lunes, 31 de marzo de 2008


“Prepárese para el mover de Dios, ahora es el tiempo de decidir en qué cree”

Por Kathie Walters


Niágara Falls, avivamiento y sucesos
Amamos el pensamiento de un mover poderoso de Dios. Mientras Dios se mueve, pensamos en “almas salvadas, sanidades, milagros y demostraciones de la presencia de Dios”. En el avivamiento de las islas Hébridas, entre 1948 y 1952, la presencia de Dios literalmente tomaba a la gente y regiones completas fueron salvas. (Puede leer acerca de esto en mi libro,
Bright Shining Revival).

Dios me mostró hace varios años que Su próximo mover será como el aguacero de las Cataratas del Niágara. Estaba de pie sobre el agua y se arremolinaba alrededor de mis pies, atrayéndome hacia las Cataratas. El ruido estruendoso se acercaba cada vez más hacia mí, hasta que fui arrastrada hacia abajo. Era atemorizante en lo natural. Dios me preguntó: “¿Cómo te gustaría estar debajo de eso?”

Era agobiante ver que el poder de Dios no es algo que podemos controlar o hacer encajar en nuestras zonas de comodidad. Aunque Dios arrasará a las personas carnales si hay otros que son apartados de Él, recordemos los avivamientos del pasado: Dios dejará un lugar si las personas lo resisten continuamente. Cada avivamiento terminó en control y el Espíritu de Dios se retira cuando es resistido continuamente. Tenemos que aprender a discernir la voluntad de Dios y conocer qué tiene para nosotros. Al enemigo le gustaría llevarlo en la dirección opuesta a la voluntad de Dios. No hay tal cosa como un avivamiento que no interrumpa su vida y su estilo de vida.

¡Este año habrá muchos “de repente”! Prepárese. Manténgase en la puerta. A veces las puertas se abren y se cierran rápidamente. Cuando Dios le da una puerta “de repente”, no lo postergue. Puede cerrarse antes de poder tomar una determinación.

Cosas ocultas, encuentros inusuales y un mover del Espíritu
Aunque ocurrirán milagros, realmente se agitan muchas cosas cuando Dios se presenta. Todo tipo de cosas inactivas u ocultas saldrán a la superficie. Estuve en iglesias donde todo parecía estar bien y, generalmente hablando, las personas estaban contentas, sin enfrentar muchos desafíos. Pero cuando Dios comienza a presentarse, muchas cosas se hacen repentinamente obvias porque la luz brilla en esas cosas que el ojo natural no puede ver. Como dije, las cosas se empiezan a agitar. Las personas que parecen felices sentándose allí domingo tras domingo, de repente pasan a la ofensiva cuando ven las cosas que quizá no habían visto antes. Quizá alguien empieza a confesar sus pecados y eso puede incomodar a las personas. O quizá algunas personas empiezan a llorar, clamar y reír, incomodando también a algunas personas.

Hace años, David y yo estábamos ministrando a un grupo en el cual Dios se manifestó grandemente. Nacimos a la realidad espiritual dentro de un avivamiento y fuimos usados para ver las manifestaciones de Su presencia. Estábamos en una isla fuera de la costa sur de Inglaterra, alojándonos en un hogar cristiano y realizando reuniones en un salón que era parte de la casa. Dios se estaba moviendo y teníamos un buen tiempo. Después de una reunión un domingo por la noche, la mayoría de nosotros pasamos a la casa de huéspedes para comer algunos bocados, mientras algunos de los adolescentes se quedaron detrás en el hall. Estaban de pie en un círculo y adorando al Señor. Entre ellos estaba un muchacho adolescente que recién había sido salvo esa mañana.

Mientras bebíamos nuestro té y charlábamos en la casa, vino desde el hall un sonido como de pies corriendo. Las voces gritaban: “David, Kathie vengan rápido”. Cuando entramos, vimos a los adolescentes parados en un círculo. El joven que había sido salvo ese día estaba en el suelo, arrodillado y con su brazo derecho señalando con su dedo índice. Su brazo se movía alrededor del cuarto. Cuando su dedo señalaba a uno de los otros niños del círculo, caían al suelo y empezaban a confesar cosas como el Espíritu de Dios los guiaba. Los otros niños intentaban salir corriendo, pero sus pies estaban pegados al suelo y eran incapaces de escaparse. Nos quedamos hasta que el último cayó el suelo. El adolescente que Dios estaba usando de esta manera, después no supo realmente qué pasó.

