Por Andrew Towe
Pude oír al Señor que decía: “Hubo un
ataque estratégico desatado sobre la tierra. El adversario envió astutamente
una cosa tras otra, tratando de impedir el cumplimiento de mi Palabra. Sin
embargo, Yo hablé y mis decretos no se podrán detener. Cada promesa se
cumplirá. El enemigo se pasó de la raya una vez más. Estoy haciendo algo nuevo
y será más grande que cualquier cosa que hayas visto antes. El ladrón mentiroso
es expuesto y ahora tendrá que devolver siete veces más lo que robó. ¡Este es
el tiempo donde rebotarás y tomarás nuevos territorios!”.
Mi hija me dijo el
otro día: “El 2020 no ha sido un buen año”. Siguió enumerando las razones de su conclusión. “Primero, hubo COVID-19 y estuvimos en cuarentena en
nuestra casa. Luego el domingo de Pascua, un tornado golpeó
nuestra ciudad y causó una destrucción masiva. Tuvimos que mudarnos fuera de nuestra casa varias
semanas porque no podíamos entrar y salir de nuestro vecindario. Luego fue asesinado un
hombre porque no pudo respirar”. Continuó diciendo: “Hubo muchos motines y todos parecían enloquecerse contra
el otro. Para nada me agrada este año”. (Yo compartí estos eventos recientes con mi
hija).
La guerra de la primera parte de este año, no se compara con la
bendición de la segunda mitad
Mientras ella me
comentaba sus percepciones desde sus nueve años de edad, el Espíritu Santo
comenzó a hablarme y me reveló la base detrás de la guerra que habíamos
enfrentado en la primera mitad de este año. Me dijo: “Esto tiene que ver con lo que decreté para el 2020 a través de mis
profetas. Esto tiene que ver con el tercer gran despertar. Esto tiene que ver con la
cosecha de almas. El enemigo está aterrado porque mi
Iglesia se está uniendo y se está movilizando para tomar dominio sobre la
tierra. Sin embargo, este año no terminó. La guerra sin paralelo de la primera mitad del año, no se compara con la
bendición que vendrá en la segunda mitad. Tendrás un testimonio ‘después de
esto’”.
Tomemos el ejemplo
de Job, cuando perdió a sus hijos, sus negocios, sus riquezas e incluso su
salud. Job 42:16 dice: “Después de estos sucesos Job vivió ciento cuarenta años.
Llegó a ver a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación”. Nadie podría culpar a Job si se amargaba o
perdía la esperanza por sus pruebas dolorosas. En lugar de ello, se levantó
inquebrantable, buscando a Dios para que lo rescatara. Y Job entró en su
milagro “después de esto”. Como Job, usted también está entrando en su
momento “después de esto”.
Rebote
Eclesiastés 7:8 dice: “Vale
más el fin de algo que su principio…”. El Espíritu Santo dice: “Viene un rebote como nunca antes viste”. Busqué la
definición de la palabra “rebote” y según el diccionario, significa: “saltar o recuperarse por una fuerza o un impacto” y “recuperar”. ¡Oiga lo que dice el Espíritu de Dios! ¡Viene
una recuperación completa!
Considere los discípulos que experimentaron un rebote:
Juan 20:19 y 21-22 dice: “Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando
reunidos los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y,
poniéndose en medio de ellos, los saludó. ¡La paz sea con ustedes!... ¡La paz
sea con ustedes! repitió Jesús. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a
ustedes. Acto seguido, sopló sobre ellos y les dijo: Reciban el Espíritu Santo”.
Los discípulos
estaban escondidos detrás de las puertas cerradas por temor a los judíos.
Repentinamente, fueron liberados del temor cuando Jesús apareció entre ellos y “sopló” sobre sus vidas. Su aliento reflejó la
imagen de Dios soplando vida sobre el hombre (Génesis 2:7). En esencia, estaba
soplando vida en los discípulos para que se levantaran y trastornaran al mundo.
Fueron activados y
enviados.
Hechos 2:1-2 dice: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos
en el mismo lugar. De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta
ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos”.
Todos estaban unánimes. En griego, ser unánime es la palabra “homou” y significa: “Juntos,
en el mismo lugar y al mismo tiempo”.
Cuando la Iglesia se unió en armonía, entonces se produjo el gran derramar de
su Espíritu. Cuando se unificaron, ¡se disparó su rebote! Dios los capacitó de
manera sobrenatural para tomar el nuevo territorio. Dieron a luz un nuevo movimiento. ¡Este es el turno de esta generación para volver a dar a luz un nuevo
mover de Dios que tocará el mundo!
Dios dice: “Los ataques repetitivos este año se
levantaron para amordazar a mis profetas, haciendo que mi Iglesia se escondiera
con temor, para luego dividir a mi Esposa. ¡Ya no más! Estoy impartiendo el
aliento de vida en mis hijos e hijas. Hoy te comisiono para que seas luz en
medio de las tinieblas. Eres un embajador del Reino de los Cielos. Yo expongo al enemigo. Deseo derramar mi Espíritu sobre esta generación.
Pelea contra la discordia y la división. Pelea contra el odio y la injusticia.
Resiste al espíritu de temor y sé lleno con mi poder”.
“Es un tiempo repentino de rebote sobrenatural. Declaro que hay una
aceleración para ti, no solo para que rebotes, sino para tomar el territorio.
Estoy haciendo sonar la alarma para que mi pueblo se despierte de la decepción
y la complacencia. Mantén tus oídos sintonizados con mi voz y tus ojos
enfocados en mí. No mires a la derecha o a la izquierda, haz como Josué:
‘Esfuérzate y sé valiente’. Entrarás y tomarás el territorio nuevo. Así como revertí la cautividad de Job, recuperando
más del doble, ¡tú también recuperarás el doble!”.
Andrew Towe
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