Por Kathi Pelton
“Disfruten la comida y las bebidas dulces…
…no se lamenten ni lloren…
…y no se aflijan…’
La Puerta de las Aguas
“…Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se reunió en la plaza que está frente a la puerta del Agua y le pidió al maestro Esdras traer el libro de la ley que el Señor le había dado a Israel por medio de Moisés. Así que el día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras llevó la ley ante la asamblea, que estaba compuesta de hombres y mujeres y de todos los que podían comprender la lectura, y la leyó en presencia de ellos en la plaza que está frente a la puerta del Agua. Todo el pueblo estaba muy atento a la lectura del libro de la ley.
El maestro Esdras se puso de pie sobre una plataforma de madera construida para la ocasión. A su derecha estaban Matatías, Semá, Anías, Urías, Jilquías y Maseías; a su izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Jasún, Jasbadana, Zacarías y Mesulán. Esdras, a quien la gente podía ver porque él estaba en un lugar más alto, abrió el libro y todo el pueblo se puso de pie. Entonces Esdras bendijo al Señor, el gran Dios. Y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: ¡Amén y amén! Luego adoraron al Señor, inclinándose hasta tocar el suelo con la frente” (Nehemías 8:1-6)
El Cuerpo de Cristo se encuentra en un tiempo de transición hacia una nueva postura en un nuevo día. Mientras avanzamos hacia este tiempo, Dios nos está entregando una revelación a través del capítulo ocho de Nehemías, acerca de lo que está haciendo. El Espíritu Santo continuamente me lleva hacia este capítulo para instruirme acerca de este tiempo. Volvamos a ver el primer verso del pasaje:
“...Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se reunió en la plaza que está frente a la puerta del Agua y le pidió al maestro Esdras traer el libro de la ley que el Señor le había dado a Israel por medio de Moisés”
“Todo el pueblo se reunió como un sólo hombre…”
En esta hora existe un remanente del pueblo de Dios en la tierra que está permitiendo que el Espíritu Santo los lleve a través del proceso de transición hacia este nuevo tiempo y hacia esta nueva posición. Es muy importante para todos nosotros permitir que el Señor nos guíe a lo largo de todo el proceso. Aún cuando en la realidad natural no estemos todos juntos en el mismo sitio, creo que en la realidad del espíritu somos como un sólo hombre ante este lugar llamado “la puerta de las Aguas” (una de las diez puertas del muro que rodeaba a la ciudad antigua de Jerusalén). Esta nueva postura tiene una unidad corporativa que trasciende la localización física y nos lleva hacia una postura de “espíritu a espíritu”.
Limpiarse por la Palabra y cambiar viejas vestiduras
En la Escritura, la Puerta de las Aguas representa la obra purificadora de la Palabra de Dios (Juan 15:3, Efesios 5:26), el lugar donde se administraba justicia y donde también se hacían los juramentos. La Palabra de Dios y su poder purificador son vitales para nosotros: una nueva pasión y un anhelo en el corazón del pueblo de Dios. Él desea limpiarnos de la temporada pasada, lavándonos con Su Palabra y entregándonos nuevas vestiduras para este nuevo tiempo.
“Entonces me mostró a Josué, el sumo sacerdote, que estaba de pie ante el ángel del Señor, y a Satanás, que estaba a su mano derecha como parte acusadora. El ángel del Señor le dijo a Satanás: ¡Que te reprenda el Señor que ha escogido a Jerusalén! ¡Que el Señor te reprenda, Satanás! ¿Acaso no es este hombre un tizón rescatado del fuego? Josué estaba vestido con ropas sucias en presencia del ángel. Así que el ángel les dijo a los que estaban allí, dispuestos a servirle: ¡Quítenle las ropas sucias! Y a Josué le dijo: Como puedes ver, ya te he liberado de tu culpa, y ahora voy a vestirte con ropas espléndidas. Entonces dije yo: ¡Pónganle también un turbante limpio en la cabeza! Y le pusieron en la cabeza un turbante limpio, y lo vistieron, mientras el ángel del Señor permanecía de pie. Luego el ángel del Señor le hizo esta advertencia a Josué: Así dice el Señor Todopoderoso: Si andas en mis caminos y me cumples como sacerdote, entonces gobernarás mi templo y te harás cargo de mis atrios. ¡Yo te concederé un lugar entre estos que están aquí!” (Zacarías 3:1-7)
¿Cómo podremos caminar en Sus caminos o guardar Sus mandamientos sin la Palabra de Dios? Dios nos está pidiendo que atravesemos esta Puerta de las Aguas y permitamos que Su Palabra entre en nuestras reuniones, en nuestras familias y en nuestras vidas para enseñarnos y limpiarnos. Está a punto de soltar una gran autoridad sobre Su casa, pero primero debemos regresar a Sus “caminos” y a Sus “demandas”. A través de esta obra de gracia, no obras, debemos ubicarnos para permitir que se pueda realizar esta obra del Espíritu Santo en nosotros.