Después regresamos a la casa y contamos lo que había pasado con algunas de las personas. Los que todavía estaban allí, bebían su té y su café, comiendo algunas galletas. De repente oímos un ruido. A mí parecía como un tren que se acercaba. La presencia de Dios que había tomado el vestíbulo, ahora se estaba acercando a la casa de huéspedes. Vi que las personas intentaban soltar sus jarros y sus platos antes que Su presencia los alcanzara. (Realmente no sé cómo explicar esto, excepto que conocerá la presencia de Dios cuando llegue sobre usted). Mientras la presencia de Dios (el tren) cubría a las personas, caían al suelo y empezaban a llorar, confesándose las cosas entre sí. Después de un rato parecía ceder y las personas estaban llorosas, pero brillaban y la gloria de Dios estaba en ellos.

El Espíritu Santo se movió al piso superior donde los niños estaban dormidos. Los siguió y los despertó, mientras trataba con sus corazones. Entonces, de repente, los niños bajaron corriendo por la escalera llorando. A propósito, Dios no omite a los niños, ellos no tienen un Espíritu Santo más pequeño. Pude ver un cuarto lleno de niños en éxtasis, siendo alzados hacia el Cielo, así como a los adultos que estaban en el cuarto. Hay tanta alegría en la presencia de Dios. Él quiere barrerlo en el Espíritu.

En el avivamiento de las Hébridas, los intercesores a veces llegaban a abandonar su cuerpo durante una semana, ¡eso es lo que llamo entrega! (Hay un relato de primera mano en mi libro “Avivamiento luminoso y brillante”). Pude ver cosas como estas muchas veces y otras, las personas se ofendían. Eso normalmente es debido a la mentalidad religiosa y tradicional. A algunos no les gusta el sentimiento incómodo cuando Dios toma el control de los hombres para echarlos al suelo. Cuando Él toma el control, algo sucederá.

Tenga un espíritu de entrega: decida ahora en qué cree
En el siglo 5 y 6 en Irlanda, había unos monjes llamados “Peregrinos”. Estos monjes subían a unos barcos pequeños en las costas de Irlanda. El barco no tenía timón ni remos, sólo una vela. Confiaban que Dios enviaría los vientos para llevarlos hacia donde se suponía que debían ir. Tuvieron aventuras asombrosas con Dios. (Esta historia está en mi libro, “Llamas celtas”). Yo llamaría a este, un espíritu de entrega a los propósitos de Dios, ¿no lo cree? Eso es lo que se requiere si realmente espera que Dios se manifieste en Su poder. No quiero decir que debe entrar en un barco, pero debe tener ese mismo espíritu de entrega hacia los propósitos de Dios. Usted no puede seguir diciéndole qué hacer o no hacer. Deje que Él sea Dios.

Dios está buscando que Sus hijos e hijas se levanten y sean quienes los llamó a ser: hijos e hijas del Dios Altísimo. No sólo quiere que trabaje para Él, porque no está recorriendo el mundo intentando reclutar obreros para el Reino. Aprenda realmente a entrar la Unción y mantenerse debajo de ella. La mayoría tiene el espíritu de entrega hacia Él y Sus propósitos imponentes, como los Peregrinos. Todo lo que necesita es la Unción de Dios en su vida. Debe poner Sus deseos profundos en su corazón para que al rendirse a Él, se deleite porque está en su corazón. Como el salmista dice en el Salmo 40:8: “Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí”.

Un Pastor amigo mío de Alaska, Alan Ryden, recientemente estuvo en el mar durante 10 horas entre olas de 15 metros, cuando su barco se volcó. Permítame decirle que la intención del diablo era sacarlo. Fue bueno que él decidiera en qué creía antes de entrar en esa situación. No tuvo tiempo para empezar a cuestionar y deducir la situación, simplemente se entregó a Dios.

No espere hasta que Dios se esté moviendo muy bien antes de decidir qué quiere. No espere a tener una crisis para decidir en qué creer. Decida en qué cree ahora mismo. No espere hasta estar realmente enfermo antes de decidir qué cree acerca de la sanidad. No espere decidir si quiere o no que el río de Dios fluya en su vida cuando venga Su mover. Perderá tiempo precioso parado en el banco, intentando entender qué está pasando en lugar de entrar en el río. A veces el río no fluye tranquilamente, a veces puede ser tumultuoso y temeroso. Pero si es de Dios, ¿no está bien?

Debemos tener un espíritu de abandono hacia Dios. En mis reuniones la gente se abandonó a Dios diciendo: “Lo que sea por Él”. Es bueno decir esto, por lo tanto, continúe haciéndolo. Tenga un corazón de “lo que sea”. Saldrá por el camino correcto. Le estoy diciendo que ahora es el tiempo para prepararse. Ahora es el tiempo para decidir en qué cree.

Kathie Walters

No hay comentarios: