miércoles, 25 de febrero de 2009

“Tuve una visión de la Reserva Triunfante preservada para un tiempo como este”

 

Por Chuck Pierce

clip_image002

Amado ejército transformador:

¡En este mes nos concentraremos en la Creatividad en espacio y tiempo! Si nunca antes comprendimos nuestra parte creativa, ¡este es el tiempo! Acabo de completar el libro, “Redimiendo el tiempo: Realineando su vida con el Dios de las segundas oportunidades”. En este libro explico lo que el Señor llamó “La reserva triunfante”. El Señor me abrió una ventana para escribir este mes. Tus oraciones son muy valiosas para mantener los Cielos abiertos para que pueda oír lo que el Espíritu le habla a la Iglesia. Además, estoy escribiendo un pequeño manual sobre la “Reserva triunfante” para ayudarte a comprender cómo podemos conectarnos con el plan de Dios para este tiempo.

Visión: “¡La reserva triunfante!”

Quiero que uses esta frase. Cuando el Señor me entregó una visión el 31 de Mayo del 2008 en Liberty Park, New Jersey, el Espíritu del Señor me mostró el esquema en el que estaba trabajando en esta nación y en otras naciones para producir fruto en el futuro. Cuando miré hacia la tierra, había capas de tinieblas. Pude ver varias áreas donde las dimensiones de gloria estaban cautivas por las tinieblas sobre la tierra. Pude ver cómo Dios tenía que cambiar estructuras completas antes de poder desatar la cosecha para el futuro. Pude ver los sistemas de maldad arraigados en la tierra. Pude ver los sistemas de maldad arraigados en mis propias líneas de sangre, basados en las estructuras de la tierra con las que nunca había tratado.

El Señor dijo: “Mi pueblo está tratando de manejar sus casas, ahora haré arrancar las raíces de la tierra y la sacudiré. Por lo tanto, recuperarás el control de lo que te asigno, pero este será mi tiempo para desarraigar. Permíteme arrancar las estructuras de maldad. Maneja lo que te asigné mientras arranco todo. No permitas que tu orgullo trate de detenerme de arrancar y desechar las cosas que deben ser arrancadas”.

Pude ver una “Reserva triunfante” preservada para “un tiempo como este”. Muchos estuvieron encubiertos y esperando, pero ahora los estoy llamando. Otros se estaban realineando de maneras nuevas para poder pelear con sus tribus destinadas. El Espíritu de Dios llamó a sus tropas para esta hora. El Espíritu de Dios me mostró esta Reserva, su fortaleza y su posición en cada estado de Norteamérica. Luego me llevó más alto, me mostró la Reserva y su guerra para el futuro en las naciones de la tierra, la herencia de Dios. Él me honró al darme un pantallazo de las 153 naciones ovejas en la tierra por las cuales los ángeles se mantienen peleando.

¡Ayude al frente de batalla!

Dios tiene una reserva. En nuestra conferencia, “Comenzando bien el año”, noté algo en el equipo de adoración. LeAnn Squier, quien estuvo enferma durante la conferencia, se paró como siempre en el frente, pero estaba débil como para seguir. La voz de John Dickson comenzó a fallar. Oí la voz del Señor que me dijo: “Ayuden al frente de batalla”. Llamé al frente a otros para que pasaran y cantaran proféticamente, aunque este no fuera su rol habitual y respondieron.

Una persona del equipo de adoración tomaba el canto donde otra se cansaba y así continuaron. Esto fue como un equipo de relevo. Los cansados se paraban detrás por un momento y los otros tomaban sus lugares. El poder de la revelación nunca volvió a menguar. El Cielo se mantuvo en conexión con la tierra y ocurrió “en la tierra así como en el Cielo”, por lo que pudimos caminar en victoria el resto del año.

En el campo de batalla existen muchas situaciones en las cuales las tropas se pueden debilitar. La debilidad puede crear pasividad mental, depresiones, gente ausente, aún suicidios y muertes. Creo que el Señor nos está diciendo que debemos velar por los que están cansados, ayudándolos a ponerse de pie y rejuvenecer. Él lo llamará a ayudar a alguien para que pueda reenfocarse para la victoria que está por delante y no ser desplazado por el enemigo. Él le mostrará a quien debe reemplazar en el servicio para ayudarlo y ministrarlo.

¡El enemigo doblegará su mente!

En estos días debemos recordar Daniel 7:21-25, donde dice: “Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía… Y hablará palabras contra el Altísimo (Dios), y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos (fiestas sagradas y días santos) y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo (tres años y medio)” (ver también Apocalipsis 13:1-9).

La mente, el corazón, las emociones y el bienestar del alma están intrincadamente conectados. Usualmente, la meta del enemigo al perseguirnos no es “desgastarnos y estancarnos”. Perseguir significa doblegar su mente y quitarle las fuerzas para que no pueda activar el proceso correcto de conexión de pensamiento para el éxito y la prosperidad en los días de tribulación. ¡El corazón piensa! Por lo tanto, si el enemigo puede bombardearlo con pensamientos que producen temor y ansiedad, puede quitarle su habilidad para manifestar la voluntad de Dios en su vida.

El puro de corazón verá a Dios. Si nuestra mente es débil y nuestro corazón está dolido, perdemos nuestra visión para nuestro presente y se esclaviza nuestro futuro. No permita que el enemigo lo haga perder su herencia. Su herencia es su porción. ¡Esta es su viña! El enemigo está en guerra sobre la tierra porque “del Señor es la tierra y su plenitud”.

¡Una viña renovada!

El Señor me volvió a mostrar este principio mientras comenzamos a estudiar la viña. Cada siete años la viña se debía dejar reposar. Los conejos, la tierra, los trabajadores y los animales debían descansar. La gente debía estudiar la Palabra (Isacar-Torah) durante el séptimo año. Esta es una representación de dominio en el Reino mesiánico. El séptimo día es el descanso del Sabbat, el séptimo año, los “siete veces siete” o el Jubileo, eran secuencias de tiempo requeridas para que se manifestara lo nuevo. Esto también es un principio del “odre nuevo”. Un odre puede renovarse al sumergirlo en agua y luego aceitarlo por siete años. Declare que se está renovando, en calidad, visión y fortaleza.

Había “reglas de la viña”, formadas en el desierto salvaje (vea Deuteronomio 6:11, Levítico 25:5-11). En el desierto, el Señor le dio a Moisés las estrategias y direcciones sobre cómo prosperar la viña. No podían comer del fruto los primeros tres años. El cuarto año debían ofrecérselo al Señor (Judá, principio para alabar al Señor). Recién al quinto año el dueño podía prosperar (vea Marcos 12:2).

La vida de Judá se adaptó a la viña (vea Génesis 49:11). Mientras nos avanzamos para ver la restauración del tabernáculo de David, debemos comprender que se está podando la viña. No debemos ser como los líderes que entraron en la tierra prometida. Estos líderes, conocidos como espías, vieron las vides enormes, las cortaron, las tomaron y las probaron, ¡pero no pelearon para poseer la promesa! Comprender el “racimo de uvas” es clave para comprender la unción.

¡Nos estamos preparando!

La fase de preparación de la viña es la más costosa. La viña se debe rodear por una cerca o un seto permanente. Se deben remover todas las piedras del terreno. Una vez removidas, estas piedras se colocaban en filas. Las filas de piedras se usaban para guiar a las viñas para que pudieran crecer. Esto protegía el fruto de la humedad. Esto representa las piedras que removemos en nuestras vidas. Si utilizamos apropiadamente todos estos pecados que nos asediaron y las estructuras equivocadas, pueden ser lo que producirá fruto en nuestras vidas para la multiplicación.

Se debía construir una prensa en ese lugar. Esto era para prevenir el daño del fruto con el traslado. El sabor y la plenitud de la uva estaban ligados al terreno de origen. ¡El lugar al cual fue llamado en esta hora es importante! Se tallaban dos canales paralelos, uno más elevado que el otro. El primer surco era para pisar y el segundo para recibir el jugo. Había un atalaya para vigilar y guardar la viña de los ladrones y los chacales (ver Isaías 5:1-7).

El lagar era un lugar de triunfo y victoria. La vendimia comenzaba en Septiembre con gritos de gozo (vea Juan 15:5-6). La gente tenía acceso a las uvas de la viña, pero tenían prohibido llevarse algo. Dios nos está preparando para experimentar ese mismo gozo por la victoria.

Palabra profética: “¡Protege tu viña!”

Hay un nuevo llamado a cuidar la viña que recibió. Proteja su viña de todos los enemigos que pudieran robarle la oportunidad de ver la bendición del Señor en su vida durante esta hora. Estos enemigos incluyen: Humedad, Ladrones, Intrusos, Pequeños zorros, Taladores, La siembra de diferentes clases de semillas, Decaimiento, Basura y, finalmente, de Acab y Jezabel. Las estructuras políticas pueden robarle su herencia en este tiempo.

