Por Chuck Pierce
Entramos en el mes de Nisán
Estos son tiempos intensos pero gloriosos para todo el mundo. La Iglesia se está levantando de nación en nación. Estoy viendo hambre por la revelación profética. Esto nos dará la visión de lo que Dios está haciendo en esta hora (Proverbios 29:18). Sin revelación profética, perderemos nuestro camino. Gracias por creer en mí como un embajador de la voz profética de Dios. Debemos anhelar que caigan las estructuras religiosas que impiden que el odre de este tiempo reciba el poder que está llegando.
En esta estación viene un cambio mayor en nuestra forma de adorar y conocer a Dios corporativamente. El fin de semana pasado me sorprendí por las diferentes expresiones de la adoración y el sonido que se soltó en la Conferencia de los Primeros Frutos. No fue sólo la voz profética, fue generacional.
Ahora ingresamos en el mes de Nisán, “el primero de los meses”. La tribu que el Señor escogió en primer lugar fue Judá y significa alabanza. Esta palabra se origina en las raíces “valor” y “precio”. En este mes la alabanza será preeminente. El calendario hebreo tiene tiempos establecidos cuando ciertas bendiciones se deben declarar sobre la tierra.
Cada mes es designado por el Señor para soltar una bendición en nuestras vidas. Su deseo es que nos movamos de bendición en bendición el resto del año. En este “primer mes de los meses” existen ciertas cosas que se deben hacer “primero”. El Señor le habló a Moisés y Aarón diciendo: “Este mes será para ustedes el más importante, pues será el primer mes del año.” (Éxodo 12:2). Este mes marca el comienzo de la salida de los hebreos de Egipto hacia Su pacto. Aunque la Iglesia se secularizó y abrazó el concepto babilónico de la Pascua, seguimos funcionando en la observancia de la liberación por la Sangre al reconocer la Resurrección.
No es una estación para ser pasivo en el Cuerpo de Cristo
Existen muchos ejemplos maravillosos donde los israelitas expresaron una alabanza violenta. Moisés y Miriam cantaron y danzaron cuando salieron de Egipto. En ese momento, Miriam tenía 90 años de edad cuando guió danzando a la congregación. Los israelitas también expresaron una alabanza violenta en Jericó. Gedeón expresó una alabanza violenta sobre los Madianitas. Pablo y Silas expresaron una alabanza violenta que los sacó de la prisión. No se preocupe qué dirá para alabar violentamente, ¡simplemente permita que su corazón responda ante Dios porque Él se lo merece! El Salmo 81:10 dice: “Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto. Abre bien la boca y te la llenaré”.
La restauración del Tabernáculo de David está avanzando sobre la realidad terrenal en esta generación. Debemos leer Amós 9, Hechos 15 y luego el libro de Apocalipsis. Uno expresa proféticamente, el otro expresa históricamente y el último revela la expresión actual de la guerra en los Cielos. Cuando lee con detenimiento, podrá ver cómo nosotros, como ejército de Dios en la tierra, colaboraremos con el Ejército Celestial para expresar el poder vencedor del Dios Santo en todas las naciones de la tierra. Esto desatará una cosecha global. Su alabanza violenta prepara un depósito para la cosecha del Reino.
Mientras usted alaba violentamente, suelta el “Rugido del Señor” que estuvo retenido en el pueblo de Dios. Déjeme explicar el “Rugido del Señor”. El sonido de Dios se escurre desde el Cielo y determina qué sucede en la realidad terrenal. Cuando Él está listo para traer restauración sobre la tierra, suelta Su sonido. ¡Judá va en primer lugar! ¡Judá ruge! El rugido de Dios está dentro de nosotros. Judá significa “alabado sea Yahweh”. No se resista al mayor cambio que recrea nuestra forma de adorar y nuestro agradecimiento corporativo hacia Dios. Yahweh significa “Dios de pacto”.
Este es un mes donde nuestra alabanza y adoración es importante para el Señor. Además es un tiempo cuando comenzamos a valorar el pacto en el cual nos permitió entrar con Él. ¡Qué precio tuvo que pagar para darnos acceso al Trono! Nuestra adoración tomará un gran significado en este tiempo y soltará grandes bendiciones en la tierra.
