miércoles, 4 de abril de 2018

“Jesús es nuestra puerta eterna: ¡Entremos por ella!”



Por Barbie Breathitt

La dimensión eterna a través de Jesucristo
Somos capaces de acceder a la dimensión espiritual eterna a través del Espíritu Santo que nos conecta con Jesús. Él es la Palabra viviente de Dios. Jesucristo es la única puerta que Dios proveyó para que podamos entrar por medio de la oración, la meditación, la alabanza y la adoración, los sueños y las visiones.

Jesús fue resucitado del sueño de la muerte, transformándose en el primer fruto de aquellos que estaban dormidos o muertos. Sabemos que esa muerte entró en el mundo por medio del cuerpo físico de Adán cuando pecó. Entonces tomó el cuerpo espiritual de Jesús, el hombre perfecto, para que la resurrección de los muertos sea una realidad para nosotros. Adán introdujo la muerte en la humanidad, pero Jesús trajo la vida eterna para todos los creyentes en Él. El cuerpo físico débil, carnal, animado naturalmente y plantado en la tierra, decae. El esplendor y el poder del cuerpo espiritualmente animado que resucitó de la tierra no se pueden corromper.

“Solo Jesucristo es la única puerta verdadera que le aporta al creyente el acceso a la vida eterna más elevada y espiritualmente más abundante”

Adán, el primer hombre, vino desde el polvo de la tierra, compartía una naturaleza terrenal con la humanidad y fue un alma viviente. Jesús, el postrer Adán, vino del Cielo, compartía su naturaleza celestial con los destinados para el Cielo y fue un Espíritu vivificante. Existe un orden de Reino. El cuerpo no está animado primero por lo espiritual sino por lo físico. Después de nuestro nuevo nacimiento, el Espíritu Santo se convierte en nuestra fuerza de vida. No dormiremos en la muerte, seremos instantáneamente cambiados y transformados.

Venciendo nuestro pasado en el desierto
El infierno quiere mantenernos atados al pasado por medio de la duda y la incredulidad. La traición nos abruma. El rechazo y el abandono nos hacen sentir huérfanos, entonces la desesperanza puede establecer patrones de iniquidad en nuestras líneas generacionales para bloquear la medida en la que el Espíritu Santo se quiere mover. El enemigo desarrolla estrategias para instalar sus distracciones, saqueando nuestras pérdidas y creando cautividad, para que nunca podamos tener una visión de nuestro campo de cosecha.

Aprenda a llevar sus primeros frutos a Dios para recuperar las pérdidas y ser restaurado. La gracia de Dios nos hace ganar un momentum para impulsar el avance del Reino de Dios que el infierno no puede detener. Debemos aprender a enfrentar a nuestros enemigos en el desierto o nos atacarán para superarnos y tratarán de esclavizarnos para hacernos perder la visión. Satanás quiere que muramos en el desierto (ver Mateo 3 y 4).

Para vencer debemos ser guiados por el Espíritu hacia el desierto para enfrentar al enemigo de nuestro futuro (ver Lucas 4). Para vencer, debemos resistir a la tentación de demandar que nuestras necesidades materiales físicas se suplan de inmediato (ver Lucas 4:3-4, Deuteronomio 8:3, Éxodo 7). Batalle contra la tentación de desear una mayor gloria y dominio que su esfera de autoridad puede sostener. Reconozca a Dios y alábelo por sus habilidades (ver Lucas 4:5-8, Deuteronomio 6:13).

Aquellos que fueron antes que nosotros no vencieron sus demonios. Entonces nosotros no solo debemos conquistar nuestros demonios, también los demonios de nuestras generaciones pasadas, para asegurar el éxito de la próxima generación. El desierto peleará contra nuestra nueva identidad. Necesitamos hacer morir nuestros deseos emocionales y carnales o las mentiras de satanás tratarán de controlar y gobernar nuestro futuro. ¡No más temor! Necesitamos ser osados para entrar en una nueva dimensión de fortalecimiento. Es tiempo para dejar atrás lo viejo y emprender una transición hacia un tiempo de activación que propagará lo que manifestaremos en el futuro.

¡Desmantele al enemigo en su vida!
Demándele al enemigo que deje su presencia y los alineamientos divinos, pero observe con cuidado sus movimientos y aprenda sus patrones en el desierto (ver Lucas 4:13). Recuerde, las presunciones lo sacarán de su tiempo adecuado y perderá el acceso hacia su promesa. No permita que el rechazo lo detenga (ver Lucas 4:16-30; Mateo 13:53).

