martes, 22 de diciembre de 2020

“El mes del crecimiento y la luz”

Por Christine Vales

El mes bíblico de Tevet 5781 = 16 de diciembre de 2020 – 13 de enero de 2021

Como la hija menor en mi familia, siempre quise ser crecer. Veía todos los privilegios que tenían mis hermanos mayores y también los quería tener. Simplemente no tenía la edad suficiente para hacer lo que ellos podían hacer.

Podían quedarse despiertos hasta tarde… mientras yo me tenía que ir a dormir. Podían conducir… mientras yo tenía que andar en mi bicicleta. Ellos tenían la altura para andar en las grandes montañas rusas… mientras yo debía ir a los juegos para niños.

Cuánto anhelaba ser “grande”. Pensaba para mí misma: “¿Llegará el día cuando creceré y podré hacer todas estas cosas divertidas?”. La respuesta llegó pronto y luego de conocerla, era lo suficientemente grande como para conducir y hacer las cosas de los “grandes”. No me había dado cuenta que hay una gran cantidad de otros asuntos que vienen con “ser grande”. Crecer significa responsabilidad y sometimiento. Amigos, este mes de Tevet se trata de… ¡crecer!

Tevet: el mes del crecimiento y la luz

La palabra Tevet significa “bueno” y el crecimiento es bueno. El Señor está ahí para ayudarnos a crecer. Seguro hay dolores en el crecimiento, pero como dice la Palabra, sirven para madurarnos (Heb.12:11). Las situaciones que prueban nuestra fe y nuestra madurez se presentarán por sí mismas. Sin embargo, en estas situaciones el Señor está presente y nunca permitirá más de lo que podamos manejar. No nos dejará solos en el proceso. El Señor ilumina nuestro camino ni bien entramos en Tevet, mientras las velas de la menorah siguen brillando por Hanukkah. Nos recuerdan que la Palabra del Señor es luz a nuestros pies y lámpara en nuestro camino, mientras crecemos en Él (Salmo 119:105). 

El “ojo de Dios” vs el “ojo del maligno”: ¿En cuál se está enfocando?

Una gran parte de crecer es la perspectiva. Dos personas pueden mirar la misma situación y una ve ánimo, mientras la otra ve una derrota. Todo se reduce a cómo vemos las cosas. Los judíos llaman a esto batalla entre nuestro “ojo bueno” vs nuestro “ojo malo”. En este mes el Señor resalta la importancia de la visión y nos llama a ver con nuestro “ojo bueno”. Debemos ver las cosas desde su perspectiva celestial. Esto está destacado en la letra hebrea para este mes “Ayin”, representada por un ojo y está asociada con la visión y el enfoque. Es un gran tiempo para pedirle al Señor que lleve nuestras vidas a su enfoque y sus prioridades. Esto puede incluir la revisión de nuestra educación para ver hacia dónde Él nos está llamando a avanzar y mantenernos firmes en nuestra posición actual. El Señor nos está llamando a meditar en sus promesas y en las palabras que nos habló, animándonos en su verdad y en su amor para avanzar en su propósito para nosotros.

¿En qué se está enfocando durante este mes? ¿Qué se imagina para el mes que viene? ¿Esto le trae paz o temor? Entréguele al Señor sus planes y permita que su perfecto amor eche todo temor fuera de su vida, mientras ordena sus pasos. Comenzará a ver las cosas desde su punto de ventaja y experimentará su sabiduría, su paz, su reposo y, sobre todo, su amor.

Madurar en su llamado=someterse a Dios

La tribu de Dan está conectada con Tevet y nos brinda lecciones valiosas sobre la madurez. El nombre Dan significa “juzgar o gobernar”. Solo esto requiere madurez. Dan estaba posicionado como la retaguardia del ejército del Señor mientras se movían por el desierto y en las batallas. Eran guerreros fuertes y sabían cómo derribar a sus enemigos, incluso sin tocarlos. Jacob profetizó esto sobre Dan: “Dan juzgará a su pueblo, como una de las tribus de Israel. Será Dan serpiente junto al camino, víbora junto a la senda, que muerde los talones del caballo, y hace caer hacia atrás al jinete” (Génesis 49:16-17).

¡Wow! ¡Eso es lo que llamo moverse en su don! Aun así, no todos en esta tribu se movían en sus llamados. Sansón era de la tribu de Dan y fue llamado a ser un libertador para Israel. Sin embargo, Sansón no se sometió o creció en el Señor. Sansón permitió que sus pasiones lo controlaran. En el final, luego de perder la vista y sus fuerzas, Sansón finalmente sometió su voluntad al Señor. En su última batalla (la más importante), derribó las columnas para aplastar al enemigo, sin necesidad de tocarlo, aunque en ese proceso perdió su propia vida. Debemos someternos al llamado del Señor sobre nuestra vida para poder crecer en Él, aprender sus caminos y llevarles libertad a otros.

Darle al Espíritu el dominio sobre nuestra carne

Finalmente, mantener nuestras emociones bajo control es otra señal de madurez. Si este mes estuvimos batallando, la ira puede levantarse en nosotros, pero la Palabra dice que podemos enojarnos “aunque sin pecar” (Ef.4:26). El Señor nos fortalece, por su Espíritu, para que podamos hacerlo.

¡Permitamos que el fruto del Espíritu dentro de nosotros tenga dominio sobre nuestra carne!

Plantando la semilla de la madurez: ¿Cuáles son las áreas de su vida que necesitan crecer?

¿Está listo para ser “grande”? ¡Este es el tiempo! Pregúntele al Señor por las áreas de su vida donde necesita crecimiento. Escríbalas y anímese en Él. La semilla que plante le hará cosechar recompensas de madurez.

¿No es esto el crecimiento? ¿Está permitiendo que su “ojo malo” gobierne sus decisiones? Pídale al Señor que le muestre su perspectiva celestial. ¿Está enfrentando una batalla? “Enójese… pero sin pecar”, permitiéndole al Espíritu que intervenga en su vida. El Señor seguramente le mostrará las estrategias para derribar al enemigo sin siquiera tocarlo, como Dan. Tome tiempo para recibir la visión del Señor para avanzar con madurez en su trabajo, en su ministerio, en su educación, etc. Que el Señor pueda “crecer en usted” este mes, para que pueda decir como Pablo: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; más cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño” (1 Cor.13:11).

Christine Vales

(www.elijahlist.com)

 

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