En Nehemías 8:9-12, cuando Esdras le leyó la Ley a todo el pueblo reunido en la plaza, delante de la Puerta de las Aguas, la gente se postró y comenzó a llorar porque recibieron un espíritu de entendimiento. Comenzaron a recordar los caminos de Dios y a arrepentirse por la manera como cayeron de la verdad. Pero Dios había ordenado que ese día terminara con regocijo y no con lamentos, porque Su pueblo recuperó el sentido.
“Al oír las palabras de la ley, la gente comenzó a llorar. Por eso el gobernador Nehemías, el sacerdote y maestro Esdras, y los levitas que enseñaban al pueblo, les dijeron: No lloren ni se pongan tristes, porque este día ha sido consagrado al Señor su Dios. Luego Nehemías añadió: Ya pueden irse. Coman bien, tomen bebidas dulces y compartan su comida con quienes no tengan nada, porque este día ha sido consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza. También los levitas tranquilizaban a todo el pueblo. Les decían: ¡Tranquilos! ¡No estén tristes, que éste es un día santo! Así que todo el pueblo se fue a comer y beber y compartir su comida, felices de haber comprendido lo que se les había enseñado” (Nehemías 8:9-12)
¡Este es un día de celebración!
Aunque estamos viviendo tiempos similares, donde Dios está en el proceso de traer un gran alineamiento y arrepentimiento a Su pueblo, necesitamos regocijarnos en esto y no estancarnos en la auto condenación, culpa, vergüenza y lamentos interminables, porque Dios trajo luz para liberarnos de todas las tinieblas que nos mantuvieron detenidos en los ciclos antiguos y destructivos. Es muy importante no permitir que sus emociones lo gobiernen o que cualquier mentira del pasado le diga “quién es”. Vuelva a la verdad. ¿Qué dice el Señor acerca de usted? ¿Cuáles son Sus promesas en su vida? ¿Qué dice acerca de su ciudad o su nación? Esta es la verdad que nos liberará de las mentiras oscuras que nos hicieron tropezar cuando tratamos de correr.
Dios está pulverizando estos pesos que le impidieron a Su pueblo marchar como Su ejército emergente. Estos pesos fatigaron a Sus fieles, pero con el poder de Su palabra, estas piedras de tropiezo son removidas de nuestros pies.
¡Celebre! Este es el tiempo para celebrar Su gracia y misericordia. Recuerde, Él disciplina a quienes ama. En la luz de Su Palabra son expuestas todas las mentiras que creímos y las obras oscuras que hicimos, trayendo libertad y restauración. Este es un tiempo para ver, entender y arrepentirse rápidamente. También recibimos un espíritu de entendimiento que renueva nuestra mente y alinea nuestras vidas. Esto nos lleva a celebrar Su bondad y misericordia. Una vez más, Dios nos está haciendo conocer Su Palabra y esto nos producirá un gran gozo. No sólo está trayendo Su Palabra escrita, también Su palabra rhema.
Percibo al Señor diciendo: “Vuelve a sonar, vuelve a danzar y regocíjate una vez más”. Se están quebrando las ataduras de la temporada anterior y las limitaciones que mantuvieron al pueblo de Dios en pequeñas ataduras (y pequeños niveles de autoridad). Su gente está lista para correr con nuevas fuerza y visión, pero no delante o aparte de Él, sino a su lado.