Violencia significa: “acción vehemente, violenta o destructiva, a menudo involucra infringir, ultrajar o agredir”. Mateo 11:12 dice: “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”. La frase “el Reino de los Cielos sufre violencia”, implica buscar una porción con el celo más ardiente y la actitud más intensa. La NVI dice: “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea, y los que se esfuerzan logran aferrarse a él”.
Alabar a Dios es proclamar Su mérito o valor sobre cada situación en la que nos encontramos. Grite: “¡Gloria!”. ¡Usted puede soltar la bendición! Su corazón puede expresar agradecimiento.
Alabar incluye ofrecer sacrificios (Levítico 7:13), movimiento físico (2 Samuel 6:14), silencio y meditación (Salmo 77:11-12), testimonio (Salmo 66:16), oración (Filipenses 4:6) y una vida santa (1 Pedro 1:3-9). La alabanza está ligada a la música, tanto instrumental (Salmo 150:3-5) como vocal. La alabanza incluye expresiones espontáneas de agradecimiento por algún acto redentivo de Dios (Éxodo 15, Jueces 5, 1 Samuel 2, Lucas 1:46-55, 67-79). La alabanza también incluye salmos formales e himnos adaptados a la adoración corporativa (2 Crónicas 29:30) y a la Iglesia (Colosenses 3:16). La alabanza debe ser una expresión del corazón y no un show (Mateo 15:8).
El sonido del Trono
Dios está persiguiendo a Su pueblo. El Espíritu del Señor nos está llamando a adorar. Dios está soltando un sonido desde el Cielo que la gente por todo el mundo está abrazando. El llamado nos acerca a Él y nos une entre nosotros. El sonido nos hace ir a la guerra. Debemos manifestar en la tierra lo que Dios habla en los Cielos. El sonido de Dios se destila desde el Cielo y ordena qué sucede en la tierra. Cuando Él está listo para traer restauración a la tierra, suelta Su sonido.
Un sonido físico siempre hace avanzar al ejército de Dios. Siempre lo visualizo de esta manera: Dios está en Su Trono y Jesús está sentado a Su diestra. Jesús es la puerta que tenemos hacia el Trono del Padre. La Palabra de Dios nos dice en Santiago 4 que debemos someternos a Él y luego resistir al diablo. Creo que mientras adoramos y nos sometemos a un Dios santo, podemos entrar en un contacto íntimo con Él. Aunque caminemos aquí en la tierra en adoración sumisa, ascendemos hacia el Cielo. Mientras buscamos individualmente a Dios y ascendemos a Su Trono, podemos oír el sonido del Cielo en nuestro espíritu sobre la tierra. Además encontramos esto por todo el Libro de Apocalipsis.
El Libro de Apocalipsis es un desfile increíble y elaborado, interpretado para nosotros por cantantes celestiales con criaturas y ancianos. Juan vio una puerta abierta en el Cielo y la voz que oyó fue como una trompeta que hablaba y decía: “Sube acá: voy a mostrarte lo que tiene que suceder después de esto” (Apocalipsis 4:1). Muchas veces, la voz del Señor suena como una trompeta que nos llama a avanzar. En la Palabra de Dios, la trompeta o shofar tiene un sonido distintivo para convocar a una asamblea y convocar al pueblo a la guerra.
Nisán es el mes de la Pascua. Es un tiempo para cruzar hacia la herencia que se nos prometió. Josué 3:15-17 dice: “Ahora bien, las aguas del Jordán se desbordan en el tiempo de la cosecha. A pesar de eso, tan pronto como los pies de los sacerdotes que portaban el arca tocaron las aguas, éstas dejaron de fluir y formaron un muro que se veía a la distancia, más o menos a la altura del pueblo de Adán, junto a la fortaleza de Saretán. A la vez, dejaron de correr las aguas que fluían en el mar del Arabá, es decir, el Mar Muerto, y así el pueblo pudo cruzar hasta quedar frente a Jericó. Por su parte, los sacerdotes que portaban el arca del pacto del Señor permanecieron de pie en terreno seco, en medio del Jordán, (el Jordán se desborda sobre todos sus bancos durante el tiempo de la cosecha) mientras todo el pueblo de Israel terminaba de cruzar el río por el cauce totalmente seco”.
