Por Dr. Sandie Freed
Hace unas semanas publiqué un
artículo en la Lista de Elías sobre la palabra del Señor que declaraba, por
medio de la cual entrábamos en una nueva estación de “respuestas repentinas”. Fue una palabra muy alentadora para el Cuerpo y
no puedo contar todos los mails, llamados de teléfono y notificaciones de FB
que recibí, dándole la gloria a Dios por las cosas que comenzaron a ocurrir de
manera “repentina”. Por otro lado, muchos otros me preguntaron: “¿Por qué no
puedo acceder a mis respuestas repentinas?”.
Algunos incluso
dijeron que se mantuvieron firmes en la promesa de lo repentino durante años y
necesitaban luz sobre cómo acceder a ella para manifestarla en su realidad
presente. Esta pregunta me hizo volver a doblar mis rodillas una vez más. ¿Por
qué? Porque también deseo ver al pueblo de Dios bendecido, caminando en
libertad y prosperidad completa. Así que comencé a buscar al Señor para recibir
luz acerca del tema. Esta es la razón de este artículo, capacitar al pueblo
para que pueda acceder a sus respuestas “repentinas”.
Por si acaso, si
usted no sabe qué significa una respuesta “repentina”, permítame alentarlo a leer mi artículo
anterior llamado “Un nuevo tiempo de respuestas repentinas”. Si ya lo leyó, vale la pena invertir tiempo en
volver a leerlo, porque en ese artículo hay muchos puntos que aclaran con más
detalle cómo acceder, recibir y experimentar una respuesta repentina detrás de
la otra.
Mantenga este pensamiento en mente: ¡Una respuesta repentina es algo por lo
cual creímos, esperamos, declaramos, decretamos y repentinamente se manifiesta! Amado, no está leyendo este artículo por accidente. Está
siendo posicionado para un cambio tremendo. ¡Siga leyendo!
¿Cómo puedo acceder a mi respuesta repentina?
Como escribí antes,
muchos cristianos preguntaron, aparte de usar nuestra fe, ¿qué más necesitan
para acceder a sus respuestas repentinas? Concluí
que había dos preguntas que nos debíamos hacer:
La primera es: ¿Existen ocupantes ilegales en la
tierra de nuestra promesa?
La segunda es: ¿Estamos
protegiendo los límites de nuestra tierra?
Los ocupantes ilegales en nuestra tierra:
Cuando era niña, mis
padres me llevaron junto con mi hermana Pam a visitar a mis abuelos en
Mississippi. Mis abuelos eran granjeros y trabajaban demasiado duro. Un verano
viajamos hacia su propiedad y alguien había levantado una carpa en su terreno
junto al tanque del depósito de agua. (Ese tanque estaba lleno de bagres). Mientras
nos acercábamos a la casa pensé: “¡Alguien debe estar pescando!”.
Sin embargo, más
tarde me di cuenta que había una familia que se había estado escondiendo,
acampando en la parte más alejada del terreno durante mucho tiempo. Se iban
acercando poco a poco a la casa, invadiendo el terreno. Estuvieron viviendo más
de un año en la tierra sin permiso, sin pagar impuestos, tasas, permisos o
cualquier otra cosa. Recuerdo que mi padre decía: “Papá, tienes invasores ilegales”. Afortunadamente, fuimos capaces de ayudar a esta
familia a mudarse, pero déjeme asegurarle esto: “¡Muchas veces esta es la manera empleada
por los invasores ilegales para robarnos!”.
Permítame explicarle un poco más.
Un invasor ilegal es
una persona (o toda una familia) que decide establecer su campamento y quedarse
en una tierra que no le pertenece. Incluso puede ser una persona de la calle
que se mete en un edificio vacío y obtiene el título sobre esa propiedad, sin
pagar nada. En realidad, existen muchos estados que permiten esto y les
reconocen sus derechos a los invasores. (Como lo establecí antes, pudimos
mudarlos hacia otra localización, pero tuvimos que actuar rápido. Si hubiéramos
esperado más tiempo para actuar, el precio hubiera sido muy alto).
