jueves, 21 de septiembre de 2017

“Rosh Hashanah 5778: Los cielos abren las puertas del conocimiento revelado”


Por Angela Greenig

Mientras salimos del año judío 5777 (el año 2017) para entrar en el 5778, podemos estar seguros de algo: El mandato está enfocado en cosechar ministros entrenados en una cultura de avivamiento  para oír el sonido del Cielo. Pude oír al Señor que decía: “Sube aquí”. Pero aún en nuestro ascenso desde los lugares terrenales a los celestiales, debemos mantenernos conscientes del derramar constante del Cielo en la Tierra. Los diques del Cielo se abrirán, derramando asignaciones angelicales sobre el Cuerpo y abriendo las puertas de la revelación del conocimiento.

Un gran despertar
En Rosh Hashanah suena el sonido del shofar. Tuve una visión de un shofar desde la perspectiva del Cielo, en lugar de la perspectiva terrenal. Luego vi al Señor rodeado de nubes y sosteniendo el shofar. Mientras el Padre hacía sonar el shofar, creo que era el anuncio del comienzo del Gran Despertar. Puedo ver decenas de miles de rostros, ancianos y jóvenes, y de cada raza y color. Cuando las ondas del sonido se muevan, oiremos el sonido del shofar y nos moveremos con Él. Como en Génesis 1:2, pude ver el viento de Dios (su mismo aliento de vida y el viento de su Espíritu) soplando a través del shofar y ocurrió un despertar violento.

Iglesia, ¡Levántate, porque esta es nuestra hora más excelente!
Dios anunció su veredicto en las cortes celestiales, se expresó la petición y se ejecutaron las órdenes a nuestro favor. El pueblo de Dios se movió desde Betel y Gilgal (Betel significa “un lugar santo” y Gilgal es el verbo hebreo “galal” que significa “rodar”). Josué 5:9 dice: “Luego el Señor le dijo a Josué: Hoy les he quitado de encima el oprobio de Egipto. Por esa razón, aquel lugar se llama Gilgal hasta el día de hoy”. Ahora Dios ejecutará su juicio contra Jericó y demolerá todas las asignaciones en lo natural y espiritual que mantuvieron a su pueblo atado con cadenas. Pronto cuando oigamos el shofar, gritaremos y caerán los muros de Jericó. ¡Caerán los muros de la derrota, el desaliento y la duda!

Llaves para el año 5778
Cuando suene el shofar, muchos de ustedes sentirán el temblor de la tierra, porque Él está sacudiendo los cielos con un amor radical que reverberará desde el Cielo hacia la Tierra. Una revolución barrerá las tierras y recibirán las llaves para el año 5778. Percibo que esto es proféticamente significativo para comprender el 5778 en dos partes: 57 y 78. Este es el año para asaltar las puertas (57) y derribar los ídolos falsos, los dioses falsos y las religiones falsas de los hombres (78).

Pude oír al Señor que decía: “Es tiempo, porque abrí las puertas para las ciudades. Verás una gran revelación de mi Espíritu. Las cosas que te retuvieron en el pasado detrás de esos muros elevados, caerán cuando suene el shofar. Los escombros de estos muros derribados serán la piedra fundamental de tu libertad. Avanza, posee y ensancha tu territorio, porque ahora retiré de la tierra los límites que habían colocado tus enemigos cuando la invadieron y la robaron. Te llamé para esta hora y abriré nuevas puertas ante ti”

Hay dos pasajes de las Escrituras que son ilustraciones hermosas de lo que siento que me habló el Señor:

Génesis 28:10-19 dice: “Jacob partió de Berseba y se encaminó hacia Harán. Cuando llegó a cierto lugar, se detuvo para pasar la noche, porque ya estaba anocheciendo. Tomó una piedra, la usó como almohada, y se acostó a dormir en ese lugar. Allí soñó que había una escalinata apoyada en la tierra, y cuyo extremo superior llegaba hasta el cielo. Por ella subían y bajaban los ángeles de Dios. En el sueño, el Señor estaba de pie junto a él y le decía: ‘Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tu descendencia les daré la tierra sobre la que estás acostado. Tu descendencia será tan numerosa como el polvo de la tierra. Te extenderás de norte a sur, y de oriente a occidente, y todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti y de tu descendencia. Yo estoy contigo”.

“Te protegeré por dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido’. Al despertar Jacob de su sueño, pensó: ‘En realidad, el Señor está en este lugar, y yo no me había dado cuenta’. Y con mucho temor, añadió: ‘¡Qué asombroso es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios; ¡es la puerta del cielo!’. A la mañana siguiente Jacob se levantó temprano, tomó la piedra que había usado como almohada, la erigió como una estela y derramó aceite sobre ella. En aquel lugar había una ciudad que se llamaba Luz, pero Jacob le cambió el nombre y le puso Betel”.

Apocalipsis 3:7-13 dice: “Escribe al ángel de la Iglesia de Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie puede cerrar, el que cierra y nadie puede abrir: Conozco tus obras. Mira que delante de ti he dejado abierta una puerta que nadie puede cerrar. Ya sé que tus fuerzas son pocas, pero has obedecido mi palabra y no has renegado de mi nombre. Voy a hacer que los de la sinagoga de satanás, que dicen ser judíos pero que en realidad mienten, vayan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado”.

“Ya que has guardado mi mandato de ser constante, yo por mi parte te guardaré de la hora de la tentación que vendrá sobre el mundo entero para poner a prueba a los que viven en la tierra. Vengo pronto. Aférrate a lo que tienes, para que nadie te quite la corona. Al que salga vencedor lo haré columna del templo de mi Dios, y ya no saldrá jamás de allí. Sobre él grabaré el nombre de mi Dios y el nombre de la nueva Jerusalén, ciudad de mi Dios, la que baja del cielo de parte de mi Dios; y también grabaré sobre él mi nombre nuevo. El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.

Todos hemos atravesado tiempos difíciles, pero con frecuencia preparan a la gente ordinaria para hacer obras extraordinarias para el Rey. Debemos levantarnos y asaltar las puertas del campamento del enemigo.

Padre, que podamos ser ese rostro en tu Shofar y cuando lo hagas sonar podamos levantarnos y avanzar.

Hasta el fin,

Angela T. Greenig
(www.elijahlist.com)


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