“2008, ¡el año del trofeo, donde los pecadores vendrán al Reino de Dios!”
Por Bill Yount
Por Bill Yount
Romanos 5:20 dice: “Pero allí donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia…”
La palabra trofeo significa “un monumento erigido adecuadamente para conmemorar la derrota de un enemigo”. Percibo un año donde una “cosecha sin precedentes” está a un paso en el Reino de Dios. Muchos están sólo a un suspiro de clamar por el Nombre del Señor. No sólo estoy hablando de gente bella decidiendo entregar sus corazones al Señor. Percibo que grandes pecadores como terroristas, productores de pornografía, asesinos seriales y satanistas, le entregarán sus corazones por completo al Señor.
Percibo al Padre diciendo: “voy a salvar a grandes pecadores por quienes Mi pueblo perdió toda esperanza, ¡sólo para poder recibir una gran Gloria y desplegar toda Mi gracia para esta hora!”. Como un terrorista notorio para sus días, Saulo llegó a ser el gran Apóstol Pablo para su día y para los nuestros.
Dios dice: “¡Los que ni siquiera me buscaban, me encontrarán!”
Romanos 10:20 dice: “Dejé que me hallaran los que no me buscaban, me di a conocer a los que no preguntaban por mí”.
Solía cazar ciervos y otras cosas. Me levantaba temprano y me quedaba todo el día fuera hasta el crepúsculo, esperando hallar el trofeo de un ciervo u otro animal. Diligentemente rastreaba un ciervo y quería encontrarlo antes que descubriera que estaba detrás de el. Subía a los árboles para que los ciervos no pudieran olerme y así tener un buen objetivo y traerlo.
Siento que el Señor dice: “La manera como me buscaste por los grandes trofeos en lo natural, es demasiado similar a cómo intentas buscar y traer a los perdidos a Mi Reino. No está funcionando. Eres tan usado para hacerlo de la misma manera como lo eras para cazar animales. Estuviste en tu ‘santo’ árbol mirando hacia abajo, apuntando con un tiro religioso de la Escritura para atraparlos y traerlos. Escucha, ¡ellos le temen a las armas ‘espirituales’! Como no estás apuntando a sus corazones, sólo heriste a muchos con la letra de Mi palabra y ahora están aterrados hacia Mí”.
Dios dice: “¿A cuántos grandes pecadores alcanzaste últimamente?”
¿Alguna vez fue a un parque donde los ciervos están tan acostumbrados a las personas que caminan entre ellas? Recientemente el Señor me hizo unas preguntas: “Bill, ¿cuántos amigos pecadores tienes y no me conocen porque no te conocen a ti? Incluso no saben que eres como ellos, ámalos. ¡Piensan que simplemente estás detrás de ellos como un cazador listo para arrastrarlos a tu iglesia para poder agregar un número a la membresía! ¿A cuántos grandes pecadores alcanzaste últimamente? ¿Cuántos pecadores pueden llamarte amigo? No es que seas amigo de su pecado, pero si amigo de ellos”.
Lucas 15:2 dice: “Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos”. Jesús, ¡qué gran amigo para los pecadores!
Soy un gran pecador... ¡Jesús es un Gran Salvador!
Es asombroso oír las palabras del gran Apóstol Pablo cerca del final de su ministerio en 1 Timoteo 1:15: “Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero”. No dijo que era señor de los pecadores. Dijo: “yo soy el mayor”. Sabía cuán poco merecía la Gloria de Dios.
¿Notó que cuánto mayor es su intimidad con Jesús, más evidentes son sus pecados y sus limitaciones? Quizá esto sea porque el Señor nos está mostrando nuestras propias limitaciones y nuestra maldad para que podamos relacionarnos con los perdidos y tener misericordia hacia ellos. Amo las palabras del escritor de esa gran canción, “Sublime Gracia del Señor” y lo que quiso expresar. Reflejaba a través de la canción: “¡soy un gran pecador…Jesús es un gran Salvador!”
Dios dice: “¡No anules a ningún perdido! ¡Mis dones y llamados ahora se están activando en ellos!”
Hace años, mi madre llamó para decirme que mi hermanastro Clifford había sido salvo. Le dije: “¿Quieres decir Clifford?”. Para ser honesto, había perdido el interés hace algunos años en Clifford y me había olvidado de orar por él. Clifford vivía en los bares y tenía tantas esposas que no podíamos figurarnos con cuál estaba casado. Al oír que Clifford era salvo, me costó creerlo. ¿Realmente Dios salvó a Clifford sin mis oraciones? Esperé un par de semanas y llamé a mi madre para ver cómo seguía Clifford. Apenas podía creer que seguía salvo. Al final de la conversación, le pregunté a mi madre: “¿Cómo seguía Clifford?”. Mi mamá dijo: “Oh Bill, ¡Clifford está en llamas! ¡Le testificó a su primera esposa! ¡No sabemos cómo Dios va a ‘separar’ los huevos revueltos!”
