martes, 22 de julio de 2008


“El arte perdido de la creatividad: estamos ingresando en una era de creatividad nunca antes vista”


Por JoAnn McFatter


El arte perdido de la creatividad

Trágicamente, parte de estas palabras refleja una realidad. Desafortunadamente, parte del pueblo cristiano está muerto o por lo menos, dormido o suprimido en los huecos donde nos encontramos. Olvidamos a la imagen de Quien fuimos creados: ¡El Creador mismo!

“Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó” (Génesis 1:27)

Hombres y mujeres por igual nacimos con una creatividad genuina en nuestros ADN desde el mismo principio. Como todos sabemos, los niños son muy creativos. Se requieren pocos años para caer en la sumisión y nunca más volver a verla para algunos de nosotros. Se hicieron estudios con niños, siguiéndolos a lo largo de sus años de colegio y haciéndoles pruebas cada dos años. A la edad de dos o tres años, todos resultaron ser “genios creativos”, pero a la edad de 18, sólo un porcentaje permaneció en esa categoría. Una vez más, nuestro sistema escolar de mentalidad griega exprimió la tendencia creativa que Dios nos entregó, metiéndonos en un molde que alguien más decidió que fuera la “norma”.

El día que salimos del abdomen de nuestra madre, solamente teníamos 9 meses desde que nos separamos de Dios en el Espíritu y esa experiencia estaba fresca en nosotros. El recuerdo de ese tiempo es reemplazado lentamente por los pensamientos de la realidad terrenal que se nos presenta a través de gente bien intencionada. Sin embargo, la comprensión que tenemos es sofocada y la voz de Dios se atenúa. En verdad, la creatividad es un arte perdido en nuestros días.

Nuestra imaginación puede hacerse realidad

Quiero atraer su atención hacia la influencia que esto tuvo en nuestra “habilidad” para atrapar lo sobrenatural y aún en tener fe para creer. Vivimos en una sociedad que “necesita ver para creer”. A veces ni siquiera vemos cuando creemos, porque fuimos engañados tantas veces que nos cuesta mucho confiar. Por supuesto que creo en probar los espíritus, como nos instruye la Escritura, pero eso no me refiero a eso en este punto. En el mundo cristiano se nos dijo que debíamos alejarnos de las fantasías, con lo que estoy de acuerdo, pero estuvimos tan alejados que perdimos nuestra habilidad aún para recibir un pensamiento de Dios en el ojo de nuestra mente: Nuestra imaginación. La imaginación no tiene por qué ser mala. Puede ser usada para el bien o para el mal, así como cualquier otra habilidad que tengamos.

David dice:

“Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas, y he visto con júbilo que tu pueblo, aquí presente, te ha traído sus ofrendas. Señor, Dios de nuestros antepasados Abraham, Isaac e Israel, conserva por siempre estos pensamientos en el corazón de tu pueblo, y dirige su corazón hacia ti” (1 Crónicas 29:17-18)

Nuestra imaginación debe estar preparada en fe para lo sobrenatural. ¿Podemos creer en aquellas cosas que aún no vemos? ¿Podemos imaginar aquellas cosas por las cuales estamos peleando con fe, pero creyéndolas? Nuestra fe imprime una imagen que se forma en nuestra imaginación. Nos ponemos de acuerdo con Dios y hacemos que nuestra imaginación vea lo que Él dice que es real. Es algo que aún no se concretó en el mundo físico, aunque en la mente de Dios ya está hecho. Ser o no ser, ¡verdaderamente la cuestión es estar poseído por la fe misma! Podemos estar de acuerdo con lo que Dios nos habla o nos muestra y colaborar con Él para que suceda.

Cuando hablamos de imaginación, hablamos del futuro como si fuera algo de lo cual tenemos una imagen, pero que aún no tomó forma en la realidad física. Si ya la tiene, entonces se consideraría conocimiento. Es un trato hecho. Si aún no sucedió o no tomó forma, entonces descansa en nuestra imaginación. Estas son imágenes que esperamos se muevan desde la realidad de lo posible hacia la realidad física adquiriendo sustancia, pero aún espera en el futuro.

