miércoles, 1 de octubre de 2014

“Viene algo hermoso”

 

Por Garris Elkins

 

clip_image002“Algo viene”

Jan y yo vivimos en una calle tranquila en las colinas del sur de Oregon. Estamos protegidos de gran parte de los ruidos generados por las comunidades del valle inferior. Hay momentos en los que está completamente en silencio. Hace poco, durante una mañana tranquila, pude oír e identificar con dificultad el ruido de una sirena de tren a la distancia. En todos los años que llevamos viviendo allí, nunca antes había escuchado la sirena de un tren. Las vías del tren más cercanas están a diez kilómetros. La distancia atenuaba la sirena del tren y era casi poética en las horas tranquilas de la mañana.

Ni bien oí el sonido de la sirena del tren, sentí un ligero toque del Espíritu y oí las palabras: “Algo viene”. Supe que esta era la voz del Señor. También supe que no hablaba de un desastre cercano, una guerra o un ataque terrorista. Esta era una clase de anuncio diferente. Este era un anuncio acerca de la manifestación de una nueva medida de la presencia de Dios sobre toda la tierra; algo hermoso.

 

Cuando Salomón escribió estas palabras, nos entregó un principio profético sobre cclip_image004ómo opera Dios: Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin” (Eclesiastés 3:11). Prometió hacer todas las cosas hermosas en su momento. Todas las cosas que están destruidas y disfuncionales en el mundo, tendrán una cita con la belleza. Cuando los eventos de la vida parecen oscurecerse cada vez más, la luz de Dios brillará más y más, hasta que el día se revele por completo. La luz eventualmente absorberá a las tinieblas y revelará la plenitud de la belleza de Dios.

 

“Una obra de belleza”

Mientras escribía estas palabras, el Señor me habló y me dijo: “Estás viendo cosas dolorosas que producen cicatrices y heridas en tu vida y en las vidas de la gente que amas. Piensas que estas cosas permanecerán para siempre. Aún puedes sentir desesperanza acerca del cambio. No te olvides que estoy involucrado en los eventos del mundo. Puedo tomar el dolor más profundo y transformarlo en un gran gozo y celebración”.

“Así como resucité a mi Hijo, haré lo mismo por aquellos que ponen su confianza en mí. Mi gran propósito se descubre al otro lado de lo que consideras imposible. Soy el Dios que puede transformar una circunstancia estropeada y desfigurada, para transformarla en algo hermoso”.

 

“Te estoy pidiendo que me confíes tu vida. Estás en un tiempo de la historia humana donde no serás capaz de sostener todo lo que viene ni podrás vivir en la ilusión de comprender todo lo que se está manifestando. Este tiempo comprimido revelará los asuntos sin resolver y la inseguridad que vive oculta dentro de mi pueblo”.

 

“Mientras ocurre esta aceleración, bájate del molino del temor y descansa en mí. En mi reposo verás desarrollarse la belleza cuando otros sólo ven la muerte. A pesar del caos y la maldad perpetrada por algunos, la realidad superior es que mi mano está sobre tu vida y mi creación para bien. La obra que estoy realizando es una obra de belleza”.

 

Escucha su voz

clip_image006Cuando Pablo le escribió a la Iglesia en Éfeso (2:6), le dijo que ahora estamos (en tiempo presente), sentados con Cristo a la diestra del Padre. Esta posición celestial es nuestra realidad superior. En esta posición no existe frotarse las manos, viviendo en temor o en angustia. Podemos mantenernos confiando en las promesas de Dios en esta vida. Nuestra esperanza está anclada en algo eterno y hermoso que viene sobre nuestra vida, sin importar lo que vemos en nuestro entorno. Mientras oía el sonido distante de la sirena del tren esa mañana, me di cuenta que Dios me estaba invitando a “escuchar su voz”.

 

Hoy, en medio del ruido de una cultura del temor, Dios nos está invitando a cada uno de nosotros a encontrar un lugar en paz dentro de nuestros corazones donde podamos oír el susurro amable del Espíritu diciéndonos que viene algo hermoso.

 

La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del Señor habitaré para siempre” (Salmo 23:6).

 

Garris Elkins

(www.elijahlist.com)

 

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