Creo que nos estamos moviendo en el tiempo perfecto de Dios. El ritmo es muy importante. “En Él nos movemos y somos” (Hechos 17:24-26, Colosenses 1:19, 2:9). Estoy orando por usted para que pueda moverse en el ritmo perfecto de Dios.
En este mes de Nisán, aquí vemos las áreas clave sobre las cuales podrá enfocar su intercesión de 8 días:
Día 1: Lea Génesis 29:35, 49:8-12, Deuteronomio 33:7, Jueces 1, Jueces 20, 1 Samuel 16 y el Salmo 89. Judá va primero. Como este es el principio de los meses, este mes representa a la Tribu de Judá. Permita que la alabanza surja de su corazón. Si comienza a alabar ahora, entonces Él se entronizará en medio de su vida y sus situaciones. Comience este mes alabando y permita que sea el patrón para usted el resto del año.
Día 2: Atrape el “Viento nuevo” de Su Espíritu. Lea 2 Samuel 5, 1 Corintios 13 y Juan 3. Este mes representa la renovación anual del plan HEI de Dios. Recuerde la letra hebrea HEI. Este es un mes ligado con la ventana del Cielo y su sonido invadiendo su vida en la realidad natural. Encontramos otro sonido antes que Dios guiara Sus tropas a avanzar y era “el viento sobre las balsameras”.
En 2 Samuel 5, David experimentó una gran apertura en su propia vida. Lo que se profetizó acerca de él 29 años antes, había llegado a su cumplimiento. Tuvo que guiar a los ejércitos hacia la batalla. David tenía un propósito central: Recuperar el Arca del Pacto de Dios y ubicarla en su posición correcta en medio del pueblo del pacto. Cuando los Filisteos oyeron que David fue ungido como rey, se levantaron en su contra. David derrotó a los Filisteos y los arrojó de su territorio de autoridad. Aunque se reagruparon y regresaron a él otra vez. Le preguntó al Señor si debía perseguirlos.
En 2 Samuel 5:24, el Señor le responde: “Tan pronto como oigas un ruido como de pasos sobre las copas de los árboles, lánzate al ataque, pues eso quiere decir que el Señor va al frente de ti para derrotar al ejército filisteo”. El sonido para marchar no era sólo el viento soplando sobre las copas de los árboles, sino las Huestes de los Cielos y el Ejército de Dios susurrando entre las hojas. Eso significaba que estaban presentes para ayudar a David en la victoria. ¡Este es el mes para reconocer a los ángeles a su alrededor! Si mantenemos nuestro espíritu activo y en comunión con el Espíritu Santo, comenzaremos a ver la Presencia de Dios y a Sus Huestes Celestiales peleando a su favor.
En el Libro de Apocalipsis encontramos que el punto real es la relación entre los sonidos del Cielo y la demostración de Dios en la tierra. El sonido nos guía a avanzar. Debe anhelar que los sonidos del Cielo ordenen sus acciones hoy.
Día 3: Lea 2 Samuel 11:1 y Daniel 1-4. En el calendario hebreo, los meses se superponen con el calendario romano. Esta es la estación de primavera y el comienzo de los meses de luz directa. Pida que la revelación descienda y descanse sobre usted en los próximos seis meses.
Día 4: Lea el Salmo 107, Éxodo 10-12 y Hebreos 9. Este es el mes de la redención. Él pagó por usted con Su Sangre para que pueda ser libre de cualquier prisión en la que haya caído. Por lo tanto, invierta este mes agradeciéndole a Dios por su liberación y Él, como su Libertador, se posicionará a Sí mismo en su camino para el resto del año.
Día 5: Lea los Salmos 90-92, Hechos 5 y 19. Este es el mes del comienzo de los milagros, ¡crea por imposibles!