La palabra trofeo significa “un monumento erigido adecuadamente para conmemorar la derrota de un enemigo”. Percibo un año donde una “cosecha sin precedentes” está a un paso en el Reino de Dios. Muchos están sólo a un suspiro de clamar por el Nombre del Señor. No sólo estoy hablando de gente bella decidiendo entregar sus corazones al Señor. Percibo que grandes pecadores como terroristas, productores de pornografía, asesinos seriales y satanistas, le entregarán sus corazones por completo al Señor.
Percibo al Padre diciendo: “voy a salvar a grandes pecadores por quienes Mi pueblo perdió toda esperanza, ¡sólo para poder recibir una gran Gloria y desplegar toda Mi gracia para esta hora!”. Como un terrorista notorio para sus días, Saulo llegó a ser el gran Apóstol Pablo para su día y para los nuestros.
Dios dice: “¡Los que ni siquiera me buscaban, me encontrarán!”
Romanos 10:20 dice: “Dejé que me hallaran los que no me buscaban, me di a conocer a los que no preguntaban por mí”.
Solía cazar ciervos y otras cosas. Me levantaba temprano y me quedaba todo el día fuera hasta el crepúsculo, esperando hallar el trofeo de un ciervo u otro animal. Diligentemente rastreaba un ciervo y quería encontrarlo antes que descubriera que estaba detrás de el. Subía a los árboles para que los ciervos no pudieran olerme y así tener un buen objetivo y traerlo.
Siento que el Señor dice: “La manera como me buscaste por los grandes trofeos en lo natural, es demasiado similar a cómo intentas buscar y traer a los perdidos a Mi Reino. No está funcionando. Eres tan usado para hacerlo de la misma manera como lo eras para cazar animales. Estuviste en tu ‘santo’ árbol mirando hacia abajo, apuntando con un tiro religioso de la Escritura para atraparlos y traerlos. Escucha, ¡ellos le temen a las armas ‘espirituales’! Como no estás apuntando a sus corazones, sólo heriste a muchos con la letra de Mi palabra y ahora están aterrados hacia Mí”.
Dios dice: “¿A cuántos grandes pecadores alcanzaste últimamente?”
¿Alguna vez fue a un parque donde los ciervos están tan acostumbrados a las personas que caminan entre ellas? Recientemente el Señor me hizo unas preguntas: “Bill, ¿cuántos amigos pecadores tienes y no me conocen porque no te conocen a ti? Incluso no saben que eres como ellos, ámalos. ¡Piensan que simplemente estás detrás de ellos como un cazador listo para arrastrarlos a tu iglesia para poder agregar un número a la membresía! ¿A cuántos grandes pecadores alcanzaste últimamente? ¿Cuántos pecadores pueden llamarte amigo? No es que seas amigo de su pecado, pero si amigo de ellos”.
Lucas 15:2 dice: “Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos”. Jesús, ¡qué gran amigo para los pecadores!
Soy un gran pecador... ¡Jesús es un Gran Salvador!
Es asombroso oír las palabras del gran Apóstol Pablo cerca del final de su ministerio en 1 Timoteo 1:15: “Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero”. No dijo que era señor de los pecadores. Dijo: “yo soy el mayor”. Sabía cuán poco merecía la Gloria de Dios.
¿Notó que cuánto mayor es su intimidad con Jesús, más evidentes son sus pecados y sus limitaciones? Quizá esto sea porque el Señor nos está mostrando nuestras propias limitaciones y nuestra maldad para que podamos relacionarnos con los perdidos y tener misericordia hacia ellos. Amo las palabras del escritor de esa gran canción, “Sublime Gracia del Señor” y lo que quiso expresar. Reflejaba a través de la canción: “¡soy un gran pecador…Jesús es un gran Salvador!”
Dios dice: “¡No anules a ningún perdido! ¡Mis dones y llamados ahora se están activando en ellos!”
