Por Todd Bentley
Nubes de lluvia y el derramar sobre las Congregaciones
Recientemente regresé
de algunas reuniones de avivamiento asombrosas de sanidades en Whitehorse,
Yukon, y luego, mientras estaba ministrando en el Abbotsford Revival Center, el
Espíritu Santo me llevó a una palabra profética que entregué en las reuniones
en el Whitehorse. Dios comenzó a hablarme sobre el avivamiento de
sanidades que viene para Norteamérica. Fui atrapado por el espíritu y pude
ver muchas nubes de lluvia que se establecían individualmente sobre muchas
congregaciones y ministerios por los EEUU y Canadá que comenzaban a descargar
la lluvia.
Las nubes de lluvia
se veían como en los dibujos animados en la TV, donde la lluvia cae sobre una
persona o un lugar. Luego pude ver muchos ministerios y congregaciones fluyendo
en la unción de sanidad y milagros que comenzaban a ir hacia ciudades y naciones
diferentes. Mientras abandonaban estos lugares de ministerio, la nube
permanecía sobre la congregación y seguía derramando lluvia de sanidad. Muchos
lugares recibirán una lluvia tan fuerte que se formarán estanques de agua como
el de Juan 5, el estanque de Betesda. En mi espíritu no veía solo un
estanque, sino muchos más a lo largo de Canadá.
La palabra Betesda
literalmente significa “la casa del desborde y la gracia”. El Espíritu Santo me habló que estas
lluvias eran para las congregaciones y los ministerios que clamaban
fervientemente por la lluvia, como Elías sobre el monte en 1 Reyes
18:41-46. En el verso 41, Elías oyó el sonido de la lluvia abundante y
supo en su espíritu que el hambre sobre Israel se había terminado y llegó el
tiempo para que se derramara la lluvia (ver 1 Reyes 18:1).
La persistencia de Elías
En el capítulo 17:1
dice que las lluvias vendrían por la palabra de Elías. Aunque Elías sabía que
había llegado el tiempo para que se derramara la lluvia, en oración ferviente
sobre el monte tuvo que darla a luz y ordenar su manifestación (ver 1 Reyes
18:41-46). Aunque Elías no veía nada, persistió en oración ferviente para
llamar la lluvia. Si usted quiere estar “en la lluvia” y en el frente de tormenta de las
sanidades y los milagros por todo Canadá, necesita predicar sobre sanidades. Aunque
no vea nada, predique sobre sanidades y predique siete veces, como perseveró Elías
aunque no veía nada.
Puedo oír el sonido de la lluvia
¡Puedo oír el sonido
de la lluvia y sé en mi espíritu que es el tiempo! Suba a la montaña y llame a
la lluvia, llame a la tormenta. Cuando las lluvias comenzaron a caer, la nube
era del tamaño de la palma de la mano de un hombre, pero creció hacia el lugar
donde Elías le dijo a Acab: “Vete en tu carro, para que la lluvia no te detenga por
el camino”.
Dios le habló a mi
corazón que primero habría sanidades, pero luego la lluvia descendería
torrencialmente y nos moveríamos en milagros. ¿Su congregación será un estanque
de Betesda para los cojos y los enfermos? Bien, ¡entonces que se derrame! El Señor dijo: “Verdaderamente, todos vienen desde kilómetros a la
redonda”. Esa mañana durante la
adoración, luego que Dios me entregara esta palabra, dos africanos maravillosos
entraron al servicio y Dios me habló que eran una señal de los milagros y las
sanidades que comenzarían a manifestarse en Norteamérica, así como en otros lugares
de África.
Llamé a estos dos hombres
al frente y les profeticé en su idioma las lluvias de sanidades dentro de la
Iglesia. Esa mañana en el servicio tuvimos muchas sanidades, incluyendo un par
de parejas que se sanaron mientras estaban de pie ante el altar y una de esas
personas era el africano que le había profetizado.
¡Alabe al Señor! Las cosas que
estuvieron ocurriendo con el ministerio Fresh Fire, es solo el comienzo de lo
que Dios hará en todo EEUU.
Todd Bentley
(www.elijahlist.com)
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