Antes de ser guiado a orar un par de semanas atrás, el Espíritu me habló y me dijo: “¡Protege tu viña! Debes mantenerla limpia, arada y lista para plantar. Estoy removiendo un seto para edificar otro. Pídeme que remueva las semillas que producirán uvas silvestres, estructuras de rebelión y tronos de iniquidad en la parcela donde fuiste ubicado. Sé un guardián sobre tu parcela. Estoy observando la tierra y revisando mi plan de plenitud”.

“¡Estoy cambiando la línea del horizonte de mi pueblo! Su visión debe cambiar para ver lo que yo veo. Hay enemigos de la tierra con los que debo tratar ahora o se apoderarán de la tierra y se perderá la productividad por las próximas tres generaciones”.

“Estoy profundizando para arrancar las raíces que producirán rebelión en los días por venir. ¡Mi pueblo será revolucionario en un tiempo de rebelión perversa! Declare que el desmalezamiento comenzó en su casa, en su tierra y en la industria de la cual forma parte. Agradéceme por desarraigar los sistemas y estructuras sembradas, retorcidas y estériles que impiden que mi pueblo de Reino sea radiante en el futuro”.

“¡Estoy entregando nuevas asignaciones! Te estoy haciendo oír lo que te asigné. Algunos serán asignados a las naciones. Otros serán asignados a los reinos, otros a las compañías, otros a las Iglesias y otros a las ciudades. Asignaré a algunos a una sola persona. Él o ella abrirán tu futuro mientras oras por ellos. Las nuevas asignaciones están llegando en esta hora”. (Pídale a Dios que lo prepare y lo ubique para las nuevas asignaciones).

“Observa los terrenos a los que te llamé. Muchos serán llamados, establecidos y plantados en nuevos campos. Desde estos campos nuevos verás los límites que tengo para tu futuro. Muchos de estos campos son indefinidos. Te mostraré dónde levantar el seto”.

“¡Comencé a derribar las cercas!”

“Estoy restableciendo los campos para la cosecha de los próximos días. Mientras derribo las cercas, estoy desarraigando las plantas que no producirán fruto para el futuro. Este es un tiempo para puntear y arrancar. Te establezco en estos campos abiertos para que seas un granjero para este tiempo. Aprende las leyes de la cosecha. Algunos de ustedes ararán y otros cosecharán”.

“Se edificaron muchas paredes elevadas en la estación pasada alrededor de los campos que planté, pero crecieron las uvas silvestres. Ahora debo derribar las viejas fortalezas y hacer que caigan las viejas estructuras. ¡Comenzaré a entrar ahora y restablecer los campos! Pero ahora las cercas están cayendo y los campos en los que estuviste trabajando duro para asegurarlos, serán vueltos a arar y sembrados con granos nuevos. Tendrán una nueva forma de cosecha. Serán arados de una nueva manera”.

“Prepárate, porque en tu confusión, derribar es parte del proceso. Cuando te pedí que avanzaras en los campos la última vez, te encontré debajo de la sombra de un árbol diciendo: ‘¿Por qué Señor estás haciendo las cosas de esta manera?’ ¡Te estoy sacando de debajo de la sombra!”.

“Regocíjate en los cambios que estoy trayendo que producirán mucho fruto”

“Sacúdete el egoísmo y permite que mi luz de revelación caiga sobre ti. Algunos de ustedes se sienten expuestos. No están seguros de dónde están sus límites porque los estoy cambiando. Se están desarrollando nuevos frutos. Puedo reinjertar, podar y volver a injertar para producir nuevos frutos de viñas antiguas”.

“¡No den coces en contra del aguijón! Es clave que te sometas a los nuevos límites y asignaciones que estoy formando a tu alrededor. No tienes la menor idea de cómo se verá cuando comience a remover y resembrar la tierra para la cosecha que viene. Lo estoy comenzando a hacer. Estoy entregando nuevas asignaciones de oración. Debes asumir tus asignaciones y orar para que se levanten nuevas industrias”.

“Debes orar durante esta reorganización de la industria. No te limites a colgarte de tu trabajo, ven a mí en estos días de cambio de estructuras. Debo trasplantar y restablecer muchas industrias, porque se establecieron muchas iniquidades en las industrias que produjeron el movimiento de la temporada pasada. Ahora debo restablecer. Algunos de ustedes están atravesando grandes crisis emocionales en el proceso de ser trasplantados. ¡Esperen! No abandones en esta estación. Tus raíces irán más profundo y producirán mucho fruto”.

“Hay un petróleo más profundo que estoy haciendo surgir. Está reservado para el tiempo que viene. Debo ir hacia un ángulo diferente para penetrar, capturar y extraer el petróleo. No temas invertir en perforaciones más profundas. Producirá un flujo que te sostendrá en la siguiente temporada”.

“Como Jonás, quien se sentó debajo de la sombra de un árbol, a algunos de ustedes no les gustó lo que estoy haciendo. Te utilicé para profetizar y establecer un orden, para desarraigar y derribar. Te preocupaste por los cambios a tu alrededor. Secaré lo que estás encubriendo. Regocíjate en los cambios que traigo para producir mucho fruto en los días por venir”.

“¡Traigo ríos de sanidad!”

“¡Traigo ríos de sanidad! Muchos de ustedes no pudieron ver el río. Los ríos que nutrieron las cosechas y trajeron sanidad, se secaron. Mi pueblo debe encontrar mis Ríos de sanidad. ¡Sacudiré los campos! ¡Estoy sacudiendo tu campo! El río está escondido. Es muy profundo. Un abismo llama a otro abismo”.

“¡El río se debe volver a levantar! Debe haber un río de sanidad en algunos campos antes de poder avanzar. Debes volverte hacia las sanidades. Tu proceso de sanidad está creando un gran sacudón. Esto derribará los muros de la viña. Ahora se deben establecer nuevas viñas”.

“El río de mi poder fue capturado en la última estación. Se formó una guerra sobre el mover del río y se transformó en un lecho seco. Debo vigilar los tiempos para quebrar la cautividad del Río de sanidad. Mi Río debe fluir en nuevas áreas para sanar a la gente y la tierra”.

“Entraste en un tiempo para desarraigar”

“¡Se están formando nuevos instrumentos! No comprendiste el tipo de instrumentos que necesitaría en este tiempo. En mi reforma no comprendiste lo que atravesabas. Hago nuevos instrumentos para arar un nuevo terreno”.

“Debes cambiar tu visión en este tiempo, porque tu terreno y tus asignaciones están cambiando. Debo arar el terreno que tiene las semillas equivocadas, raíces salvajes y malos frutos. La tierra está clamando para producir esta cosecha, pero debes permitirme purificar la tierra”.

“…si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra” (2 Crónicas 7:14).

“Entraste en un tiempo de desarraigar, donde surgirán las raíces escondidas. Tus días de comunión están cambiando. Tu vida de oración cambiará. Permíteme mostrarte cómo orar de maneras nuevas y diferentes. Tus raíces Inglesas están a punto de cambiar. La estructura arraigada te afectará”.

“Pídeme que derribe y remueva el muro. Estás tratando con las pequeñas zorras y quiero transformar todo el campo. Las zorras pequeñas destruyen las viñas y debo volver a arar todo el campo. Habrá un movimiento en los descendientes de Escocia”.

“¡No desprecies los pequeños comienzos!”

“¡No desprecies los pequeños comienzos! Sembraré nuevas semillas en estos campos. Surgirán y aunque se vean pequeñas, tendrán mucho fruto en los días por venir. Algunos de ustedes no están viendo la pequeñez de las semillas que plantaré para hacer que las cosas sucedan. Un vino diferente se debe soltar para producir el fruto para este tiempo. Este es un tiempo de poda, injerto y reinjerto. No te enfoques en la planta. Si miras a la planta, podrías alinearte con Saúl, quien sólo tenía la apariencia”.

“La parte alta de una planta no es la clave, porque el vegetal se nutre desde la tierra sucia. Debes aprender a ver y comer la raíz que descendió hacia la profundidad. Si no te cuidas, te enfocarás en el sistema de Saúl y analizarás por las apariencias, en oposición al río y la raíz de Judá que está preparada para esta hora. Debo cambiarte, porque si operas basado en tu vista, no podrás ver mi raíz de bendición. Me estoy moviendo desde una capa hacia otra más profunda”.

“Estuviste hablando desde la superficie de tus emociones, pero estoy profundizando en tu corazón para que puedas hablar. Ahora llevaré aún las canciones, las profecías y lo que te entregué en un nivel, hacia un nivel más profundo que nunca descubriste. Nutrirá lo que quiero producir en esta hora. Estoy abriendo la próxima canción que cantarás. Voy más profundo para abrir la válvula que conecta con el río que producirá un tipo de canción diferente”.