Hace años, mi madre llamó para decirme que mi hermanastro Clifford había sido salvo. Le dije: “¿Quieres decir Clifford?”. Para ser honesto, había perdido el interés hace algunos años en Clifford y me había olvidado de orar por él. Clifford vivía en los bares y tenía tantas esposas que no podíamos figurarnos con cuál estaba casado. Al oír que Clifford era salvo, me costó creerlo. ¿Realmente Dios salvó a Clifford sin mis oraciones? Esperé un par de semanas y llamé a mi madre para ver cómo seguía Clifford. Apenas podía creer que seguía salvo. Al final de la conversación, le pregunté a mi madre: “¿Cómo seguía Clifford?”. Mi mamá dijo: “Oh Bill, ¡Clifford está en llamas! ¡Le testificó a su primera esposa! ¡No sabemos cómo Dios va a ‘separar’ los huevos revueltos!”
¡Este año me estoy dando cuenta que veremos entrar primero a muchos por quienes perdimos toda esperanza y harán explotar nuestras mentes! ¡Dios me mostró que no tenía que seguir orando una y otra vez por mis seres queridos que están perdidos hasta caer en depresión espiritual por ellos! Escuche, ¡comience a agradecerle a Dios porque sus seres queridos están llegando a Sus caminos! Dios oyó su clamor. Me doy cuenta que muchos necesitan dejar de orar y empezar a “agradecerle” a Dios. Ni siquiera mencione lo que hacen mal los perdidos. No los llame drogadictos, prostitutas o alcohólicos. Llámelos “¡generación escogida, real sacerdocio!”. ¡Llame a las cosas que no son como si fueran!
¡Lo desafío a ir un paso más allá y tratarlos como si ya fueran salvos! Acéptelos como pecadores, así como Dios le recibió a usted. Simplemente ámelos y sea amigo de ellos. Recuerde que no podía salvarse a sí mismo, sólo Dios pudo hacerlo. No lleve esa falsa responsabilidad de pensar que debe salvar a alguien. ¡Permita que Dios, Quien lo salvó a usted, los salve a ellos!
No hace mucho tiempo me sentía mal por algunas personas cercanas a mí que no vivían correctamente. Conocían al Señor, pero creía que estaban pecando en una cierta área. Los llamé y los cité para hablar con ellos al siguiente día. Tenía ambos cargadores llenos de la Escritura para mostrarles cómo su manera de vivir estaba equivocada y sintieran una confrontación divina. Esa noche, mientras me iba a dormir, el Señor me habló y me dijo: “Mañana, cuando hables con esas personas, ¡no quiero que les digas algo negativo en su contra o incluso mencionar lo que crees que están haciendo! Sólo quiero que les recuerdes el gran llamado en sus vidas y los grandes planes que tengo para ellos”.
Dios me despojó de mis municiones. Cuando me senté con esa persona al día siguiente, sólo hablé lo que Dios me había dicho. Cuando compartí con esta persona, recordándoles el gran llamado de Dios en su vida y animándolos en el, pude ver cómo cambiaba su semblante y se elevaba su espíritu. En primer lugar, creo que temían demasiado porque pensaban que iba a atacar su estilo de vida pecador. Entonces se asustaron con la verdad imponente donde los planes de Dios hacia ellos eran buenos y todavía estaban en agenda. ¡Él no se enfocaba en su pecado, sino en Su gracia!
Estoy aprendiendo que cuando le hablamos al espíritu de una persona, se levanta. Y cuando le hablamos a su carne, esta crece, provocando una pared gruesa entre nosotros y ellos. Creo que esto es lo que Pablo quiso decir en 2 Corintios 5:16: “Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos…”. Creo que Pablo escogía ver a las personas sólo en el espíritu, como Dios las ve. Por eso siempre espera por cualquiera. En Juan 8:15, Jesús dice: “Ustedes juzgan según criterios humanos; yo, en cambio, no juzgo a nadie”.
¡Muchos de los grandes trofeos colgados en las paredes del campamento del enemigo, regresarán este año!
¡En el Nombre de Jesús, este año se romperán grandes fortalezas, cadenas y esclavitudes, tanto sobre los perdidos como las personas de Dios que estuvieron en cautiverio y se volvieron trofeos en el campamento del enemigo! Veo al gigante de la pornografía, la lujuria, la adicción a las drogas y al alcoholismo, debilitarse y perder su influencia sobre muchos. Este será un año para “recuperar” y para que Dios empiece a restaurar los años que comieron la langosta, el saltón y el revoltón.
¡No sé cómo se puede estar viendo hoy, pero sé que soy un gran “trofeo” en el Reino de Dios! ¿Qué hay acerca de usted?
Aleluya, ¡qué Salvador!
Bill Yount
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