Por Cindy Trimm
Mateo 2:10-11 dice: “Al ver la estrella, se llenaron de alegría. Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra”.
Te estoy anunciando que Dios está trabajando a tu favor. Ya soltó tu provisión. Pon atención a tu momento profético cuando el propósito converja con tu destino. Dios te está ubicando en posición, no sólo para recibir tu milagro de provisión, sino para poder bendecir a otros.
Tu milagro ya está en marcha. Algo bueno está por suceder contigo. Dios ya profetizó tu destino y ahora es una fuerza dinámica que te está impulsando y moviéndote hacia una dirección profética: un código postal espiritual.
Hechos 17:26 dice: “De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios”.
Según Hechos 17:26, la Biblia establece que Dios, antes del tiempo, determinó tu código postal espiritual, ese lugar espiritual y esa localización geográfica; cuando entres en ese escenario, todo lo que te rodea comenzará a alinearse.
Que el enemigo no seduzca tu alma, porque tratará de desalentarte y convencerte para que te muevas de ese lugar. Tus provisiones vendrán si permaneces escondido en la perfecta voluntad de Dios. No reduzcas la habilidad de Dios para proveerte un trabajo. Él suplirá todas tus necesidades conforme a sus riquezas en gloria por Cristo Jesús (Filipenses 4:19). Sigue confiando en Él.
Dios está preparando algo grande y te tiene en mente. Persevera en Él, porque nunca te dejará ni te abandonará. Aún como las estrellas fueron una señal para los pastores y los sabios, Dios también te mostrará una señal: Te probará que está cerca de ti. Volverás a regocijarte. Que la presencia del Señor reviva en tu adoración. No permitas que las circunstancias cierren tu espíritu.
Abre tu corazón como un regalo hacia Él. Adóralo y vuelve a presentar tu cuerpo como un sacrificio vivo. Sí, Él es la razón para este tiempo. Pero tú eres la razón por la cual Él vino. Te regocijarás con una exuberancia angelical: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad” (Lucas 2:14)
Bendiciones,
Dr. Cindy Trimm
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