El año de los Caballos y la Puerta de los Caballos
El mes pasado oí una voz profética que dijo que el 2008 es el “año de los caballos” y lo conectó con el pasaje de Jeremías 12. También oí al Señor hablándome acerca de los caballos, así que mis oídos se alertaron cuando Él me habló estas palabras. Tanbién encontré que la puerta de los Caballos estaba cerca de la puerta de las Aguas y comencé a buscar al Señor acerca de esta conexión. Esto es lo que sentí que el Espíritu Santo dijo acerca de este asunto:
“Si los que corren a pie han hecho que te canses, ¿cómo competirás con los caballos? Si te sientes confiado en una tierra tranquila, ¿qué harás en la espesura del Jordán?” (Jeremías 12:5)
Estamos en un tiempo de preparación que nos está equipando para correr y no cansarnos como sucedió en la temporada pasada. Muchos de nosotros corrimos en nuestras fuerzas e iniciamos muchas cosas en nuestro propio entendimiento, eso nos llevó a estropearlo todo. Echamos todo a perder en lo que describíamos como un “país seguro” (espiritualmente hablando). Pero el ejército de Dios está en lo que describiríamos como una especie de campo de entrenamiento para preparnos para “competir contra los caballos” (adversarios mayores a los que conocemos).
En Mateo 24 leemos acerca de cómo, en los últimos días, aumentará la maldad y el amor de muchos se enfriará. Dios está haciendo un trabajo profundo en nuestros corazones y una limpieza para que, mientras aumente la maldad, nuestros corazones no decaigan y nuestro amor no se enfríe. Aquellas cosas con las cuales peleamos en el pasado, palidecerán en comparación con aquello que debemos enfrentar en los días por venir. Esto no debe desalentarnos y causarnos temor, sino aquietarnos y llevarnos de regreso al temor del Señor para que no perdamos nuestro corazón en los días por venir. Creo que el alineamiento al cual Dios nos está llevando por medio de la purificación de Su Palabra, es nuestra preparación para “competir con los caballos”, sin ser derrotados.
Recuerde que en la temporada pasada, muchos de nosotros caminamos en un camino muy independiente al del resto del Cuerpo de Cristo. En esta postura nos cansamos rápidamente. Pero como vemos en Nehemías 8, se reunieron como “un solo hombre”. En este tiempo se nos enseñó cómo es la unidad corporativa. No seremos capaces de enfrentar los días por venir fuera de esta unidad corporativa, pero mientras nos unimos como un sólo hombre y un sólo ejército, enfrentaremos la fuerza de los “caballos” (adversarios poderosos) sin cansarnos. Veremos victorias tras victorias, mientras nos movemos como un sólo cuerpo y con un solo corazón.
Los caballos de Dios están listos para soltarse
Cuando inicialmente oí la palabra “Este es el año de los caballos…”, me quedé asombrada porque era una confirmación de la visión que el Señor me había entregado recientemente. Personalmente creo que aunque pelearemos contra adversarios que tienen la fuerza de los caballos, también veremos a los caballos de Dios corriendo durante estos días.
El mes pasado, mientras un equipo ministraba a mi esposo, una de las mujeres comenzó a profetizar sobre su vida diciendo que él es como un caballo de carreras, como Sea Biscuit o Phar Lap (dos caballos de carreras que fueron campeones, aunque no se esperaba que fueran grandes, terminaron siendo ganadores). Los detalles de esta profecía fueron muy exactos. El día siguiente a esta profecía estaba orando sobre esa palabra y comencé a tener una visión sobre mi esposo, pero también era para muchos que estuvieron relegados por muchos años.
Esta es la visión de la pista de caballos con los caballos corriendo:
Pude ver una pista de caballos y a los caballos corriendo alrededor de ese óvalo. Estaban en una condición asombrosa, brillosos y fuertes. Estos caballos fueron criados para pistas de carreras. Todo lo que conocían era pasar la vida corriendo en círculos y tratando de adelantarse a los demás caballos. La vida de estos caballos consistía en establos, rejas, frenos, riendas, jinetes y paseos en círculos.
