lunes, 30 de abril de 2018

“¡Tiempo de comienzos frescos! Dios restaura y renueva”



Por Bobby Conner

¡No permita que los dolores del pasado le impidan abrazar las victorias de su futuro!
Amado creyente, entramos en un tiempo nuevo. ¡Es el tiempo de un comienzo fresco! Estamos en un tiempo señalado de manera divina para restaurar y renovar. Joel 2:25-26 dice: “Yo les compensaré a ustedes por los años en que todo lo devoró ese gran ejército de langostas que envié contra ustedes: las grandes, las pequeñas, las larvas y las orugas. Ustedes comerán en abundancia, hasta saciarse, y alabarán el nombre del Señor su Dios, que hará maravillas por ustedes. ¡Nunca más será avergonzado mi pueblo!”.

¡No permita que los dolores del pasado le impidan abrazar las victorias de su futuro! Mi amigo Bob Jones diría: “El pasado es solo eso: ¡Pasado!”. Este es un nuevo día donde podrá declarar enérgicamente: “¡Las cosas viejas pasaron!” (Ver Isaías 42:9.)

Dios ofrece perdón
¡Una de las palabras más dulces en cualquier lenguaje es la palabra perdón! Dios promete que aunque nuestros pecados fueran rojos como el carmesí, obviamente evidentes e inconfundibles, han sido perdonados y limpios como la nieve, por la sangre carmesí de Cristo (ver Isaías 1:18).

No estoy hablando solo de unos pocos pecados o un manojo de errores, todas y cada una de las traiciones, pecados y ofensas, quedaron cubiertas por la sangre de Cristo, cada pecado y error fue olvidado y quedó borrado. Amados, lo torcido o enredado de su vida pasada o actual no marca una diferencia. Dios hizo que el perdón y la gracia abundaran sobre su vida por la sangre de Cristo en el Calvario.

Cielo y tierra pasarán, pero “las compasiones del Señor no fallarán” (ver Lamentaciones 3:22). ¿Por qué? ¡Porque Cristo Jesús ya cargó nuestros pecados e iniquidades! Isaías 53:12 dice: “Por lo tanto, le daré un puesto entre los grandes, y repartirá el botín con los fuertes, porque derramó su vida hasta la muerte, y fue contado entre los transgresores. Cargó con el pecado de muchos, e intercedió por los pecadores”.

Dios perdona nuestro pasado
A través de nuestro arrepentimiento, Dios siempre abre un camino para liberarnos de nuestro pasado. Las Escrituras establecen que Dios remueve nuestros pecados “tan lejos como el Este del Oeste” (ver Salmo 103:12). Hermanos y hermanas en Cristo, tomen este ánimo para sus corazones: ¡Sacúdanse las fallas del pasado, enfóquense en el nuevo día y comiencen a experimentar sus victorias futuras!

Recuerden esta promesa importante: “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:1-2).

El Señor ya nos limpió con un perdón y una gracia abundante y extravagante para capacitarnos en dejar atrás cada pecado y falla del pasado. Atrás quedaron los días de la culpa, la duda y el temor, junto con muchas oportunidades perdidas y relaciones quebradas. Se terminaron los tiempos de las recaídas, la pasividad y los desvíos de las obras de la carne.

Mientras creemos su Palabra de perdón y disponemos nuestro corazón para buscar al Señor, hallaremos gracia y misericordia abundantes para cada día (ver Jeremías 29:12-13). Nunca abandone, nunca se entregue a una mentalidad de culpa y error (ver Hebreos 10:35). Usted fue creado por su Hacedor para llevar su gloria y su presencia hacia un mundo perdido y moribundo. Dios confía en usted (ver Deuteronomio 28:13). Recuerde, usted es la elección del Señor (Efesios 2:10), escogido para “un tiempo como este” (ver Ester 4:14).

Dios redime sus heridas
Por las llagas de Jesucristo fuimos sanados (ver Isaías 53:5). Tome consuelo en esto, amado creyente: toda herida que haya sufrido se transformará en una avenida significativa para la sanidad de otros. Cuando recibimos sanidad de nuestras heridas, luego recibimos la necesidad de sanar a otros. Llevamos la sanidad de Cristo y el consuelo a otros en las áreas en las cuales fuimos personalmente afectados (1 Tesalonisenses 5:11).

Dios trae apertura
Incluso ahora Dios está soltando favor divino sobre nosotros para llevar a cabo grandes demostraciones de su gloria. En Salmos 84:11 aprendemos cómo el Señor prodiga sus bendiciones de gracia y gloria: “El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor brinda generosamente su bondad a los que se conducen sin tacha”.

Incluso si usted no tuvo éxito en los días y años anteriores, ¡no se descorazone! Dios está diciendo: “¡Vuelve a intentarlo!”Es tiempo para reagruparse y volver a intentarlo, conociendo que esa falla nunca estuvo en los planes de Dios (ver Jeremías 29:11). Verá puertas abiertas que antes estaban cerradas para usted. Dios le garantiza la apertura.

¡Oro para que toda su familia experimente el amor y el favor abrumador de Dios, mientras deja atrás el pasado y toma con osadía las bendiciones y las promesas de Dios!

Bobby Conner
(www.elijahlist.com)

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