“El horno de mi fuego es mucho mayor”

“El horno de mi fuego es mucho mayor que las lenguas del infierno. En este tiempo estoy haciendo que te metas en el horno de mi proceso para encenderte, lustrarte y hacerte radiante para poder usarte como un vaso para los días por venir. Este año encenderé naciones. Haré que sucedan cosas que crearán un horno en las naciones. En medio de lo que ocurra, haré surgir a los que fueron probados”.

“No te sientas fracasado cuando te coloque en una taquilla de peaje. Sí, tienes grandes habilidades, pero hay una razón por la cual te establecí en ese sitio. Sin importar cuál sea tu posición, puedo reedificar la cerca del lugar donde te planté para los días por venir”.

“Bendíceme por cada pequeño comienzo. Verás que hubo un río que produjo nutrientes en un nivel, pero hay un fuego en lo profundo que hace germinar la semilla. Allí donde el infierno lamió tus pies y tu proceso en la temporada pasada, verás el fuego del infierno y sabrás cómo diferenciarlo en el fluir del fruto que estoy trayendo para este tiempo”.

“En la próxima estación, traeré nuevas canciones que extinguirán los fuegos del infierno. Mi pueblo no se da cuenta de los cambios en las estructuras, quejándose y rechazando la situación porque las estructuras están cambiando. Quiero ir más profundo para producir las canciones que les mostrarán la profundidad que puedo traer a su favor”.

“El fruto de la bendición está en la raíz”

El Señor comenzó a mostrarme que nos llevaba de regreso a la bendición de la raíz. Por eso muchos de ustedes no ven la bendición que necesitan ver. ¡Necesitas regresar a la bendición de la raíz! No sólo debemos ver la apariencia de las ramas, sino mirar a la raíz. El amor al dinero es la raíz de todos los males. Pídele al Señor que te libere de la raíz del amor al dinero.

“El fruto de la bendición está en la raíz. Por eso podo el fruto y las ramas. Lo que en apariencia necesite ser arrancado, será arrancado. Miraste las apariencias, pero voy más profundo para que la bendición que está conectada correctamente pueda surgir de una nueva manera. La bendición es el fruto que crece desde la raíz. Cuando tu raíz va más profundo y se acerca al río de mi unción y mi presencia, mi bendición no puede hacer otra cosa más que surgir”.

“Este año arrancaré ciertas cosas y dejaré otras en el terreno. Estoy cavando y arando el terreno. Estoy restableciendo las cercas. No te muevas rápido en el desmonte. Muchos de los sistemas de raíces que tienes, están entrelazados con sistemas de maldad que deben removerse con cuidado”.

“Voltea tu rostro hacia el fuego”

“Voltea tu rostro hacia el fuego. Trataste de correr y escapar del fuego. Voltea tu rostro hacia el fuego, mira las llamas y la purificación, porque el viento de mi Espíritu ahora está en el fuego. Debo enviar las llamas para que no quede ninguna raíz de maldad. Me levantaré sobre aquellos que temen mi nombre como el Sol de Justicia. Desde ahí viene tu sombra. Me volveré a levantar, por eso debes volver tu rostro hacia el fuego. Enfrenta al viento en el fuego y en medio de la purificación, me volveré a levantar”.

“Vuelve tu rostro hacia el fuego y recibe tu salud. Vuelve tu rostro hacia el fuego y recibe tu sanidad. Vuelve tu rostro hacia el fuego y vendrá tu liberación. Mi refrigerio está en el fuego. El Sol de Justicia se levantará sobre ti y te pararás sobre la tierra de una nueva forma. La sanidad en mis alas restaurará tus campos. Vuelve tu rostro hacia el fuego en tu campo y mira como quemo lo que te impide moverte bajo mis alas de sanidad. No resistas a la quema del campo”.

“Vuelve tus ojos al fuego, porque allí es donde recibirás sanidad. Hay muchas serpientes en tu terreno y por medio de la purificación, podrás verlas y abandonarán tu terreno. Vuelve tu rostro hacia el fuego y mi paz se levantará en ti. Estoy en un ‘modo de reparación’, debo quemar y remover para reparar. Vuelve tu rostro hacia el fuego y repararé tus alas quebradas”.

“¡No te canses!”

Continúa volteando hasta haber entrado en la nueva senda que te espera por delante. No permitas que el enemigo te deprima. Daniel 7:22-27 continúa diciendo: “…hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino. Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará. Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán”.

¡No te fatigues! ¡Triunfarás en medio de tus cambios!

Bendiciones,

Chuck D. Pierce

martes, 17 de febrero de 2009

“2009: El año del favor, la fructificación, la gracia, la verdad y el amor”

Por Kathi Pelton

clip_image002“Yo les mostraré mi favor. Yo los haré fecundos. Los multiplicaré y mantendré mi pacto con ustedes. Todavía estarán comiendo de la cosecha del año anterior cuando tendrán que sacarla para dar lugar a la nueva. Estableceré mi morada en medio de ustedes y no los aborreceré. Caminaré entre ustedes. Yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. Yo soy el Señor su Dios que los saqué de Egipto para que dejaran de ser esclavos. Yo rompí las coyundas de su yugo y los hice caminar con la cabeza erguida” (Levítico 26:9-13).

Al hablar con la gente durante el 2008, pude ver que aunque fue un año de muchos cambios, nuevos comienzos y una purificación profunda, también fue un año donde el enemigo intentó hacer que el Pueblo de Dios bajara su cabeza avergonzado y regresara a una “mentalidad de esclavitud”. En tiempos de cambio, las circunstancias son poco familiares y nos pueden robar fácilmente nuestra confianza y seguridad. Durante estos tiempos debemos perseverar en nuestra verdadera fuente de confianza y seguridad: Jesús.

Mientras ingresamos en el año nuevo, es importante restablecer nuestra confianza y verdad en Cristo y su fidelidad para mantener su pacto con nosotros. Su Palabra y su pacto son verdaderos por siempre. Aunque como sucedió con Abraham, el cumplimiento de ciertas promesas parezca demorarse, no tema: Se cumplirán en el tiempo señalado. Ingrese en este año nuevo con una declaración de confianza y una postura de confianza en la fidelidad del Señor.

Vestimentas de favor

Yo les mostraré mi favor…. Necesitamos comprender que el favor es un don de nuestro Padre. Así como demostramos favor hacia nuestros propios hijos, no por lo que hacen, sino por quienes son; nuestro Padre también nos mostrará su favor. No sólo nos mostrará su favor, hará que repose sobre nosotros para que también podamos caminar con favor ante los hombres.

Dios nos quitó las vestimentas que llevamos en tiempos de esclavitud. Él quiere que recibamos las vestimentas de los “altamente favorecidos”. Estas son vestimentas sacerdotales que nos distinguen de aquellos que no son de Él. Los Cielos reconocen estas vestiduras espirituales; el favor precede, está por encima y sigue a aquellos que aceptan estas nuevas vestimentas.

Mi sensación es que el 2008 fue un año de nuevos comienzos que marcaron el final de muchas cosas e hicieron que muchos tuvieran que inclinarse y “morder el polvo” para edificar nuevos fundamentos para lo que viene; tanto en el ámbito espiritual como natural. Pero el 2009 es un tiempo para levantarse del polvo y cambiar las vestiduras. Aunque la edificación de nuestros sueños recién comenzó, es tiempo para colocarnos las vestiduras de favor, porque el Señor quebró nuestro yugo y nos hizo caminar con nuestras cabezas erguidas (Levítico 26:13).

El don de fructificación

“...y te hará fructificar...”

¡Sólo Dios nos puede hacer fructificar! Aunque hagamos un gran esfuerzo por cooperar con el Espíritu Santo y su guía, finalmente la fructificación es un don de Dios. Nuestros dones y talentos son maravillosos, pero confiar en ellos sin el favor de Dios y sin el don de fructificación que sólo proviene de Él, nos hará impotentes.

Lo asombroso acerca del “don de fructificación” es que nuestros esfuerzos sólo producen fruto si nos asociamos con el Espíritu Santo. No sólo eso, entramos en la fructificación personal del reposo, la paz y el gozo que no están presentes cuando utilizamos nuestros dones en nuestras propias fuerzas. Necesitamos permitirle a Él que nos haga fructificar para no ser arrastrados por el temor o la escasez.

¡Recuerde que a Él le agrada fructificar a sus hijos! Mientras comenzamos el 2009, recordemos que hay nueve frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23) y nueve dones del Espíritu (1 Corintios 12:8-10). Quizá este sea el año donde veamos al Cuerpo de Cristo entrar en la plenitud del fruto y los dones del Espíritu.

“En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas” (Gálatas 5:22-23).