Recuerde su propósito y su llamado (ver Lucas 4:8-12, Salmo 91:11-12). Si usted tiene un espíritu religioso, el enemigo usará la Palabra de Dios en su contra. Aprenda a discernir el espíritu de verdad. Jesús oró para que Pedro venciera y pudiera salir con éxito del desierto sin su debilidad emocional, para obtener la grandeza de su futuro, su esperanza y su destino prometido.

Desmantele las bombas de tiempo y las minas explosivas que el Leviatán sembró sobre el umbral. La alabanza de Judá atraviesa la puerta primero, pero necesitamos liberar el viento de gracia para la apertura. Decrete: “¡Ninguna serpiente o dragón me impedirá atravesar la puerta!”. Ponga al espíritu de pitón debajo de sus pies y aplaste su cabeza. Esto hará que afloje sus constricciones para que seamos libres para atravesar la puerta. La lucha a través de las tinieblas de la noche del alma termina cuando nos ponemos de acuerdo con los procesos de Dios, nos arrepentimos y dejamos de resistir al cambio.

Salga del desierto a través de la puerta eterna
Jesucristo es la única puerta verdadera que le provee al creyente el acceso a la vida eterna, espiritualmente más elevada y abundante. Para entrar y salir del desierto debemos pasar por Jesús, la puerta eterna. Existen muchas puertas falsas hacia la dimensión espiritual de las tinieblas. Tristemente, aquellos que fuerzan su paso fuera de Jesús para entrar por estas puertas contrarias, son guiados a la muerte espiritual. Algunas de estas puertas falsas incluyen las drogas, los trances hipnóticos, los encantamientos, la visualización, meditar en la nada, la hechicería, los encantamientos, pronunciar ensalmes, los viajes del alma, las proyecciones astrales y la canalización de espíritus demoníacos, entre otras. Todas estas son puertas falsas que terminan en la pobreza, la depresión, el fracaso, la desesperación de la enfermedad y finalmente, la muerte física y espiritual.

“Aprenda a llevar sus primeros frutos a Dios para recuperar las pérdidas y ser restaurado”

Juan 10:1-17 (texto completo) dice: “Ciertamente les aseguro que el que no entra por la puerta al redil de las ovejas, sino que trepa y se mete por otro lado, es un ladrón y un bandido. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El portero le abre la puerta, y las ovejas oyen su voz. Llama por nombre a las ovejas y las saca del redil. Cuando ya ha sacado a todas las que son suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. Pero a un desconocido jamás lo siguen; más bien, huyen de él porque no reconocen voces extrañas”.

Entre en contacto con lo que le provoca ansiedad y temor, luego traslade sus preocupaciones al Señor, porque Él lo cuida. Dios y su ejército de ángeles parten el Mar Rojo para que podamos caminar sobre tierra seca. El 2018 da inicio al año de la puerta. El pasaje de 1 Corintios 16:9 dice: “… porque se me ha presentado una gran oportunidad para un trabajo eficaz, a pesar de que hay muchos en mi contra”. Los creyentes somos capaces de discernir al león detrás de la puerta y al león que está ante la puerta, pero con frecuencia quedamos atrapados entre dos rugidos.

El León de Judá ruge: “No temas, abre la puerta, gana energía y el momentum para correr hacia tu herencia para ocupar y avanzar, ¡estoy contigo! Pelea contra tus enemigos para desatar la plenitud financiera y la provisión para tu próxima estación”. El otro rugido es el enemigo. Su voz mentirosa trata de detenernos en nuestro camino y devorarnos a través del temor, la intimidación y la acusación. 

Una nueva perspectiva espiritual removerá las escamas de nuestros ojos para que seamos capaces de ver nuevos contactos, puertas y recursos que están dentro de nuestra capacidad de realización, desarrollos, patentes, registros, mercados y obtención de riquezas. Cuando nuestros ojos espirituales se abren para ver el Reino oculto de Dios, podemos darnos cuenta que Él es omnipresente. Sus ángeles y una gran nube de testigos siempre nos están rodeando. Dios habilitó a sus videntes, sus profetas y a millones de creyentes para ver, oír y participar en esta dimensión invisible, mientras vivimos en la tierra.

Aprenda a utilizar el tiempo en su beneficio para cumplir la voluntad de Dios o su destino será pospuesto para la siguiente generación. Dios está pavimentando el camino. Es tiempo para ponernos al día con lo que nos está esperando en el otro lado y cumplir nuestros destinos. Las promesas de Dios están en marcha, debemos alinearnos para movernos con sus promesas.

Permitamos que el viento del Espíritu Santo continúe impulsándonos a través de la puerta de la visión, hacia un futuro más brillante.

Dr. Barbie L. Breathitt
(www.elijahlist.com)

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