Espiritualmente, una
situación de invasores ilegales ocurre cuando no tomamos posesión de una
porción de nuestra Tierra Prometida (una promesa), ¡el enemigo se muda hacia el
territorio de nuestra herencia legal y declara sus derechos de ocupación! En
síntesis: “Nuestro
acceso a la promesa está bloqueado”. ¡No
hay forma de acceder a nuestra porción completa! En lo natural, es casi
imposible para el dueño de una propiedad volver a recuperar su dominio y su
acceso. Espiritualmente hablando, el enemigo tratará de poseer nuestra herencia
si no entramos en acción.
Amado, debemos comenzar a ser agresivos y avanzar para poseer nuestras
promesas. El enemigo intentará esgrimir acusaciones en
contra nuestra, pero debemos confiar que lo que Dios prometió como nuestro, nos
pertenece. Así como Dios le prometió a Israel una tierra llena de leche y miel,
¡hizo lo mismo con nosotros!
¿Estamos protegiendo nuestros límites?
Dios les entregó sus
tierras a las tribus de Israel y trazó los límites de sus territorios. Cada
tribu tenía la responsabilidad de proteger lo que Dios les había dado. Si un
invasor ilegal trataba de mudarse a su tierra, debían patearlo de inmediato
fuera de sus límites. Déjeme asegurarle que los invasores traen pruebas y
tribulaciones junto con ellos. Quizá algunas de nuestras pruebas se deben a los
invasores que ocuparon parte del territorio de nuestra promesa. Le aseguro que
los invasores no se irán sin pelear. ¿Por qué? Porque están convencidos que
pertenecen a ese territorio.
Amado, permítame hacerle una pregunta: ¿Le está permitiendo al diablo
conocer lo que es suyo? Es tiempo de levantarse y volver a tomar lo que nos
pertenece por derecho. ¡También es tiempo de recordarle al diablo que
Jesucristo lo derrotó en la cruz y debe irse de nuestra Tierra Prometida!
Desde el principio
del tiempo, hay un enemigo que intenta mentirles y robarles a los hijos de
Dios. Comenzó en el Edén y el enemigo sigue activo hoy. Las pruebas y las
tribulaciones ocurrirán, Jesús nos prometió eso (ver Juan 16:33). Sin embargo,
debemos recordar que el Señor nos promete que venció al mundo y, por tanto,
podemos tener la paz que nos capacitará para ser testigos de nuestra herencia,
si echamos al enemigo fuera de nuestra tierra.
Es tiempo para levantarnos y proteger los límites de nuestras promesas. La Palabra establece que si resistimos al diablo, debe irse (ver Santiago 4:7b). La palabra “resistir” significa que debemos “oponernos” al enemigo o ser lo “opuesto”. Para mí, esto dice que no podemos “ponernos de acuerdo” con él o sus mentiras. Créame, el enemigo nos bombardeará con mentiras y engaños para robarnos. Sin embargo, debemos levantarnos y oponernos a él, hablando lo opuesto a sus mentiras, y declarando solo lo que Dios dice de nosotros y de nuestro futuro. Nunca debemos someternos a las mentiras del enemigo, solo debemos someternos a Dios (Santiago 4:7a).
Echando a los “eos” de nuestra tierra
Cuando finalmente nos
determinamos a echar a los invasores ilegales que ocupan nuestra tierra y nos resisten,
podemos discernir fácilmente la estrategia de guerra que usó Israel para
cumplir su mandato de echar a los residentes de su Tierra Prometida. Permítame
citar algo de mi libro ‘Hay poder en la sangre: Reclamando nuestra herencia
espiritual’: “En
Éxodo 3:8, el Señor dijo que hubo numerosos ‘eos’ que vivían en su Tierra
Prometida. Los israelitas tenían instrucciones específicas de echar a los residentes
de su Tierra Prometida. Con nosotros es igual. Dios dijo que nosotros también
debemos avanzar y poseer nuestra tierra prometida… Veamos de cerca a estos
enemigos que impiden nuestro crecimiento… Mientras estudia a estos ‘eos’ podrá
reconocer algunas de las fortalezas en su propia Tierra Prometida”.