Así como el conocimiento habla del pasado, la revelación habla del presente, el hoy, algo que se concretó en este momento. Una vez que se realizó, pasó a ser conocimiento. Las tres etapas son: conocimiento (pasado), revelación (presente) e imaginación (futuro). Pero es necesario estar de acuerdo en nuestra imaginación con las cosas que Dios ve para poder creer en algo. De hecho, ¡creo que podría decir que se requiere imaginación para agradar a Dios! Tan atrevido como pudiera sonar esto, la Escritura nos dice:

“Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan” (Hebreos 11:1 y 6)

Si espera por algo que aún no puede ver, entonces puede imaginarlo en su mente mientras se pone de acuerdo con el Espíritu de Dios para que lo inspire. Al ejercer su fe por eso, comenzará a ver la sustancia de ello en su mente y espíritu, antes que tome forma en el mundo natural. Participamos con Dios como colaboradores para que sucedan las cosas. Ayudamos a darle sustancia a esta realidad de “lo toco, lo siento” en la que vivimos, sólo al ponernos de acuerdo con lo que vemos. Eso sucede cuando nos consagramos a la revelación que Él nos está entregando.

El Creador está soltando la creatividad

Sí, Dios es el único que puede crear por sí mismo, sin ninguna ayuda. Pero nos invita a nosotros (y evidentemente se agrada de hacerlo), a unirnos con Él en su intento.

Dice:

“Lo que ya ha acontecido volverá a acontecer; lo que ya se ha hecho se volverá a hacer ¡y no hay nada nuevo bajo el sol!” (Eclesiastés 1:9)

Todo lo que fue o será, ya está en Él. Sólo que algunas cosas recibieron sustancia, así como en los pasajes a continuación y otras aún no la recibieron. Pero Él dice que será:

“¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto y ríos en lugares desolados” (Isaías 43:19)

Aún va más lejos al decirnos que no podemos imaginar lo que está encerrado en Su corazón para nosotros hasta que entremos con Él. Como se dijo, sólo permanece en Su entendimiento.

“Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman” (1 Corintios 2:9)

Él nos invitó a participar en todo esto y sólo está esperando para soltar lo nuevo “en” y “a través” de nosotros. Nuestro problema es que somos demasiado proclives a tomar una idea o pensamiento inspirado por Dios, pasarlo por nuestras mentes limitadas y luego convertirlo en algo viejo y familiar. Es el síndrome típico de “comenzamos en el Espíritu y terminamos en la carne”, en el cual caemos con facilidad. Nosotros o nuestra imaginación no estamos abiertos a Su revelación cuando viene a nuestra vida. En lugar de ello, le damos forma con nuestro entendimiento, en vez de limitarnos a creer y estar de acuerdo exactamente con lo que Él dijo. Si tan sólo permitimos que la Palabra de Dios empape nuestra imaginación y pudiéramos entrar en un acuerdo con ello, veríamos mucho más.

Clamemos: “Dios, ¡ayúdanos a ser abiertos para permitir que aquellas cosas que estremecen nuestra imaginación puedan ser llenas con el Rhema de Tu Palabra creativa!”. Nos ocultamos de ello demasiado tiempo. Pero estamos ante el nacimiento de una era de creatividad nunca antes vista porque será dirigida por el Espíritu Santo.

Dios quiere cubrirnos con esa idea sembrada por Él. Su tesorería Celestial está repleta, ¡esperando que acceda a ella! Existen demasiadas cosas como libros, pinturas, inventos, diseños arquitectónicos, estrategias de negocios, patentes, música, etc. La lista es interminable. Todo eso está esperando a quienes abran sus mentes y espíritus para recibirlas de Él.

La creatividad tiene que ver con todo lo que vimos u oímos hasta este punto de la historia. Él guardó lo mejor para el final o quizá nos llevó tan lejos para permitirnos pisar lo que quiere soltar de aquí en adelante. Aún así, está allí para nosotros ahora. Es un tiempo para “extender las cuerdas de su tienda”. Permita que su imaginación se llene de la creatividad de Dios que estuvo dentro de nosotros desde el principio, antes de ser reprogramados por los hombres.

Esta es una invitación hacia nosotros para afirmarnos con Dios y permitirle que nos cubra con Su Imaginación divina, impartiendo y encendiendo nuestra imaginación para que podamos darle sustancia a aquello que está en Su mente. Aún para que podamos darle sustancia aquí en la tierra a algo que está en la tesorería Celestial.

Hablé hace 10 años acerca del Renacimiento del Espíritu que pude ver surgir. Hay excepciones a la regla como Akiane, la joven pintora, poetisa y músico, pero creo que habrá una manifestación de esta creatividad a nivel masivo, así como se habló en relación a lo sobrenatural. Llegar a ser uno con Él para que permitir que esto fluya. Su acceso a ella es su relación con Él. ¡Quiere soltarla a través de usted, mientras este nivel de creatividad se suelta sobre toda la tierra! ¿Puede imaginarlo? Ahora, ¡imagínese justo en medio de eso!

JoAnn McFatter

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