Luego pude ver personas que se acercaban y sacaban estos caballos de la pista para llevarlos hacia sus establos individuales. En cada establo les quitaban a los caballos todo el atuendo de carrera (riendas, frenos, orejeras, etc). Luego les quitaban el calzado y los dejaban descansar por un tiempo. Luego llevaban a cada animal a una nueva reja, pero la atravesaban desvestidos, sin ningún accesorio de carrera o calzado para correr por la pista. Tampoco había jinetes montándolos. Mientras estos caballos entraban por las rejas, estaban muy agitados porque se sentían desnudos y sin equipo para la carrera que los esperaba. Los caballos estaban inquietos, mirando hacia abajo a sus cascos desnudos, estaban muy incómodos y preocupados por sus lomos vacíos.
Luego fui llevada hacia las puertas y vi que no se abrían hacia la pista de carreras, sino hacia campo abierto. Como los caballos miraban hacia abajo y hacia atrás, no se dieron cuenta que estaban a punto de ser libres para correr todos juntos hacia campo abierto ni bien se abriera la reja. En este punto oí una voz que les decía a los caballos: “Dejen de mirar lo que perdieron y miren hacia adelante, ¡vuelvan a soñar! Recuerden los sueños de su juventud, cuando corrían en libertad y prepárense para correr como el viento. Aunque fueron criados en cautividad, están destinados para correr en libertad”.
Aunque nunca oí el disparo de salida y nunca vi que las puertas se abrían para liberar a los caballos, sentí que este año era el tiempo para que estos “caballos” resucitaran a los sueños de su juventud y a la verdadera identidad con la cual fueron creados. La vida de la pista de carreras marcó en ellos una “manera de pensar circular” y a menudo se detenían en maneras de pensar que les impedían ir más allá de la pista. Se habían acostumbrado a estar juntos y a correr solos para obtener una victoria individual. Supe que estos caballos correrían juntos como potros salvajes, pero sólo bajo el liderazgo del Creador.
Creo que este año, muchos hombres y mujeres (especialmente hombres) que vivieron corriendo de una manera antinatural por la misma pista en círculos, serán despojados de todos los impedimentos y herramientas humanas necesarias para vivir esta clase de vida. Serán preparados para correr en libertad, como fueron creados originalmente. Nunca más correrán solos para ganancia de sus “dueños”, correrán juntos con su Creador para el beneficio de todos.
La puerta de las Aguas y la puerta de los Caballos
Mientras investigaba el significado de estas puertas, leí un artículo en un website llamado “Las puertas de Jerusalén” por J. R. Church. En este artículo, el autor profundizaba acerca del significado de la puerta de las Aguas y la puerta de los Caballos:
“El caballo era uno de los principales medios de transporte: un trabajador al servicio de la humanidad. Asimismo, el significado espiritual de esta puerta nos enseña que no debemos servir a los hombres. En la puerta de las Aguas, adoramos a Dios y en la puerta de los Caballos, servimos a la humanidad”.
Pude sentir en mi espíritu que hay dos puertas espirituales que se abrieron en este tiempo. Una es la puerta de las Aguas, donde nos reuniremos en unidad para adorar y ser enseñados por el Señor, para luego celebrar en una comunión íntima. La segunda puerta es la puerta de los Caballos, donde la fe que recuperamos en la puerta de las Aguas se pone en acción mientras muchos comienzan a servir a la humanidad en humildad y amor.
“De igual manera, ¿no fue declarada justa por las obras aun la prostituta Rajab, cuando hospedó a los espías y les ayudó a huir por otro camino? Pues como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:25-26)
Reunámonos todos juntos en la puerta de las Aguas para ser purificados por Su Palabra, celebrando con la familia de Dios y luego permitamos que el Señor nos reúna en la puerta de los Caballos para agregar Sus obras de servicio a nuestra fe. Juntos seremos adoradores de Dios en verdad y unidad para amar tanto a Dios como a la humanidad.
Kathi Pelton