“A unos Dios les da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otros, por el mismo Espíritu, palabra de conocimiento; a otros, fe por medio del mismo Espíritu; a otros, y por ese mismo Espíritu, dones para sanar enfermos; a otros, poderes milagrosos; a otros, profecía; a otros, el discernir espíritus; a otros, el hablar en diversas lenguas; y a otros, el interpretar lenguas. Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo determina” (1 Corintios 12:8-11).

Gracia, verdad y amor

“…pues la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo” (Juan 1:17).

La gracia y la verdad que recibimos de Jesús es nuestra libertad. Esta es la fuente de nuestro gozo. Todos luchamos para comprender la verdad detrás del don de la gracia. Es difícil abrazar esto en una sociedad que demanda desempeño. Una de las “barras de nuestro yugo”, es la tentación constante y la presión en todas las áreas de la vida.

Como mujer, a menudo debo luchar con la presión del desempeño como madre, ama de casa, hija, esposa y cristiana. Encuentro difícil descansar a menos que todo esté en orden y a menudo peleo con sentimientos de fracaso si el piso de la cocina no está limpio o si uno de mis hijos no toma una buena decisión. Pude ver hombres y mujeres luchando en el campo de los negocios con la presión constante del desempeño y la competencia. Si podemos entrar en la gracia y la verdad que recibimos a través de Cristo, veríamos quebrarse las barras de este yugo en muchos para poder caminar en el don del favor, la fructificación y la gracia.

Quiero dejarlo con las palabras del Apóstol Juan:

“El Anciano, a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad; y no solo yo, sino también todos los que han conocido la verdad, a causa de la verdad que permanece en nosotros y estará para siempre con nosotros: Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor. Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre. Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros. Y este es el amor: que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio” (2 Juan 1:1-6).

Según la mayoría de los teólogos, “la señora y su hijo” a la que Juan hace referencia, son “la Iglesia y sus hijos”; la Novia de Cristo. Él nos exhorta a caminar en amor, porque esta es la verdad. El amor es el mayor don con el cual podemos ingresar en el año 2009. Que este año no se limite a ver al pueblo caminando bajo el favor, la fructificación, la verdad y la gracia del Señor; sino bajo el mayor de todos: El amor.

Que el amor llene sus corazones y hogares durante el 2009. Que el amor llene sus congregaciones, sin importar su tamaño. Que el amor llene las calles de su ciudad, sus escuelas, sus lugares de negocios y las oficinas de gobierno. Y, por sobre todas las cosas, que el amor se derrame en los corazones de los perdidos para que puedan acercarse a Jesús.

Kathi Pelton

“¡Oigo el sonido de la restauración, el avivamiento y los milagros inusuales!”

 

Por Kim Clement

clip_image002Profetizado el 31 de Diciembre del 2008, San José, California:

Este es el final del período de siete años de guerra

El Espíritu del Señor le hablará esta noche. “¿No es posible para mí cambiar todo con sólo pronunciar una palabra? Ellos dirán: ‘¿Por qué hay un grupo allí que celebra cuando los expertos les dijeron que este sería el peor tiempo de sus vidas?’ ¿Qué digo acerca de esto?”, dice el Señor.

Dios dice: “Este es el final de un período de siete años. Este es el final del período de siete años de guerra. Este es el final de un período de siete años de menosprecio. Cuando termine esta noche, finalizará un período de siete años, siete años de postración. ¡Repentinamente vendrán sobre ti siete vacas gordas! Y los años de postración no consumirán ni se comerán los años de grosura. Las vacas flacas no consumirán a las gordas que vienen hacia ti. No, es el fin de la guerra; el fin de la hambruna. ¿Cómo es posible?”, dice el Señor.

El Espíritu del Señor dice: “Levanten sus manos y abran sus bocas”. Hay miles de personas mirándolos ahora mismo por internet desde todo el mundo, esperando oír lo que el Señor tiene para decir.

Dios dice: “Dirán que hay vida, los científicos dirán que encontraron vida en los planetas, pero se probará una vez más la existencia del Reino del Señor. Invadiré la ciencia, traeré desde la tierra la cura para muchas enfermedades. Los ángeles están llegando a esta nación y a las naciones de la tierra para traer luz”.

Dios dice: “Clamaste por un profeta y rescaté a muchos de ustedes; rescaté a sus familias. Algunos de ustedes no comprendieron mis caminos, pero prepárense porque esto será conocido. El año 2009 se conocerá como el año de las festividades, el año de las festividades. Ellos dicen: ‘¿Por qué este sería el año de las festividades? Hay muchas cosas que están mal”.

Pero Dios dice: “No, porque mi Reino se está presentando y será conocido como la sombra de la luz, porque traeré una luz inusual a mi Iglesia, a mi Reino y a toda la tierra”.

Dios dice: “Aún la sombra de Pedro impactaba a los enfermos y eran sanos. Lo que enviaré no es sólo un avivamiento, será tan único y tan inusual que esta manifestación ocurrirá a través de una simple sombra: la sombra de luz. Porque viste cómo cambié las cosas que te rodean. Ahora mientras entras en el 2009, traigo sobre tu vida festividades y regocijo. Oye, habrá una muerte en el 2010 y será la muerte de las deudas”.

Dios dice: “Hay un monte que le estoy por entregar a mi Pueblo que les dará acceso a cada arena de la vida. Pero necesito alguien como Caleb que levante sus manos y declare: No tengo temor de tomar ese monte”.

Dios está abriendo una puerta que ningún hombre puede cerrar

Es el final del año 2008 y se está por cerrar una puerta, pero otra clase de puerta está a punto de abrirse y ningún hombre la podrá cerrar.

Dios dice: “Por todo este edificio, por toda la tierra, para todos aquellos que la reciban: Estoy abriendo una puerta que ningún hombre puede cerrar. No tomes a la ligera a Aquel que tiene la llave, al que sostiene la llave de David”.

Se está abriendo el misterio de Dios. Dios dice: “Este es el día final, este es el tiempo final; harás cosas más grandes que la gran nube de testigos que te rodea. Ningún hombre podrá mantenerse delante de mis escogidos. Ningún hombre puede encender un fuego sin la revelación del Cuarto Hombre. América, estoy a punto de mostrarme en la ciencia y desde tu territorio junto al de otras tres naciones; descubrirán, descubrirán, descubrirán y el cáncer dejará de ser una fuerza que se oponga a cualquier tratamiento para la humanidad”.

Muchos de los que están mirando dicen: “Kim, estoy sumergido, estoy metido dentro de algo”. Dios me dijo que te dijera: “Te estoy entregando una llave para tomar de Mí lo que guardo en mi mano desde hace mucho tiempo: Es sólo para ti. Sostengo en mi mano lo que debes tomar de Mí y lo guardé para tiempos como este”.

Profetizado el 2 de Enero del 2009 en San José, California:

Oigo el sonido de la abundancia

Estamos llegando, como en el día de Pentecostés, cuando hubo el sonido de un viento recio. Ese sonido debe volver a sonar. ¿Por qué? Para cautivar al inconverso, al agnóstico, al ateo, al científico, al economista, al socialista, al capitalista, etc. Dios dice: “Es tiempo de capturar tu atención. Hay un sonido, por lo tanto, recíbelo esta noche. Abre tu boca y ora para recibirlo”.

Estamos capturando algo. Soy un profeta, debo capturar algo. Esta tarde cuando oraba, supe que Dios haría lo que dijo.

Él le dijo al rey Acab cuando terminó la sequía: “Levántate, come y bebe porque se oye el sonido de una lluvia abundante”. No había evidencia alguna de lluvia, pero por la palabra del profeta y por actuar en unidad, oyó el sonido de la abundancia, Acab comió y bebió como si no hubiera hambruna ni sequía.

No había nubes en el cielo, no había evidencia de lluvia, pero Acab fue y actuó porque el profeta dijo: “Ve y haz lo que harías en gran prosperidad. Come y bebe como si estuvieras repleto de agua y alimentos”. Y Acab comió. Elías se sentó y le dijo a su siervo: “Mira hacia el mar”. El siervo regresó y dijo: “No hay nada”. Pero Elías declaró: “Oigo el sonido de la abundancia”.

Literalmente, hay miles de personas que nos están viendo por Internet, uniéndose a nosotros en este salón: “¿Qué dice el profeta?”. El profeta dice: “Oigo el sonido de la abundancia”. Algunos de ustedes dicen: “No tenemos evidencia. La única evidencia que tenemos son los medios de comunicación que nos dicen que hay recesión”. Dios dice: “¿Qué reino te controla? ¿Qué reino te dicta lo que debes hacer? ¿Qué reino te dijo esto?”.

Acab ve, come y bebe. El rey, basado en lo que dijo el profeta: “Oigo el sonido”, actuó y comenzó a actuar como si no hubiera hambruna. El siervo fue y miró dos veces, tres veces, cuatro veces, cinco veces y no había señales de la abundancia, ni trazos de la lluvia. La sexta vez, su viaje en la carne llegó a su final.

