propósitos y planes internos no son diseñados para alcanzar o tocar solo a uno, sino para multiplicarla más allá en las vidas de muchos otros, en las vidas de cada uno que vea la manifestación de la grandeza de Dios.

Debemos recordar que nuestra osadía es simplemente una manifestación de nuestra obediencia rendida. El foco no está sobre nosotros, está en Dios y en cómo trabaja a través de todas y cada una de las circunstancias, situaciones y relaciones.

No abandone
Recientemente tuve una visión sobre un juego de tira y afloja. En la visión, este juego no se desarrollaba de manera divertida o agradable. Pude verme sentada en un pozo de barro, observando el pañuelo en el medio, yendo hacia adelante y hacia atrás sobre mi cabeza. Sentí que mis pensamientos avanzaban y retrocedían como esa marca. Iban hacia adelante y hacia atrás, desde la fe a la decepción, desde la confianza hacia la preocupación y desde la paz hacia el temor.

Luego oí la voz del Señor que estalló: “¡Es tiempo para que escojas un lado y recojas esa cuerda! ¿Creerás lo que ves o creerás en mis promesas? ¡Te estoy diciendo ahora mismo que es tiempo de tomar esa cuerda y tirar con todas tus fuerzas! ¡No abandones, no abandones, no abandones! ¡Es el tiempo, es el tiempo, es el tiempo!”.

Es el tiempo para poner su rostro como el pedernal. Debe saber que usted no será ni puede ser movido, porque esas cosas que se levantan en su camino, fueron establecidas por Dios e introducidas en su vida desde el momento de la creación. Debe apoderarse de todas ellas, porque llegó demasiado lejos como para abandonar ahora. Nadie jamás retiró su tienda en medio de la batalla, ¡usted tampoco debe hacerlo!

En el mismo momento que clamó a su Padre celestial, fue enviada la respuesta. Aún no se manifestó porque la guerra establecida sobre la respuesta ha sido muy intensa. Le estoy diciendo que hay una apertura y está en su camino. ¡Este es el tiempo!

Resurrección
Estuve oyendo la palabra “resurrección” sobre muchas situaciones, sueños y relaciones, pero sobre estas cosas aparentemente antiguas y muertas, el Señor está trayendo una resurrección nueva e inusual.

El Señor me recordó la historia de Abraham y Sara (Génesis 15, 17, 21). Como Abram y Sarai, recibieron su promesa antes de recibir sus nombres nuevos. Todos hemos estado en un tiempo de preparación y espera. Nos aferramos a nuestras promesas en ese tiempo de espera, pero ahora el Señor está viniendo hacia nosotros con nuevos nombres y con nuestras promesas en sus manos.

Recordé una enseñanza que oí algunos años atrás. El pastor compartió cómo en el idioma hebreo, una letra había cambiado completamente los nombres de Abram por Abraham y el de Sarai por Sara. Esta era la letra “hei” que fue añadida a sus nombres. Esta sola letra es el nombre y el aliento de Dios. ¡Él puso su nombre en el de ellos y todo cambió! Después del cambio de nombre, viene la manifestación de la promesa.

Hay un aliento fresco de Dios soplando sobre nosotros en este tiempo en el cual nos estamos afirmando. El Señor está diciendo: “Estoy sumando mi nombre al tuyo, entregándote novedad, sanidad, renovación y una visión fresca para ver que mientras sales de esta debilidad y esta espera pasada y presente, ¡estás entrando en lo que considerabas imposible!”.

¡Habrá un despertar masivo, una conciencia que Dios responde las oraciones y se mueve de maneras milagrosas! Todo el temor del desaliento y las esperanzas postergadas se disiparán en un instante y en la manifestación de las cosas que esperamos largamente. Puedo ver transferencias de riquezas que ocurren de maneras sin precedentes. Puedo ver la restauración de relaciones que estuvieron separadas durante mucho tiempo, solo con una llamada telefónica. Puedo ver sanidades de enfermedades crónicas y un chequeo del médico que afirma: “Ya no hay evidencia de enfermedad”.

Puedo oír “descalificado para calificar”. Ese trabajo que estuvo esperando y por el cual estuvo orando, pero le negaron la oportunidad porque le faltaba algo, se lo ofrecerán repentinamente porque “es la persona correcta para el trabajo”. Todo lo imposible en su vida ahora gritará “¡todas las cosas son posibles!”. El Señor califica a todos los que parecían descalificados. El Señor sana todas las enfermedades y provee de maneras que jamás imaginamos. ¡Él se está mostrando y pronto todos verán a la Iglesia caminando en la plenitud de todo aquello para lo cual fue creada!

¡Un tiempo de “Él no lo hará”!
Juan 10:10 dice: “El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”.

Escucho a muchos declarando: “¡Él no lo hará!”. Pero sus pensamientos y emociones estuvieron más alineados con: “¿En realidad lo hará?”. También piensan si volverán a quedar en el polvo de la decepción … una vez más.

En primer lugar, nuestro Padre celestial entiende esto y no lo condena por sus luchas. Sabe que hay muchos peleando por cosas y situaciones muy difíciles sobre las cuales Él habló sus promesas. Cuando la visión de lo imposible es demasiado intensa, cercana y personal, es como si la batalla se concentrara en nuestra esperanza, nuestra fe y nuestra confianza. Recuerde, la fe y la confianza son dos cosas separadas, pero caminan juntas. Cuando andan juntas, nos ayudan a construir nuestro músculo de confianza.

Cuando nuestra fe comienza a decaer, nuestra confianza se mantiene firme y nos impulsa hacia adelante. Nuestra fe puede ser pequeña como un grano de mostaza, pero unida a nuestra confianza destruirá montañas, reventará puertas de bronce y derretirá barras de hierro (Isaías 45:2).

Nos estamos afirmando en la abundancia. El gozo abundante, las relaciones abundantes, la salud abundante, la provisión abundante y el cumplimiento abundante de los planes y los propósitos para los cuales fuimos llamados. Ya no habrá más tiempos pasados o formas pasadas. Sacúdase todo pensamiento antiguo de pobreza. ¡Usted fue llamado, escogido, es valioso y es hijo del Rey Altísimo!

Anne Marie Molster y Amie Rogers


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