viernes, 8 de enero de 2010

“Rendición, sacrificio y entrega, liberan la Luz de su gloria”

 

Por Catherine Brown

clip_image002Juan 1:14 dice: “Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”.

Mientras buscaba al Señor en oración, tuve una visión de Jesús donde lo pude ver entregando una estrella, como si fuera un racimo de luz que salía desde su mano. La experiencia reveló a Cristo en los lugares celestiales y desde este punto de ventaja, pude ver el efecto de la luz de Cristo mientras explotaba con gran poder y belleza sobre la tierra. La luz era como una estrella fugaz, atravesando el cielo mientras se dirigía hacia la tierra.

Le pregunté a Jesús, “¿Qué es esto?”

Me respondió, “Hija, es la luz de mi gloria”.

Pude ver la gloria del Señor tocando la tierra y explotando en varias naciones, incluyendo gran parte de Sudamérica y África. Para mi asombro, Europa parecía quedar en una gran oscuridad, no obstante, en mi corazón quería hacerle otra pregunta, “Señor, ¿qué libera la luz de tu gloria?”. Jesús me respondió, “rendición, sacrificio y entrega”.

Esta es una palabra profética que me entregó el Señor: “Rendición”

“Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy”. (Juan 17:24). “No hay una demanda sobre tu vida para que entres en la realidad de mi gloria, porque viene hacia ti como una invitación de pacto. Ningún hombre se puede gloriar en mi presencia, todos los hombres que se rindan ante mi gloria, podrán participar de las bendiciones que fluyen sobre aquellos que habitan en el lugar de comunión junto conmigo”.

“Mi gloria es poder y mi poder debe descansar dentro del corazón rendido ante mi señorío o el corazón se corromperá por la tentación del orgullo. Deseo derramar nuevos niveles de mi poder sobre mi pueblo; cada oleada nueva de mi gloria es precedida por una profunda rendición hacia Mí”.

“La mente del hombre debe acceder al gobierno del Rey de reyes. La carne del hombre debe abrazar la renovación adquirida en el Calvario para liberar la nueva vida de resurrección, santificada por el poder del sacrificio de mi sangre. El corazón del hombre debe volver a ser un altar de la fe simple sobre el cual podré edificar mi Reino por la gracia y la gloria”.

“Sacrificio”

“Mi gloria viene sobre la tierra en humildad. El amor sacrificial y la justicia son los fundamentos sobre los cuales se afirma mi santidad y mi gloria. Como soy en mi Padre y mi Padre en Mí, así llamo a la Iglesia a entrar en la realidad de mi pacto de gloria. Te cubriré con mi gloria para que puedas experimentar la plenitud de la intimidad santa conmigo. Mi amada Novia será hermosa en mi gloria”.

“Entrega”

“Estoy entre ustedes como el que sirve. Sigo entre ustedes como el que sirve y llamé a mi Iglesia a entregarse a la adoración, a testificar y a trabajar. Amado de Dios, si rindes las expectativas de tu yo y te centras en Mí, cumpliré los deseos de Dios en tu corazón. Entra en una dispensación fresca de mi gracia y permite que mi gloria descanse sobre ti por fe. Camina en el temor reverente ante Mí y te permitiré abrazar este derramar fresco de la revelación de mi gloria”.

Una invitación de Jesús

“Vengan todos los débiles, mi gloria los refrescará. Vengan todos los heridos, mi gloria los sanará. Vengan todos los sedientos, mi gloria les dará agua de vida. Vengan todos los que tienen hambre de Mí, mi gloria los llenará, los sostendrá y fluirá a través de ellos para alcanzar las multitudes”.

“No permitas que tu corazón se aflija, confía en Dios y confía en Mí. Mi gloria llenará de poder a mi Iglesia para los tiempos por venir. Mi gloria consume las tinieblas y libera a Mi pueblo de todas las opresiones y ataduras del enemigo para llevarlos hacia el Reino de mi Padre”.

“El mundo fue creado en gloria. En la gloria fuiste llamado y en la gloria me seguirás y me servirás, estaré contigo aún hasta el fin de los tiempos. Mi gloria nunca te fallará y llenará toda la tierra con salvaciones, milagros, señales y maravillas. Estoy derramando mi gloria radiante sobre mi Novia”.

Catherine Brown

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