Llegamos al final del viaje carnal. Llegamos al final de nuestro período de guerra y al final de la temporada de sequía. Quizá dices: “¿Cómo puede ser esto? Lo que nos están diciendo es contrario a lo que tú dices, profeta”.

Oigo el sonido de milagros inusuales

Pero Dios no les está hablando a aquellos que están sordos, sino a los que tienen oídos para oír lo que el Espíritu tiene para decir. Oigo el sonido de la abundancia, oigo el sonido de lo milagroso y oigo el sonido de milagros inusuales. No endurezcas tu corazón diciendo: “Esto no sucederá porque ya se dijo antes”.

Dios dijo: “Este es el momento y este es el tiempo. ¿Qué oye el profeta?”. El profeta oye el sonido de lo milagroso, el sonido de la restauración, el sonido de los milagros inusuales, el sonido de los milagros creativos, el sonido de “Dios es el que Es”. ¡Oigo el sonido de la abundancia!

Oirá la voz del Señor a pesar de lo que diga el enemigo. Hay una mujer internada en el hospital justo ahora y está a punto de recibir una cirugía mayor, pero Dios está reemplazando sus órganos. Aún la ciencia médica hará descubrimientos este año y tus campos ofrecerán grandes milagros, Dios impactará este mundo con los milagros más inusuales que ocurrieron alguna vez.

Kim, ¿qué nos estás haciendo? Entregándoles el Espíritu, entregándoles el Reino. Cuando David tocó el arpa, los demonios se alejaron de Saúl. ¿Te das cuenta que esta noche, posiblemente en tu casa o en tu trabajo, donde una fuerza demoníaca impedía tu progreso y detenía tu avance hacia el futuro, postergando tu promoción, está siendo removida por tu adoración “Davídica”?

Kim Clement

viernes, 6 de febrero de 2009

Seminario de sanidades y milagros

 

Seminario de sanidades y milagros

clip_image002Entre los días 30 y 31 de Enero pasados, tuvo lugar el Módulo de Sanidades y Milagros en la Escuela profética en la Ciudad de Maturín. En esta oportunidad recibimos la visita de la Profeta Nancy de Jiménez, quien nos ministró una enseñanza práctica y dinámica sobre cómo impartir sanidades y milagros, bajo un ambiente cargado del poder de Dios.

Pasamos tres días bajo la Gloria de Dios, donde los participantes fueron entrenados individualmente para ministrar sanidad física sobre las personas. Realmente la experiencia marcó sus vidas porque tuvieron un contacto directo con el poder de Dios y pudieron comprobar que en este tiempo el Espíritu Santo quiere manifestarse a través de todo el Cuerpo de Cristo y no sólo por medio de algunas personas.

Con el transcurso de los temas, la gente fue ganando confianza hasta que comenzaron a ministrar el poder de Dios sobre los enfermos que estaban allí presentes. Muchas de las personas invitadas que padecían alguna enfermedad no tenían a Cristo en sus corazones. Luego de experimentar el toque sanador del Espíritu Santo, abrieron sus corazones al Señor y lo recibieron como el Salvador de sus vidas.

Testimonios de sanidades

A continuación presentamos algunos de los testimonios de las sanidades que ocurrieron durante el seminario:

clip_image004Mi nombre es Yoliska del Valle Flores López y tengo 31 años. Desde hace un tiempo me diagnosticaron una enfermedad llamada Lupus sistémico. Esta enfermedad evoluciona con períodos de actividad; en mi caso fueron 3 meses durante los cuales no pude exponerme al sol por causa de las lesiones que tenía en la piel. El año pasado me salieron rosetas rojas en los brazos y en la cara. Comencé a presentar lesiones ulcerosas en el cuero cabelludo. Por todo esto, tenía prohibido exponerme al sol para que la enfermedad no se descontrolara.

Luego de varios exámenes me diagnosticaron lupus sistémico y me indicaron un tratamiento de por vida con medicamentos y un protector solar. Esa noche cuando la Profeta oró por mi vida, sentí el poder de Dios entrar en mi cuerpo y ahora me siento sana.

clip_image006Mi nombre es Héctor Bonilla. Desde hacía tiempo padecía de una hernia de disco en la columna vertebral y eso me producía dolores fuertes e intensos. Esto me impedía realizar mis actividades normalmente. Estaba bajo tratamiento médico, pero a veces era insuficiente para calmar los dolores.

Cuando oraron por mí, sentí un escalofrío que recorrió mi espalda. Ahora puedo moverme sin sentir los dolores que tenía.

 

clip_image008Mi nombre es Yaneth Brache. Desde hacía mucho tiempo padecía una lumbalgia crónica. Esto limitaba mucho mis actividades por causa del dolor intenso que sentía.

Cuando oraron por mí, sentí la mano del Señor tocando mi espalda y fui completamente sana. Ya no tengo más dolores.

clip_image010

Mi nombre es Anthony de Silva. Tenía riñones poliquísticos y eso motivó una intervención quirúrgica que luego se complicó seriamente. Como mis riñones no producían orina, me indicaron un plan de diálisis renal. La tarde anterior a recibir la ministración, mi médico me dijo que no iba a orinar más de 100 cc.

Cuando oraron por mí el día sábado, sentí un calor intenso en la parte baja de mi espalda. El día lunes volví a consultar al médico, quien me hizo una serie de exámenes que mostraron una mejoría radical. Ahora mis riñones producen un volumen de orina de 1600 cc al día.

clip_image012Mi nombre es Melquiades Chacoa. Padecía desde hacía algunos años dolores intensos en ambas rodillas y en ambos talones. Cuando el dolor era muy intenso, me costaba mucho caminar y agacharme.

Cuando oraron por mí, sentí que cayeron grilletes de mis manos y de mis pies. Luego de ello fui completamente sana y ya no volví a sentir ningún tipo de dolor en mis rodillas o en mis talones.

Damos gracias a Dios por la oportunidad que nos dio de palpar su presencia Santa y poderosa durante esos días. Realmente nos demostró que todo está listo para que su pueblo avance de la mano del Espíritu Santo para conquistar su herencia y extender el Reino.

Los amamos y bendecimos,

Profetas Bladimiro y Magui Wojtowicz

“El Espíritu del Señor está conformando a su ejército poderoso”

 

Por Taffie Furr

clip_image002Recientemente, mientras oraba sobre el conflicto actual en Israel, el Señor me recordó una palabra que me entregó el año pasado. Me exhortó a regresar y leer lo que Él había dicho. Mientras volvía a leer esa palabra, el Espíritu Santo me dijo que lo que había hablado en esa oportunidad, era para este tiempo. Dios siempre es fiel y si analizamos bien de cerca, encontraremos que Él siempre nos da dirección y revelación mucho antes que el tiempo se cumpla en lo natural; porque Él es bueno. En la palabra siguiente, Dios nos habló acerca de la situación, la estrategia a implementar y la promesa consecuente a nuestra obediencia.

El ejército poderoso de Dios en movimiento

A continuación presento la palabra profética y la revelación que el Señor me entregó el 13 de abril del 2008:

“El Espíritu del Señor está reuniendo a su ejército poderoso. El Espíritu del Señor está llamando a cada soldado que responderá a su llamado y está levantando gente como un poderoso ejército en Él. Esta gente no se enredará con las supercherías del enemigo; por el contrario, atará al enemigo y lo vencerá por el poder de la Palabra y la Sangre. ¡En el nombre de Jesús! ¡En el nombre de Jesús, está declarado y así será! ¡Aleluya! Alabamos al Señor. ¡Alabe al Señor!”

Decimos “aleluya” a tu nombre. Decimos: “Fórmanos y confórmanos para ser tu ejército y movernos conforme a tu Espíritu, así tu Palabra podrá salir de nuestros labios como una espada poderosa”.

“El Señor habla de una osadía que no conocemos. ¡Hay una nueva osadía que viene sobre el Cuerpo de Cristo en este lugar y sobre su vida! Le estoy diciendo que hay una osadía del Señor y una promoción hacia el siguiente nivel de su unción. El Señor nos está llevando hacia arriba en el Cuerpo de Cristo, porque la guerra está arreciando y Él dice: ‘Cuando la guerra arrecie, también aumentará tu osadía, por lo tanto, tu autoridad. Caminarás en Mí para vencer y conquistar al enemigo’.

“¿Puedes sentir la osadía levantándose dentro de ti? ¿Puede sentir la unción? Puedo verlo en muchos de ustedes ahora mismo, aunque no lo puedan ver. Tienes a la osadía justo delante de ti, ya está en el próximo nivel. ¡Ya lo tienes! Viene sobre ti, lo sepas o no; la osadía y la autoridad para ir hacia el siguiente nivel viene sobre ti.

