Por John Belt
Isaías 61:6-7 dice: “Pero a ustedes los
llamarán ‘sacerdotes del Señor’; les dirán ‘ministros de nuestro Dios’. Se
alimentarán de las riquezas de las naciones, y se jactarán de los tesoros de
ellas. En vez de su vergüenza, mi pueblo recibirá doble porción; en vez de
deshonra, se regocijará en su herencia; y así en su tierra recibirá doble
herencia, y su alegría será eterna”.
Cuando buscaba al Señor por una palabra para el mes de Septiembre, me habló que sería el mes de lo “doble”. Esto fue confirmado inmediatamente por medio de diversos eventos que ocurrieron al mismo tiempo en pocos días. Debe creerle a Dios por la doble porción para su vida y ser una doble bendición para otros. Este es un mes de doble honra y doble porción, y un tiempo para bendición y promoción.
“Debemos creer por el doble
en muchas áreas. ¿Qué cosas le quiere creer a Dios? ¿Por cuáles está creyendo
el doble?”
Cambios, transformaciones y sueño de nuevos mantos
Algunos atravesaron
tiempos de trabajo duro. En el mes de Septiembre, Dios está soltando el doble
con promoción donde ocurrirá un cambio que llevará a la gente desde un lugar de
trabajo duro, hacia un lugar donde el trabajo tiene una mayor fluidez y facilidad.
Espere que
el Señor traiga un cambio a su vida para llevarlo hacia un lugar más elevado de
bendición, prosperidad y aire fresco en su Espíritu. Allí le será más fácil respirar. Muchas personas
están listas para un cambio o una transformación y Dios se los entregará.
2 Reyes 2:9 dice: “Al cruzar, Elías
le preguntó a Eliseo: ¿Qué quieres que haga por ti antes de que me separen de
tu lado? Te pido que sea yo el heredero de tu espíritu por partida doble,
respondió Eliseo”.
Luego que me hablara
el Señor sobre el mes de lo doble, recibí un sueño sobre la impartición de mantos
de unción. Así como Eliseo le pidió el manto a Elías, debemos buscar la doble
porción de la unción del Espíritu Santo para nuestra vida. En este sueño el
Señor estaba diciendo con una sonrisa: “Yo sé lo que quieres”. El Señor está deseoso de entregarles estos
mantos a todos los que lo buscan.
La doble
bendición de puertas ampliamente abiertas
Isaías 45:1-3 dice: “Así dice el Señor a Ciro,
su ungido, a quien tomó de la mano derecha para someter a su dominio las
naciones y despojar de su armadura a los reyes, para abrir a su paso las
puertas y dejar abiertas las entradas: Marcharé al frente de ti, y allanaré las
montañas; haré pedazos las puertas de bronce y cortaré los cerrojos de hierro.
Te daré los tesoros de las tinieblas, y las riquezas guardadas en lugares
secretos, para que sepas que yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te llama
por tu nombre”.
Después de la caída
de Babilonia a manos de Ciro, Rey de Persia, los judíos exiliados pudieron
regresar a Judá. Dios usó al Rey Ciro para emitir un decreto de reedificación
de la casa de Dios (Esdras 6:3, Isaías 44:28). Dios usó a Ciro y decretó abrir
las “puertas dobles” a su paso de manera continua y estas puertas espirituales
nunca se volverían a cerrar. También vemos a Dios prometiendo enderezar sus
caminos para traer apertura (quebrando los cerrojos de hierro) y entregando
tesoros en oscuridad, incluso riquezas escondidas.
Esto revela cuánto Dios nos respalda para edificar “la casa de su
presencia”. Esta no es la casa del hombre, sino la casa de Dios. El Señor nos
respalda totalmente cuando creamos un lugar para que Él habite. Abrirá
ampliamente las puertas dobles, enderezando nuestros caminos y entregándonos
también las riquezas escondidas.
Isaías 56:7 dice: “… los llevaré a mi
monte santo; ¡los llenaré de alegría en mi casa de oración! Aceptaré los
holocaustos y sacrificios que ofrezcan sobre mi altar, porque mi casa será
llamada casa de oración para todos los pueblos”.
“El Señor abrirá las
puertas dobles, enderezando nuestros caminos y entregándonos también las
riquezas ocultas”
Crea que
Dios es Bueno
Veamos algunos
puntos para considerar y creer:
1. Comprenda que
la naturaleza de Dios es bendecir, aumentar y promover. Cuando Dios ve nuestra
fidelidad, trae recompensas y mayores bendiciones por su bondad. Hebreos 11:6 dice: “En realidad, sin fe es
imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que
creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan”.
2. Crea en Dios
por lo “doble”, donde Él derramará una bendición que no podremos contener
porque no tenemos espacio suficiente para recibirla. Aquí es donde vemos la
importancia de nuestros diezmos y ofrendas. Si no las entregamos, le estamos
robando a Dios. Pero no solo eso, no estamos ayudando a edificar la Casa de su
presencia, un lugar para que Él habite. Así como Dios respaldó al Rey Ciro en
su compromiso para decretar que se reedificara la casa de Dios y proveer para
esa tarea (Esdras 6:8), también nos respaldará para edificar su Casa de oración
y adoración.
Malaquías 3:10-12 dice: “Traigan íntegro el
diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme
en esto, dice el Señor Todopoderoso, y vean si no abro las compuertas del cielo
y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde. Exterminaré a la
langosta, para que no arruine sus cultivos y las vides en los campos no pierdan
su fruto, dice el Señor Todopoderoso. Entonces todas las naciones los llamarán
a ustedes dichosos, porque ustedes tendrán una nación encantadora, dice el
Señor Todopoderoso”.
“Debemos creer por el doble
en muchas áreas. ¿Qué cosas le quiere creer a Dios? ¿Por cuáles está creyendo
el doble?”
3. Ubíquese para recibir ese derramar, donde su copa
literalmente se llenará con la presencia y la bendición del Señor. Salmo 23:5-6 dice: “Dispones ante mí un banquete
en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi
copa a rebosar. La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en
la casa del Señor habitaré para siempre”.
Aún en la presencia
de nuestros enemigos, Dios puede y quiere preparar una mesa, ungirlo y hacer
que la copa de su vida rebalse con su gloria.
John y Brandi Belt
(www.elijahlist.com)
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