viernes, 13 de abril de 2018

“El octavo Monte: El Monte del Señor”



Por Dr. Bruce Cook

Varios profetas bien conocidos en el Cuerpo de Cristo proclamaron que el 2018 sería un año extraordinario de cambios radicales, puertas abiertas, cumplimiento y abundancia. Compartí esta palabra como una confirmación de lo que está ante nosotros para alentar y fortalecer al Cuerpo de Cristo a nivel global, especialmente a los emprendedores cristianos, los hombres de negocios y los líderes financieros, gubernamentales y dentro de la Iglesia.

Los que tienen un mandato del Evangelio saben que este es un tiempo de nuevas estrategias, nuevos campos y plantíos para una cosecha. Para los santos que están llamados al mercado, este es el tiempo para desarrollar planes para aumentar la influencia del Reino sobre los 7 montes de la influencia cultural (artes y entretenimiento, negocios y economía, educación, familia, gobierno y leyes, medios de comunicación y religión).

Sin embargo, mientras los líderes de Dios desarrollan estrategias y caminos para expandir el territorio en sus montes o esferas de influencia, es importante recordar que el éxito final depende de su familiaridad con el Monte del Señor, también conocido como el octavo Monte. Pasaron casi 43 años desde Agosto de 1975, cuando Loren Cunningham, Bill Bright y Frances Schaeffer recibieron por separado una visión casi idéntica sobre los 7 Montes. Aun así, luego de más de cuatro décadas, todavía no hemos visto una transformación significativa y sustentable en la sociedad. ¿Por qué?

“Una ‘vida abundante’ es una vida bien vivida: Una vida de servicio hacia los demás, una vida de influencia, propósito y destino”

Relevancia vs. Enfoque en el Rapto
Durante décadas, la Iglesia y muchos teólogos se estuvieron haciendo esta pregunta e impartiendo una enseñanza uni-dimensional: “¿Está listo para el rapto?”. El resultado ha sido una Iglesia que, en una amplia extensión en tiempos modernos, ha visto al Cielo y se ha enfocado en el como algo exclusivamente reservado para el futuro y no disponible para nosotros en el presente. Afortunadamente, esa actitud y esa manera de pensar comenzaron a cambiar en los últimos años, en parte a través de los escritos y videos de Rick Joyner, Bill Johnson, Lance Wallnau, Johnny Enlow, Kathie Walters, Kat Kerr, Shawn Bolz y muchos otros, además de los ministros de los medios de comunicación como Patricia King, Steve Shultz, Steve Strang y Sid Roth.

Más aún, para la mayor parte, con algunas excepciones notables, la Iglesia moderna ha visto y tratado con la cultura, el mercado y el gobierno como algo peligroso, secular y contaminado. La actitud prevaleciente ha sido que se debe tolerar y resistir la cultura como algo necesariamente malvado. Se debe impedir o minimizar el contacto o involucrarse con ella, tanto como sea posible.

¿Dónde están los campeones culturales hoy?
No es sorprendente que la cultura moderna haya experimentado un deterioro significativo y un declive moral durante los últimos 75 años, mientras la Iglesia fue perdiendo influencia y relevancia ante los ojos de la sociedad y las élites culturales. Dios no es un ser uni-dimensional y tampoco el Reino, pero el mundo en el cual vivimos es uni-dimensional. ¿Dónde están los Martín Lutero, los George Washington, los William Wilberforce, los Abraham Kuyper, los Abraham Lincoln, las Harriet Tubman y los Martin Luther King Jr de este tiempo?

Afortunadamente, Dios está levantando campeones culturales desde la Iglesia para comenzar a revertir esta tendencia y volver a conectar a la cultura Occidental con la herencia y los valores de sus raíces judeo-cristianas.

Yahweh es un Dios personal y desea intimidad
Podemos tener una relación real y personal con Dios ahora mientras estamos en la tierra, así como ocurrió con Jesús durante su vida terrenal y como ocurrió con otros santos como Job, Noé, Abraham, José, Moisés, Josué, Daniel, Ester, David, Elías, María la madre de Jesús y los primeros apóstoles. 

Desarrollar una relación fuerte y vibrante con el Dios viviente es un derecho y una responsabilidad básica de cada ciudadano del Reino, los hijos e hijas espirituales del Rey de reyes y Señor de señores. Los líderes espirituales efectivos conocen a Dios de una manera íntima, en lugar de conocerlo solo a nivel intelectual o emocional. Los que caminan en esta realidad tendrán una ventaja competitiva sobre otros y harán una diferencia crucial en la transformación de la cultura. 

Conocer a Dios y tener comunión con Él es parte de nuestra mayordomía básica, nuestro derecho de nacimiento y nuestra herencia como hijos de Dios, y coherederos de la gracia, la salvación, la vida eterna y el Reino de los cielos, junto con nuestro hermano mayor Jesús. Así como Abraham y Enoc fueron conocidos por ser amigos de Dios, David fue descripto como un hombre con el corazón de Dios y el Señor Dios caminó con Adán y Eva en el Edén cuando refrescaba el día, nosotros debemos desarrollar y cultivar nuestra propia relación de intimidad con Dios. 

El Jefe de los montes
En las Escrituras los montes se refieren a los reinos, autoridad, gobierno y dominio. Miqueas 4 e Isaías 2 hablan del Monte del Señor, siendo exaltado entre los demás montes y colinas, esto significa entre los reinos y los dominios de la tierra. El Monte del Señor es el “Jefe de los montes”, el monte que gobierna sobre los otros montes.