El Señor dice: “¿Puedes ver y reconocer que este es un método de guerra? ¿Puedes ver y reconocer que el poder para vencer está aquí y ahora en mi Palabra hablada?”. El Señor dice: “Este es el descanso en mi guerra, mi Palabra va delante, conquistando, devorando, venciendo y aplastando al enemigo”.

Estoy oyendo a Israel, veo tanques y el domo. Oigo al Señor decir: ‘Los traeré de regreso, los traeré de regreso. No podrán ir más lejos que la Roca. Los traeré de regreso’, dice el Espíritu del Señor. ‘Por mi poder y mi intervención divina, su presencia se cortará y se filtrará’. Se están dando conferencias de prensa, foros con personalidades prestigiosas y negociaciones.

Y el Señor dice: “Hay sonidos amargos en la Franja de Gaza, pero no hay nada, no hay asaltos o cualquier cosa que mi Espíritu no pueda revertir. Levántense en oración”. Oigo al Señor decir: “Cuando veas los primeros aviones, comienza a clamar con ayuno y oración; luego traeré mi intervención divina”.

Dice el Señor: “Hay un propósito, más allá de lo que puedes ver y de lo que parece absolutamente negativo, levantaré una rosa en el desierto que dará fruto. Luego podrás ver mi provisión y mi abundancia fluyendo como un río”. Hasta aquí la palabra que recibí el 13 de Abril del 2008.

¿Qué significa esto para nosotros hoy?

El plan activo de Dios para la victoria

Si quiere hacer una fiesta, deberá llamar a los chefs. Si quiere hacer una celebración, deberá llamar a los bailarines. Pero si quiere vencer al enemigo, debe llamar a un ejército. El Señor comenzó esta palabra hablándonos acerca de llamar y reunir a su ejército poderoso. Por lo tanto, tiene un plan activo de victoria para nosotros si nos reunimos como su ejército.

Aunque hay muchas características diferentes en un ejército, existe un componente esencial que permanece sobre el resto que lo hace verdaderamente poderoso: La unidad. Por lejos, la necesidad de unidad dentro del Cuerpo de Cristo no es una novedad para nosotros. Pero más que nunca, es vital caminar en unidad en este tiempo. Es uno de los componentes clave y necesarios para la victoria en los próximos días: Victoria sobre nuestras finanzas, en nuestra sanidad y en el gobierno de la nación. La unidad es uno de los factores determinantes de la velocidad de crecimiento y madurez como hijos e hijas, por mencionar algunos.

Mientras escribía esta revelación en papel, el Espíritu Santo me hablaba una y otra vez: “¿Cómo podría un hombre perseguir a mil si su Roca no los hubiera vendido? ¿Cómo podrían dos hacer huir a diez mil si el Señor no los hubiera entregado?” (Deuteronomio 32:30). Parece algo obvio en este verso que Él está confirmando la fuerza adicional que viene con el incremento del número de personas, pero me urgió a ir un poco más profundo… más allá de lo obvio. Lo hice y la palabra “uno” en este pasaje en particular, viene de la palabra hebrea “ejad” y significa “unidad o uno”. Se deriva de la raíz de la palabra “ajad”, que significa “unificar”.

Si sólo algunos creyentes se concertaran en unidad con otros sobre la Palabra de Dios, podrían traer cambios en sus casas y en sus comunidades. Luego, ¿cuál sería el daño que todo un ejército podría causar si nos unificáramos sobre la Palabra de Dios? ¿Podríamos cambiar las circunstancias de naciones completas?

Recuerdo Eclesiastés 4:12: “Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!”. Como puede ver, cada hebra por sí sola, no altera lo que son. El hecho es que siguen siendo tres hebras individuales de una cuerda. La diferencia es que están entrelazadas unas con otras para llegar a ser una, resultando en un incremento asombroso de su fuerza.

Dios es capaz de proveer desde los lugares que pueden parecer vacíos o llenos de destrucción

Estamos ingresando en tiempos extremos y difíciles para los estándares del mundo, pero Dios tiene otros planes para su Pueblo.

Recientemente el Señor me dio un sueño y en este sueño veía a otros que estaban de pie conmigo en un parque. Veíamos que venía una tormenta. Manejamos nuestro automóvil en la dirección que pensábamos que podíamos escapar de la tormenta inminente. Cuando detuvimos el auto, estábamos en un lugar que era tan claro que podíamos ver a miles de miles.

Una de las personas vio una nube en el cielo y nos dijo que se estaba formando un embudo desde esa nube. Cuando observamos, el embudo se formó muy rápido, tocando tierra, moviéndose rápidamente y dirigiéndose hacia nosotros. Supimos que no había posibilidad de escapar de su ruta en ese punto, así que nos tiramos hacia el suelo con nuestros rostros hacia abajo, cubrimos nuestras cabezas con nuestras manos. Mientras el tornado pasaba sobre nosotros, en lugar de quedarnos contra el suelo, nos pusimos de pie en el ojo de la tormenta. No nos causaba daños ni destrozos, en lugar de ello comenzaba a caer dinero, oro y tesoros sobre nosotros. ¡Estiramos nuestros brazos y nos regocijamos!

Dios puede más que traernos provisión y abundancia desde el mismo lugar donde parece que no hay nada o está lleno de destrucción. Él se especializa en hacer que sucedan imposibles.

Tenemos muchas cosas que cumplir en estos tiempos, pero su voluntad es que hagamos las obras mientras descansamos en Él. Podemos pelear y descansar con Él si creemos en su palabra y la declaramos en fe. Mientras nos unimos como un sólo Cuerpo, seremos cada vez más osados en el Espíritu Santo, hablando la Palabra de Dios con más autoridad de lo que hayamos conocido en este tiempo y en esta generación.

Podemos esperar eso y veremos milagros extremos de provisión como resultado de unificarnos en su Cuerpo, en su Palabra. Los milagros extremos traerán cosechas extremas de personas desde las tinieblas hacia la luz de Cristo. Su nombre será levantado y glorificado en lugares donde antes era burlado.

Al pararnos como uno, no debemos olvidarnos de orar por Israel

Mientras nos reunimos y nos movemos juntos, no debemos olvidarnos de Israel. Dios nos habló que debíamos orar y ayunar por Israel. Creo que orar y ayunar es una decisión personal, pero llegó el tiempo para que el Cuerpo de Cristo se una en oración y ayuno corporativo por Israel. Es necesario que como nación nos paremos en unidad por Israel y al hacerlo, recibiremos gracia y favor.

También es necesario que el Cuerpo de Cristo se pare en unidad con Israel y al hacerlo, recibiremos el poder del Espíritu Santo para desatar la intervención divina sobre toda una nación. Dios dijo que si oramos y ayunamos, traerá su intervención divina. ¡Podemos creerle porque es fiel a su Palabra!

En su servicio,

Taffie Furr

“El don sobrenatural de las lenguas que se manifestará en el 2009”

 

Por Theresa Phillips

clip_image002En el 2009 veremos un incremento sobrenatural del don de lenguas y el nacimiento de los dones de fe. Ambos dones serán utilizados para edificar a la Iglesia. La Iglesia está destinada a ser cabeza y no cola. Dios está enviando un gran aumento de la oración en el Espíritu.

Pablo dijo: “Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros” (1 Corintios 14:18). Judas dijo: “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo” (Judas 1:20).

La medida de nuestra fe determinará cuánto creemos en nuestras oraciones. La oración ha sido: “Oh, Señor, ayúdame en mi incredulidad”. Pero ahora nuestra oración debe ser: “Espíritu Santo, dime qué necesito orar”. Sí, debemos pedirle al Espíritu Santo que interceda a través de nosotros. Luego nuestra fe se elevará hacia el nivel que nos permitirá realizar la obra.

Dios está en los negocios terminados

Pudimos ver en los medios y aún a nuestro alrededor la siguiente Palabra:

“Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a calcular el costo, para ver si tiene suficiente dinero para terminarla? Si echa los cimientos y no puede terminarla, todos los que la vean comenzarán a burlarse de él, y dirán: Este hombre ya no pudo terminar lo que comenzó a construir” (Lucas 14:28-30).

“Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios” (Hebreos 12:2)

No sólo Él es capaz de culminar, ¡nosotros también!

“Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús” (Filipenses 1:6)

“Deben orar en el Espíritu Santo más que nunca antes”, dice el Señor. ¡Esto edificará una confianza que no podrá ser sacudida! Orar en el Espíritu Santo edificará una fe sin medida. “No serás sacudido”, dice el Señor.

Primer amor

“Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo” (Mateo 5:16)

El deseo extremo del Señor para su Iglesia es que regresen al primer amor. ¿Recuerdan cuando querían orar toda la noche? ¡Está regresando!

“Has perseverado y sufrido por mi nombre, sin desanimarte. Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. ¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio. Si no te arrepientes, iré y quitaré de su lugar tu candelabro” (Apocalipsis 2:3-5)

¡Dios nos está llamando a reedificar, restaurar, reclamar y volver a hacerlo!

