jueves, 25 de junio de 2009

“Muchos de mis hijos se encuentran en un desvío divino”

 

Por Al Thomas

clip_image002Conducía hacia una cita para almorzar con un Pastor cuando entré en un desvío. Debido a esto, el tráfico se atascó y me movía lentamente. Miré la hora y supe que ese tráfico no comenzaría a circular en poco tiempo, haciéndome llegar tarde. Comencé a irritarme, hasta que la presencia de Dios vino sobre mí. Pude sentir al Padre decir: “Metí a muchos de mis hijos en un desvío divino y ellos no lo saben”.

Algunos están experimentando bloqueos inesperados en su caminar con Dios…

Generalmente, todo parece andar sobre rieles para usted. La mayoría de las batallas fueron fáciles de ganar y las tentaciones (aunque constantes) usualmente no lo hicieron deslizarse (1 Corintios 10:13). Entonces todo el infierno se vuelve en su contra. Aquellas cosas que solía manejar sin problemas, repentinamente comienzan a superarlo y usted comienza a preguntarse, ¿Dónde se fue su fortaleza? (Salmo 6:2).

Ahí está usted, llamado por Dios y siguiendo sus planes lo mejor que puede, cuando las cosas comienzan a ir cuesta abajo. Su espíritu solía clamar con entusiasmo, pero ahora le cuesta salir de la cama.

No tema, Dios está preparando algo nuevo para usted, pero para manifestarlo (y aquí viene la palabra), primero debe podarlo (Juan 15:2). Usted no lo pidió, pero ahora debe pelear la batalla (Efesios 6:11-12). Usted debe apretar los dientes y avanzar, porque lo esperan tremendas recompensas si no abandona (Filipenses 1:6). Usted decide mantenerse en movimiento (Filipenses 4:13). Dios lo aprueba.

Algunos piensan que se están moviendo con gran dificultad y ven escasos progresos…

Está equivocado. Si Dios le hubiera permitido seguir en la misma senda de antes (Proverbios 14:12), hubiera perdido la oportunidad (y las bendiciones) que Él está a punto de mostrarle. A menudo, Dios nos fuerza a desviarnos para encaminarnos hacia la cosecha que tiene para nosotros (Juan 4:38). A veces alcanzamos mucho más en la realidad espiritual cuando nos hace esperar (Isaías 40:31) que cuando estamos “ocupados” para Dios.

No caiga en pánico porque parece que no sucede nada. Dios pulsó el “botón divino de pausa” para atraerlo hacia Él y sentarlo en su presencia, un lugar al que trató de llevarlo desde hace tiempo (Mateo 11:28-30). Sí, usted se está moviendo, sólo que esta vez Él lo está llevando. Sí, está hacienda progresos, pero esta vez Él lo está dirigiendo. Usted oró por esto desde hace tiempo, no pelee en contra de ello. Ahora relájese… mientras Él avanza.

Debido al desvío, no piense que sus promesas se pospusieron…

Lo opuesto también es verdad (Salmo 138:8). Como Dios lo está llevando en una dirección diferente, la promesa no sólo ocurrirá, se cumplirá en una dimensión mucho mayor porque usted le permitió a hacerlo a su manera (Salmo 18:30). Sí, entendió bien y su corazón está en el lugar correcto, pero Dios quiere mostrarle un “camino mejor”.

Como decidió no entrar en pánico y tomar una ruta alternativa al desvío, Dios puede hablar con usted acerca de sus planes eternos y sobre los suyos (Jeremías 29:11). Ahora se da cuenta que debería haber tomado este desvío mucho tiempo antes, pero no pudo discernir las señales. Comenzó a agradecerle a Él por “forzarlo a desviarse”, porque lo llevó hacia una comunión más profunda con el Rey (Lucas 24:15). Sonría.

Regocíjese, está en buena compañía y a punto de hacer historia…

Dios le dio a Pablo un desvío divino (Hechos 9) y cambió la historia. Jesús le dio un desvío a un pescador y puso sus vidas patas para arriba (Mateo 4:18-19). Dios envió al ángel Gabriel hacia María para el mayor desvío de todos, y como ella lo aceptó (Lucas 1:30-31), usted y millones de otras personas ahora están en el Reino de Dios. Ellos y muchos otros podrían haber tomado el “camino normal”, pero no hubieran cambiado la historia.

La autopista de Dios aparece delante de usted (Isaías 35:8) y necesita comenzar a agradecerle a Él por la interrupción. Regocíjese por el desvío que Dios colocó delante de usted. No se escape de ella. Muchos serán banditos porque usted dice: “Dios, no reconozco este camino, no estuve allí antes, pero como tú lo dices, seguiré tu desvío para mí”.

Recuerde, nadie dice que tiene que comprender el desvío por el cual Dios lo está haciendo pasar… lo hará más tarde. Por ahora, respire profundamente, cálmese y disfrute la visión. Simplemente mantenga sus ojos en Jesús y Él le permitirá conocer la salida (1 Samuel 3:10).

Al Thomas

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