Día 6: Lea Hageo 1-2 y Zacarías 4. Este es el mes que marca el rumbo para su futuro. Este es el mes para decretar (proclamando) su futuro. Proclame el futuro que espera y declare que será mayor que su comienzo.
Día 7: Lea Génesis 22. Este es el mes para RAM o cordero. Busque su RAM enredado en la zarza. Dios comenzará a revelarse a Sí mismo como Jireh.
Día 8: Lea el Salmo 26 y Lucas 10. Este es el mes para pisar con su mejor pie, “el mes del pie derecho”. Escoja servir al Señor lo mejor que pueda.
Cuando está en el tiempo de Dios, puede reconciliar Su plan redentivo para su vida y caminar bajo Sus bendiciones derramadas. En el tiempo de Dios se revelan Sus planes secretos. En el tiempo de Dios su mentalidad es impregnada con Sus pensamientos. Cuando reconcilia sus pasos con el ritmo de Dios, lo que fue sembrado en sus pensamientos se desarrolla hasta llegar a ser la expresión de una mentalidad completamente renovada.
Al entender la agenda de Dios y el plan mensual que ordenó, puede programar sus asuntos y alinear su agenda terrenal con la Celestial. Esto lo hará tener éxito para manifestar la totalidad de la porción de Dios y finalmente cumplir Su plan para usted en la tierra. ¡Esto es experimentar Su plenitud!
¡Plenitud significa que el Señor lo llenará hasta que pueda andar y lo hará hasta que cumpla Su plan! (Juan 1:16). El concepto de plenitud significa que existe un lugar de abundancia que usted puede experimentar (Juan 10:10). La plenitud ocurre cuando algo se llena o se completa (Mateo 9:16, Marcos 2:21, 6:43, 8:20). Piense en los fragmentos de pescado y los panes que llenaron las cestas. Ese es un buen ejemplo de plenitud. El Señor toma lo que usted tiene, lo parte, lo bendice y recibe más de lo que tenía antes de comenzar.
La plenitud ocurre en su vida cuando está fluyendo la medida de la bendición de Cristo (Romanos 15:29). La Cosecha está ligada a la plenitud. Cuando la salvación de los gentiles llegue a un número que satisfaga los requerimientos de plenitud de Dios (Romanos 11:25), habremos ingresado en el cumplimiento y veremos la manifestación del cumplimiento del plan para los judíos.
Nisán también es un mes de redención. ¡Quizá este sea un tiempo de visitación donde la presencia y el poder de Dios invaden su espacio y ordenan sus pasos! Los redimidos del Señor dirán “aquí”. Este es un tiempo cuando la adoración tipo “zarza ardiente”, surgirá en medio del pueblo de Dios. Esto soltará un llamado de liberación por toda la tierra. Cuando el rugido del Señor se manifieste, caerá un manto profético (Amós 3). Libere el rugido del Señor que se encuentra en lo profundo de su ser, esto lo capacitará para oír con claridad su futuro. Habrá una unción que abrirá sus “oídos”. Percibirá al Señor quebrando grilletes ocultos que mantuvieron su gozo en cautividad.
Grite: “¡Gloria!” ¡Suelte bendiciones! ¡Exprese su agradecimiento! Lo que debe hacer es decir: “Dios, ¡quiero ser bendecido con la plenitud de Tu plan redentivo para mi vida!”. ¿Qué significa redención? El precio que debía pagarse para liberarlo de cada una de sus prisiones. Haga una lista de cada una de sus prisiones y comience a gritar: “¡Estoy saliendo!”.
Cualquiera puede abrazar este llamado a levantarse y ser un guerrero de adoración. Si creemos en Jesús, automáticamente estamos alistados en Su ejército. Guerreros de adoración, ¡levántense! Los guerreros de adoración de cada generación, jóvenes y ancianos, deben conectarse y levantarse. Este es el tiempo para adorar, presentarse con valentía ante el Trono e ir a la guerra. El sonido se está soltando. ¡Escúchelo, entre en la batalla y suelte la Cosecha! ¡Este es un gran momento para alabar! ¡Sienta cómo Su presencia lo rodea!
Bendiciones,
Chuck D. Pierce
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