Por amor, en amor y a través del amor

El 2009 será una aventura para quienes sean llenos del Espíritu. “En sus tiempos de oración verá muchas cosas sobrenaturales”.

Se incrementará la visión.

Aumentará el don de lenguas (diversas lenguas e interpretación de lenguas).

El nivel de fe se elevará, dando a luz un mover que sacudirá la nación y las denominaciones. Sí, aún ocurrirá en aquellas que tienen dones de fe. Espera y mira, porque el Espíritu se manifestará en muchas Iglesias donde no se lo recibía en el pasado, pero esto cambiará en el 2009. Visitará muchos tabernáculos y los rodeará con tal poder y fe que los guiará hacia nuevas dimensiones de poder para vencer por la fe.

¡Ocurrirán liberaciones de adicciones! Habrá sanidades y las salvaciones serán dramáticas hacia el final del año.

“Y muchos serán salvos”, dice el Señor. “Porque la Iglesia tomará tiempo para prepararse para este momento de coronación”, dice el Señor.

Un tiempo de preparación

Perfume de nardo para ser aplicado en la gloria de la resurrección: Habrá un corto período de preparación. Muchos se empaparán (bañarán sus espíritus) en los libros de Ester y Cantares.

“Del hombre son las disposiciones del corazón; Mas de Jehová es la respuesta de la lengua” (Proverbios 16:1)

Aplicar la armadura para los pies: “…y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz” (Efesios 6:15)

Debemos prepararnos para estar en su presencia y hacer lo que veamos hacer al Padre.

“La joven agradó a Jegay y se ganó su simpatía. Por eso él se apresuró a darle el tratamiento de belleza y los alimentos especiales. Le asignó las siete doncellas más distinguidas del palacio y la trasladó con sus doncellas al mejor lugar del harén” (Ester 2:9).

Ester trajo paz al rey. Su corazón era para hacer su voluntad, por eso pudo cumplir su propósito de salvar a su pueblo, el Pueblo de Dios. ¡Su preparación determinó la salvación de su nación! El Señor se complace por fe. Él desea enviarnos la ayuda que necesitamos para lograr lo que nos encomendó.

Estamos entrando en el tiempo de preparación para una unción santa. ¿Tiene aceite para ungir? Aplíquela diariamente y verá los cambios por sí mismo. “Luego, para consagrar a Aarón, lo ungió derramando sobre su cabeza el aceite de la unción” (Levítico 8:12).

Luego nuestros pies serán ungidos con perfume de nardo para estar listos para nuestro espíritu resucitado. ¡Será un aroma de gloria para el Rey que está guiando a la Iglesia hacia la Cosecha global!

¿Cómo funciona todo esto?

1. Únjase usted mismo.

2. Ore en lenguas, edifique su fe.

3. Reciba lo que Él le muestra en ese lugar secreto.

4. Prepare su corazón y su cuerpo para obtener paz y caminar en ella.

En el sitio donde usted ora, será purificado en su espíritu por orar en el Espíritu y establecer su fe.

5. Reúnase con gente que tenga su misma manera de pensar y eso lo ayudará.

Jesús no hizo nada que no viera hacer a su Padre: “Entonces Jesús afirmó: Ciertamente les aseguro que el hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su padre hace, porque cualquier cosa que hace el padre, la hace también el hijo” (Juan 5:19)

Vemos por el Espíritu

Ore en el Espíritu y observe

“Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos” (Efesios 6:18)

Bendiciones en este tiempo santo,

Theresa Phillips

lunes, 2 de febrero de 2009

“2009: El año donde nuestro fruto será manifiesto”

 

Por Sandy Warner

clip_image0022009 es el año donde se manifestará el fruto de nuestras vidas. Hablando espiritualmente, el número 9 representa los nueve frutos del Espíritu. Antes que nazca un bebé se debe plantar una semilla y luego va tomando forma silenciosamente dentro de límites establecidos. Cuando se cumple el tiempo, el bebé rompe los límites y aparece repentinamente. En ese momento de apertura, podemos ver su cara por primera vez. Esa es una buena analogía para el año 2009, representando la manifestación de la semilla que fue plantada y cuidada en nuestras vidas.

Jesús nos dijo que “conociéramos” los frutos. En griego, esto significa estar completamente familiarizado con ello, estar seguro, comprenderlos, resolverlos, percibirlos y saber perfectamente cuál de los frutos estamos produciendo y qué hacer con ellos. El Señor quiere que comprendamos porque el entendimiento es una fuente de vida (Proverbios 16:22).

Sin este conocimiento, estamos viendo a través de un cristal oscuro y sólo conocemos en parte. Pero cuando el Señor hace brillar su luz, podemos ver la cara de nuestro fruto y conoceremos, aún siendo conocidos. La misma palabra griega para “conocer” (Strong: NT 1921) se encuentra en estos dos pasajes:

“Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego. Así que por sus frutos los conocerán (Strong: NT1921)” (Mateo 7:17-20).

“Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido (Strong: NT 1921)” (1 Corintios 13:12).

Mientras vemos repentinamente la cara de las buenas y las malas semillas que cultivamos en nuestras vidas, ¿qué podemos hacer en el 2009 para asociarnos con el Señor? Veamos algunos tips sobre cómo “enfrentar” y “abrazar” ambos tipos de fruto y comprender cómo Dios lo hace.

Vea desde la perspectiva de Dios: beba de su amor

Fruto malo

Cuando el Señor señala nuestro fruto malo, es para liberarnos de la muerte que las malas semillas provocan en nuestra vida. Vea la destrucción desde su perspectiva. Él nos ama demasiado, ¡quiere liberarnos de la destrucción y la muerte!

“Trastornados por su rebeldía, afligidos por su iniquidad, todo alimento les causaba asco. ¡Llegaron a las puertas mismas de la muerte! En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción. Envió su palabra para sanarlos, y así los rescató del sepulcro. ¡Que den gracias al Señor por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres!” (Salmo 107:17-21)

Estoy sufriendo las malas semillas de la aflicción en mi cuerpo que parecen haber llegado al punto de explotar a lo largo de un año. Esa Escritura se transformó en una de mis favoritas. Estoy clamando al Señor en mi dificultad y Él me rescató de la angustia, enviando su Palabra para sanarme y liberarme de todas mis destrucciones. Quiero que todo lo que esté plantado en mi cuerpo, alma y espíritu que está produciendo muerte y destrucción en mi vida, sea cortado y arrojado fuera. No quiero la muerte, quiero la vida abundante. Jesús murió por mí para que pudiera tener vida y tenerla en abundancia (Juan 10:10).

“El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. El asalariado no es el pastor, y a él no le pertenecen las ovejas. Cuando ve que el lobo se acerca, abandona las ovejas y huye; entonces el lobo ataca al rebaño y lo dispersa” (Juan 10:10-12)

Buen fruto

Cuando Él revela el buen fruto que estamos produciendo, la Escritura dice que llevamos fruto para Dios. No podemos producir nada sin habitar en el Señor como nuestra Fuente; pero si lo hacemos, las áreas en las cuales vencemos se transforman en nuestras ofrendas hacia Él. Pensar que le podemos entregar a Dios un regalo, siendo el más rico del universo y dueño de todas las cosas; es un honor tremendo darle algo que realmente ministra su corazón.

“Por eso, si se casa con otro hombre mientras su esposo vive, se le considera adúltera. Pero si muere su esposo, ella queda libre de esa ley, y no es adúltera aunque se case con otro hombre. Así mismo, hermanos míos, ustedes murieron a la ley mediante el cuerpo crucificado de Cristo, a fin de pertenecer al que fue levantado de entre los muertos. De este modo daremos fruto para Dios. Porque cuando nuestra naturaleza pecaminosa aún nos dominaba, las malas pasiones que la ley nos despertaba actuaban en los miembros de nuestro cuerpo, y dábamos fruto para muerte. Pero ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito” (Romanos 7:3-6).

Por ejemplo, si alguien me trata sin respeto y me hiere profundamente, es una oportunidad para vencer esto y llevar buen fruto. Llevo esa circunstancia al Señor, clamo por su ayuda y luego comienzo a derramar semillas de bendición sobre esa persona. A través de mi sacrificio de palabras, hechos y oraciones de bendición y perdón, comienza a crecer el fruto de bondad en mi vida. Cuando se cumpla el tiempo donde ese fruto de bondad esté generando buen fruto, se lo entrego a Dios como un sacrificio de amor por todo lo que sufrí. Sin importar la respuesta que reciba de esa persona, el Señor la recibe en sí mismo porque conoce el dolor por el cual pasé para llevar ese fruto hermoso. Él recibe el regalo de nuestro fruto como algo muy, muy precioso.