Veamos los nombres de
estos ‘eos’ que básicamente ocupaban ilegalmente la tierra otorgada a Israel
como su herencia espiritual: “Así que he descendido para librarlos del poder de los
egipcios y sacarlos de ese país, para llevarlos a una tierra buena y espaciosa,
tierra donde abundan la leche y la miel. Me refiero al país de los cananeos,
hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos” (Éxodo 3:8).
En mi libro que
mencioné antes, profundizo con mayores detalles respecto a los nombres y las
funciones de estos ‘eos’. Sin embargo, por causa de este artículo los
identificaré brevemente.
1. Cananitas o Cananeos: Se traduce como “ser sometido y
disminuido”. El objetivo claro
del enemigo es someternos y disminuirnos, atacando nuestra identidad espiritual.
También significa “presionar o humillar”.
¿Se siente continuamente presionado o humillado? Es tiempo de echar al acusador
de los hermanos que nos acusa falsamente.
2. Hititas: Esto se traduce como “provocando terror y temor”. ¡Esto se explica por sí mismo!
3. Amorreos: Esto se traduce como “ser hablador y
asesino”. Una vez más, el
acusador está activo, tratando de alcanzar nuestros pensamientos y asesinarnos
con sus palabras malignas.
4. Ferezeos: Esto se traduce como “ser un invasor
ilegal, abierto y sin muros”. Queda
claro que este enemigo es un invasor en nuestra tierra. Es tiempo de cerrar
cada puerta, cada entrada en nuestras vidas y proteger nuestros límites.
5. Heveos: Esto se traduce como “declarador,
pronunciador, viviendo en una villa”.
Este es similar al Amorreo porque habla mentiras y se opone a todo lo que Dios
estableció sobre nosotros. Sin embargo, también intenta “convivir” con nosotros. Más como un espíritu familiar, abre
la puerta a la hechicería y al espíritu de Jezabel. (Si usted no está
familiarizado con las seducciones perversas de Jezabel, puede leer mi libro: Rompiendo
el cordón demoníaco de tres dobleces: Cómo discernir y derrotar las mentiras de
Jezabel, Atalía y Dalila).
6. Jebuseos: Esto se traduce como “estar
contaminado y completamente engañado”.
Este es otro espíritu maligno que implica depresión y opresión. También implica
profanación. Este espíritu está conectado fuertemente con un espíritu impuro
que opera a través de la religión y el legalismo.
“Para los hombres es imposible, aclaró Jesús, mirándolos fijamente, más
para Dios todo es posible” (Mateo 19:26).
Oro sobre su vida:
Señor, tu deseo es que cada uno de tus hijos se mueva
hacia una realidad mayor de bendición y gloria. Deuteronomio 28:2-14 establece
que hay bendiciones que vendrán sobre nosotros y nos cubrirán. Tú también
dijiste que el bien y la misericordia nos seguirán todos los días de nuestras
vidas. Esto significa que nunca podremos caminar en tus bendiciones sin
alinearnos con tu Palabra.
Señor, alineamos nuestros pensamientos, nuestras
vidas y nuestro sistema de creencias con tu Palabra divina y con tu voluntad
para nosotros.
Gracias Señor, por capacitarnos para echar a los invasores y
a los ‘eos’ que viven en nuestra Tierra Prometida.
Gracias Señor, por el poder para remover a los invasores que
conocemos de nuestras vidas, negocios, familias y ministerios. En el Nombre de
Jesús, amén.
Sandie Freed
(www.elijahlist.com)
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