Miqueas 4:1 dice: “En los últimos días, el monte del templo del Señor será puesto sobre la cumbre de las montañas y elevado por encima de las colinas. Entonces los pueblos marcharán hacia ella…”. 

Amós 4:13 dice: “He aquí el que forma las montañas, el que crea el viento, el que revela al hombre sus designios, el que convierte la aurora en tinieblas, el que marcha sobre las alturas de la tierra: su nombre es el Señor Dios Todopoderoso”.

Dios no solo gobierna sobre los montes, los formó y los creó. Así como el Monte Everest es el punto más alto de la tierra, el Monte del Señor, el octavo Monte, es el punto más elevado del universo y es el mismo Cielo.

¿Cómo trepamos el Monte del Señor?
El éxito de todo lo que somos y hacemos, junto con la transformación de la cultura, depende del fundamento de nuestra relación con el Señor. Pasar tiempo en el octavo Monte transformará, capacitará y equipará a los que fueron llamados a ejercer influencia sobre los 7 montes de la cultura. Amaremos a nuestros vecinos como a nosotros mismos y practicaremos la regla de oro con quienes nos rodean. Para los que conocen al Señor la equidad y la justicia serán la norma, mientras pacificaremos a las naciones. 

Trepar o ascender el octavo Monte significa que tenemos un hambre apasionado y un amor creciente por el Padre, desarrollando la mente de Cristo, oyendo y obedeciendo la incitación del Espíritu Santo todos los días, como hijos maduros de Dios en el proceso de ser sus amigos.

“Los que tienen un mandato del Evangelio saben que este es un tiempo de nuevas estrategias, nuevos campos y plantíos para la cosecha”

Hay muchas cosas que aprender del Monte del Señor. Encontraremos a Dios a través de su Palabra, su Espíritu, su Cuerpo, la alabanza, la adoración, las experiencias de intimidad, la revelación, las palabras proféticas, la comunión, la honra, el favor, la fe, el amor, la generosidad, el carácter, el discernimiento, el reposo, la intercesión, el perdón, la reconciliación, la influencia, la sabiduría, el entendimiento y la disciplina.

Expandiremos nuestros espíritus con los frutos y los dones espirituales, y aprenderemos gozosos a caminar en nuestra verdadera identidad como Dios nos ve. Aprenderemos cómo ejercitar y administrar la influencia en nuestras esferas asignadas de la cultura. También encontraremos comunión con otros que están trepando el Monte que se unieron a nosotros en este peregrinar eterno.

¿Qué ocurre cuando se exalta el octavo Monte? 
Creo que el Monte del Señor o el octavo Monte, ahora está siendo exaltado sobre los 7 Montes de la Cultura y también sobre todas las colinas. Alrededor del globo, varios reyes y líderes de naciones ahora sometieron tanto a sus naciones como sus liderazgos al gobierno del Cielo. Las naciones ovejas ahora se están levantando en la tierra (Mateo 25:32-33). La clave para nosotros es habitar en el octavo Monte de la presencia de Dios para ser transformados y capacitados en el proceso.

Estoy convencido que el octavo Monte y la sabiduría divina que representa, ahora comenzará a manifestar o descargar soluciones para resolver las enfermedades, carencia de alimentos, cambios climáticos, conflictos civiles, corrupción, injusticia, polución, codicia, divisiones familiares, letargo educacional, sistemas económicos, culturas corporativas, gobiernos y mucho más. 

Se cumplirá Isaías 60
¿Qué ocurrirá cuando la gloria de Dios se derrame sobre un grupo de personas (la Ekklesia) y no solo sobre un hombre (Salomón) o una nación (Israel)? Los resultados serán notorios y extraordinarios, provocando el cumplimiento de Isaías 60. Los reyes de las naciones serán atraídos hacia el brillo cuando seamos levantados y vendrán desde lejos para traer sus riquezas, buscar sabiduría y consejo. Ese día ya llegó y es tiempo para que la Iglesia, el Cuerpo global de Cristo, se levante, se vista, se manifieste y crezca en la plenitud de Cristo, para que el traspaso de su gloria y su sabiduría incomparables, se puedan demostrar al mundo a través de nosotros. 

Las “mayores obras” mencionadas en Juan 14, en mi opinión, son simplemente las obras que usted y yo hacemos hoy, desde que Jesús ascendió al Cielo, luego de resucitar de los muertos y se sentó a la diestra del Padre. Nosotros somos las manos y los pies del Señor en la tierra, porque Él delegó su autoridad sobre sus hijos e hijas, la Iglesia. Una “vida abundante” significa una vida bien vivida: Una vida de servicio a los demás, una vida de influencia y propósito, un destino y un legado.

Este es el tiempo más excitante en el cual vivir desde el amanecer de la creación. Es el tiempo para vivir con valentía, fe y confianza, mientras realizamos obras mayores. La clave para ello es trepar al octavo Monte. Daniel 11:32 dice: “Corromperá con halagos a los que hayan renegado del pacto, pero los que conozcan a su Dios se le opondrán con firmeza”. Conocer verdaderamente a Dios y pasar tiempo en su presencia, implica ser transformados y llenos de poder.

Se está levantando una nueva camada de montañistas que no se conformarán con nada menos. Una vez más, en nuestro propio tiempo, los que “trastornan al mundo” (Hechos 17:6) recorrerán la tierra y serán hallados en la Iglesia.

Lo bendigo, declaro y decreto gracia divina, coraje, sabiduría, fortaleza, entendimiento, discernimiento y favor sobre usted, porque subirá y habitará en el Monte del Señor. 

Bruce Cook, Ph.D.
(www.elijahlist.com)


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