jueves, 25 de junio de 2009

“La oración de autoridad: Dios está por cambiar lo que parece inconmovible”

 

Por Garris Elkins

clip_image002Nuestra civilización se encuentra en una época de ciclos de cambio. Este ciclo de cambio probará todo lo que conocemos. Dios está dando a luz algo nuevo en su Iglesia para prepararnos para ministrar de una manera sobrenatural a un mundo exhausto por la religión muerta y las promesas políticas. Por toda la creación está soplando un viento de renovación de la presencia de Dios.

Él le está pidiendo a su pueblo que se vuelva a posicionar en sus altares de oración. Está llamando a la Iglesia a concientizar la plenitud de su posición en Cristo, no sólo como una verdad teológica, sino como una posición de autoridad desde la cual orar. Se nos pidió que lleváramos nuestros altares de oración hacia el Trono de Dios y allí comenzar a orar para que su voluntad se manifieste sobre la tierra.

Pablo definió esta posición de la Iglesia en Efesios 1:19-23:

“…y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque, no sólo en este mundo sino también en el venidero. Dios sometió todas las cosas al dominio de Cristo, y lo dio como cabeza de todo a la iglesia. Ésta, que es su cuerpo, es la plenitud de aquel que lo llena todo por completo”.

El poder de la resurrección hizo que Jesús se sentara más allá de los conflictos y cambiara lo que estaba ocurriendo sobre la tierra. Cuando adquirimos esta perspectiva, veremos en la realidad invisible con los ojos de la fe y luego comenzaremos a orar para que se manifiesten aquellas cosas que son imposibles en el mundo natural. Pablo sigue diciéndonos qué significa la posición de Jesús para nosotros. En Efesios 2:6 Pablo dice: “Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales”.

No podemos orar con poder, confianza y autoridad si nuestra línea de visión se limita a lo que ocurre a nuestro alrededor. Nuestras oraciones deben ser creadas y soltarse desde la perspectiva celestial. Es desde nuestra posición en Cristo, sentado a la diestra de Dios, que adquirimos una perspectiva de oración llena del coraje que viene de ver esta vida desde la perspectiva de Dios. Jesús dijo que sólo hacía lo que veía hacer al Padre. Eso mismo aplica para nosotros. Orar la voluntad de Dios significa que primero debemos comprenderla.

¿Cómo es una oración desde el Trono de Dios?

Veamos cómo es esta oración a la luz de Efesios 1 y 2:

Esta clase de oración se realiza con la autoridad de la resurrección

“Este es el mismo poder que levantó a Cristo de los muertos” (Efesios 1:19-20). La muerte trató de retener a Jesús, pero el poder de la resurrección pateó la puerta de esa celda. Cuando usted ve a la muerte tratando de levantar su autoridad falsa sobre su situación, corra hacia su posición en Cristo y declare su victoria en oración desde el Trono de Dios. Mientras esa clase de oración se suelta, los reinos de la tierra se sacuden por el poder de la resurrección.

Esta clase de oración siente el toque de la mano del Padre

“Y lo sentó en el lugar de honor, a la diestra de Dios en los lugares celestiales” (Efesios 1:20). Además, usted y yo también estamos a la diestra del Padre porque estamos en Cristo. Una vez más, Efesios 2:6 declara: “Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales”.

Como Cristo está sentado a la diestra del Padre y como usted y yo estamos juntos en Cristo, estamos en esa posición para experimentar una intimidad con Dios que determinará que se suelte todo por la oración de fe. Las oraciones de fe nacen de la gente que conoce y experimenta la intimidad con Dios. ¡Usted no está lejos de Él! ¡Nunca! Ore con confianza como alguien que está para siempre unido con su Redentor.

Esta clase de oración nace lejos del tumulto

“…muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque, no sólo en este mundo sino también en el venidero” (Efesios 1:21). Las tensiones sociales, políticas y económicas ocurren en la tierra, no afectan esta clase de oraciones. Las oraciones de arriba no son afectadas por las condiciones de abajo.

Mientras ora desde el Trono de Dios lo está haciendo como su hijo. Para el espíritu religioso, usted aparecerá como precoz o quizá testarudo. No se preocupe acerca de lo que sienten los demás. Usted es un hijo de Dios que tiene acceso al Padre las 24 hs del día. Estamos posicionados con Aquel que está más allá de todo. Eso debe traer confianza sobre los hijos de Dios.

Esta clase de oración fluye desde la cabeza

“Dios sometió todas las cosas al dominio de Cristo, y lo dio como cabeza de todo a la iglesia” (Efesios 1:22). Orar desde el Trono de Dios sobre la tierra le hablará a las áreas del sistema del mundo que viven independientemente de Dios. La cabeza trae orden. La oración desde el Trono de Dios declarará la soberanía sobre el desorden y la rebelión que le robó el gozo de Dios a la tierra. Se someterá la rebelión, se detendrán las guerras y los líderes nacionales se someterán a la palabra del Señor cuando la Iglesia ore.

Existen transiciones sociales y políticas que están ocurriendo, algún día podremos rastrearlas hasta las oraciones de alguien desde su posición en Cristo, a la diestra del Padre. Estas oraciones no descansarán en el esfuerzo humano por tratar de convencer a Dios para que se mueva, descenderán con unción y desatarán cambios sobrenaturales. La autoridad fluye desde la Cabeza, así como las oraciones de los santos. Las fortalezas que muchos cristianos pensaron que nunca cambiarían, lo harán de repente. Dios está por cambiar lo que parece ser inconmovible.

Tenemos una doble nacionalidad

Dios le está hablando a su Iglesia en este momento de la historia de la humanidad, no sólo para que nos demos cuenta quienes somos en Cristo, sino para comprender dónde estamos en Él. Somos ciudadanos con doble nacionalidad, terrenal y Celestial.

Pídale a Dios que lo lleve hacia el Trono y le revele las cosas por las cuales debe orar en esta época de cambios. Examinar la tierra desde esta perspectiva cambiará para siempre su manera de orar, porque verá al mundo desde la perspectiva Celestial.

Garris Elkins

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