Examinando nuestro fruto a través de la Escritura

Vencí una aflicción en mis huesos. ¿Qué hice para cooperar con Dios? Primero, investigué la palabra “huesos” en la Escritura y pude ver una cantidad de revelación y entendimiento acerca de mi vida y mi pasado.

La Escritura me enseñó que un buen reporte y las palabras agradables, sanan mis huesos y el temor del Señor me fortalece. Aprendí que cuando David pecó, fue atormentado en sus huesos toda una noche. Aprendí que el dolor de huesos es un reproche y un castigo, porque también un espíritu quebrantado los seca. Aprendí que si dejo de señalar con mi dedo, el Señor fortalecerá mis huesos. Lo mejor de todo, aprendí que si camino por sendas de santidad, sería sanada (Proverbios 3:8, Proverbios 15:30, Salmo 6:1, Salmo 31:10, Salmo 38:3, Salmo 102:3, Proverbios 17:22, Job 33:19, Isaías 58:9, 11, Hebreos 12:12, Isaías 35).

También aprendí que honrar (estimar y valorar) a mis padres y honrar la Palabra de los profetas para que me vaya bien en mi vida y prosperar (Éxodo 20:12, Efesios 6:3, 2 Crónicas 20:20).

Como resultado de estos hallazgos, comencé a cambiar y decidí hablar bien, sin juzgar a otros y señalarlos con mi dedo. Me resistí a tener comunión con fuentes que no hablaran lo correcto. Aprendí a honrar a aquellos a quienes el Señor estableció en mi vida como sus representantes. Aprendí cómo temer al Señor creyendo en sus promesas de siembra y cosecha. ¿Llegué a eso? No, pero estoy tratando sinceramente y haciendo mi mejor esfuerzo en el temor del Señor.

Aprendí a abrazar su corrección para poder producir el fruto de paz por las elecciones correctas en mi vida. ¿Por qué? Cuando no tomo las decisiones correctas, se produce muerte y destrucción en mis miembros. Cuando tomo las decisiones correctas, se produce un árbol saludable. ¡Quiero una vida saludable!

“El fruto de la justicia es árbol de vida, pero el que arrebata vidas es violento. Si los justos reciben su pago aquí en la tierra, ¡cuánto más los impíos y los pecadores!” (Proverbios 11:30-31)

“En efecto, nuestros padres nos disciplinaban por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad. Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella” (Hebreos 12:10-11). Vea también Proverbios 12:12-14 y Efesios 5:9-14.

Examinar las semillas en nuestro pasado para cambiar nuestro futuro

Quise saber de dónde provenían estas semillas de aflicción. El Señor comenzó a señalar a mis antepasados, sus trabajos y personalidades, mostrándome cómo imité ciertas decisiones que no lo honraban a Él. Para equilibrar la balanza, Él iluminó los buenos dones que recibí de mis antepasados, luego me dio un corazón agradecido y creativo, maneras tangibles para honrarlos por haber cultivado esos dones positivos.

Me recordó sueños, visiones y palabras anteriores que revelaron las semillas de aflicción en toda mi vida y cómo todas formaron parte de mi destino para vencer. Me mostró dónde tomé malas decisiones que alimentaron esas semillas y luego me dio ideas para cambiar. Para balancear las cosas, me mostró dónde estaba haciendo un buen trabajo como vencedora, cerrándole los caminos a las tinieblas para poder ser libre, sana y mantener mi salud.

Cuando la aflicción me golpea y el impacto se hizo evidente repentinamente, Él me enseñó lugares donde me estaba corrigiendo porque había resistido su voz y no obedecí a su Palabra. También me mostró lugares donde no había sido corregida, entonces no caí presa de la condenación, sino apoyar mi vida en la luz de su verdad sobre lo que dice la Escritura que Él siente acerca de mí. Él es muy celoso y nos ama apasionadamente y con fiereza; es implacable para ganar cada parte de nuestra vida, aún si tiene que corregirnos y hacernos cirugía espiritual.

Examinar el fruto de lo que decimos

La Escritura afirma que somos conocidos por lo que decimos y comeremos vida o muerte por lo que decimos. Si tememos al Señor, nos daríamos cuenta cuán aterrador es comer del fruto de nuestros labios. La Escritura también promete que los maestros serán juzgados por un estándar más elevado.

Padres, ¿qué les hablamos a las vidas de nuestros hijos? Si hablamos corrección, ¿también hablamos las buenas promesas que vienen por el cambio? ¿Honramos el buen fruto y los cambios cuando los vemos?

¿Hablamos de una manera positiva y útil a las vidas de las personas? ¿Sanamos sus heridas? ¿Vemos el bien en la gente y le hablamos a su potencial?

¿Castigamos a nuestros líderes, naciones, escuelas y ciudades con juicios y críticas? ¿Queremos ser juzgados de la misma manera? ¿Somos agradecidos por lo que tenemos? ¿Oramos por nuestros allegados?

El Señor dice que es un tiempo para temerlo y hablar de una manera correcta. Cuando hablamos, necesitamos equilibrar la balanza entre el bien y el mal, luego inclinarla hacia donde el bien vence al mal (Romanos 12:21).

“Ningún árbol bueno da fruto malo; tampoco da buen fruto el árbol malo. A cada árbol se le reconoce por su propio fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas. El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca” (Lucas 6:43-45).

“Cada uno se llena con lo que dice y se sacia con lo que habla. En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto” (Proverbios 18:20-21).

“Produciré fruto de labios: Paz, paz para el que está lejos y para el que está cerca, dice Jehová. ‘Yo lo sanaré’. Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto y sus aguas arrojan cieno y lodo. ‘¡No hay paz para los impíos!’, ha dicho mi Dios” (Isaías 57:19-21)

Examinar el fruto de nuestras acciones

Cuando crié a mi hijo menor, en lugar de decirle “no” (produciendo oídos sordos), le enseñé a tomar decisiones. Eso detuvo su comportamiento y lo ayudó a ver los resultados, a menudo con el entendimiento de sí mismo y su comportamiento. Lo felicitaba cuando tomaba buenas decisiones. Estaba basada en el sistema de siembra y cosecha. Ese método es exactamente el mismo que utiliza nuestro Padre para criarnos. Debido a las generaciones caídas donde no les prestamos atención a las Escrituras, perdimos entendimiento acerca del fruto de nuestras vidas.

Veamos los siguientes principios y promesas Escriturales sobre la forma como Dios trata con nosotros: “¡Yo, Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras!” (Jeremías 17:10).

“Tú haces misericordia a millares, y castigas la maldad de los padres en sus hijos después de ellos. ¡Dios grande, poderoso, Jehová de los ejércitos es su nombre! Grande eres en consejo y magnífico en hechos; tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos y según el fruto de sus obras. Tú hiciste señales y portentos en la tierra de Egipto hasta este día, en Israel y entre los seres humanos; así te has hecho renombre, como se ve en este día” (Jeremías 32:18-20).

“¡Ofrecedle del fruto de sus manos, y que en las puertas de la ciudad la alaben sus hechos!” (Proverbios 31:31)

¿Cómo nos ayuda aceptar que comeremos el fruto de nuestras obras? Aceptar el fruto de nuestras vidas es estar en paz con los caminos de Dios y alentarnos al cambio; por lo tanto, nuestras vidas serán mejores.

“No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe” (Gálatas 6:7-10).

En el buen fruto, la Escritura nos promete que cuando damos en nuestros tiempos productivos, luego en tiempos de escasez el fruto de ello volverá cuando lo necesitemos.

Ahora usted tiene abundancia y puede ayudarlos. Luego en otro tiempo pueden compartir con usted cuando lo necesite. De esta manera, se satisfacen las necesidades de todos. ¿Recuerda lo que dicen las Escrituras acerca de esto?

“En las circunstancias actuales la abundancia de ustedes suplirá lo que ellos necesitan, para que a su vez la abundancia de ellos supla lo que ustedes necesitan. Así habrá igualdad, como está escrito: Ni al que recogió mucho le sobraba, ni al que recogió poco le faltaba” (2 Corintios 8:14-15).

Quizá estuvimos atravesando un tiempo de dolor, pero el Señor nos traerá una cosecha de buenos frutos de amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio, a través de los cuales la gente trató con nosotros cuando más los necesitábamos. Experimentaremos estos frutos en nuestras propias emociones durante las circunstancias difíciles (Gálatas 5:22-26). Lo mejor es que Dios acumulará estos buenos frutos sobre nuestra vida por la manera como nos trató durante nuestro tiempo de necesidad.

Mejores elecciones para un mejor futuro

Quizá sintamos que nuestras vidas se están tambaleando en el límite, pero podemos tener el descanso para nuestras vidas haciendo las mejores elecciones para nuestro mejor futuro. ¿Si? Nunca es demasiado tarde para cambiar y Dios nos honrará mientras nos inclinamos, nos arrepentimos y nos sometemos a Él.

“Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!” (Salmo 1:1-3)

Sandy Warner