domingo, 7 de diciembre de 2014

“¿Cuál debería ser nuestro enfoque profético en este diciembre?”

 Por Johnny Enlow

 

clip_image002Sueño: La inundación y el enfoque

Volví a tener un sueño con una inundación. En este sueño estaba cerca de la costa y observaba que repentinamente el agua revertía su curso. En lugar de retroceder, avanzaba como una inundación. Como se movía a toda velocidad, me pude dar cuenta que necesitaba moverme hacia un terreno más elevado que estaba frente a mí. Miré el estacionamiento y vi que toda el área se encontraba bajo el agua, entonces no podría lograr nada tratando de alcanzar mi auto. En el sueño pensé: “Bien, el seguro se ocupará de darme un auto nuevo”. En realidad se trataba de una cuestión de hechos concretos y no de temores.

Comencé a moverme rápidamente hacia un terreno más elevado mientras la inundación avanzaba. Luego me di cuenta que necesitaba pedirle a Dios que me mostrara el camino que debía seguir para mantenerme delante de la inundación. Cuando me detuve para preguntarle a Dios, me hizo enfocarme en una casa que se encontraba arriba a la derecha y hacia allí me dirigí. Avanzaba en esa dirección cuando me desperté.

 

Por qué la inundación no me atemorizaba y qué significa eso para usted y para míclip_image004

El sueño no me atemorizaba, pero era muy real. Creo que están comenzando las lluvias espirituales y las inundaciones. Esto es bueno. Cambiará el paisaje de todo. Para mí, ocurrieron dos cosas. La primera, era que ya no podría usar mi auto antiguo, pero estaba tranquilo porque recibiría uno nuevo. La segunda fue que la inundación requeriría que buscara una dirección que me permitiera mantenerme delante de ella.

 

Los autos hablan de vehículos ministeriales. Lo que viene es realmente bueno y una respuesta a la oración. Sin embargo, las ideas preconcebidas sobre cómo debería funcionar nuestro vehículo ministerial puede dejarnos a un costado. Adicionalmente, se requiere más que instinto para saber cómo responder a las aguas que se están levantando y recibir una dirección clara. Terminaremos con vehículos nuevos y en un terreno más elevado, pero ambos requerirán que abracemos lo nuevo que aún no conocemos.

clip_image006¿Cuál debería ser nuestro enfoque durante este diciembre?

El verso para el mes es Filipenses 3:13: Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante…. Ahora necesitamos cambiar nuestro enfoque en tratar de recobrar nuestras pérdidas (“Gracia para Noviembre: Perseguir, alcanzar, recuperarlo todo y despojar al enemigo”). No sería saludable mantenernos concentrados en considerar nuestras pérdidas.

 

Le agradecemos al Señor por la cantidad de aspectos de la recuperación que experimentamos, pero ahora debemos entregarle todas las pérdidas o los negocios inconclusos, “olvidando las cosas que quedaron atrás” y comenzar a buscar “las cosas que están por delante”. Mientras nos mantenemos en el estado de esperanza que ganamos en Noviembre, podemos confiarle a Dios los resultados que aún no cambiaron y quitar nuestros ojos de nosotros mismos. Este es un mes para mantener nuestros ojos en Jesús porque Él es tanto la causa como la inundación misma que está llegando. Debemos comenzar a prepararnos para responder a la manifestación de Cristo alrededor nuestro y esperar nuevas opciones que aún no consideramos.

 

En mi sueño anterior sobre una inundación, un fenómeno de esto fueron las calles llenas de agua que corrían arrastrando cerdos enormes que se retorcían con las patas hacia arriba. Lo único que debíamos hacer era evitar ser arrastrados por estos cerdos enormes. Existe una exposición de las “partes bajas” de los cerdos de la sociedad (aquellas cosas que sabemos que son impuras ante el Señor). Esto ya comenzó y continuará avanzando. Esta es una realidad para la cual debemos estar preparados y necesitamos asegurarnos de no ser golpeados por la exposición de la corrupción que está oculta. La exposición no es el tema para este tiempo, pero será acompañada por el fenómeno del río de Dios que se está levantando en medio nuestro.

 

Aquí repito la canción que cantaba en el sueño anterior: “Se levantará un río, se moverá una montaña, el pueblo de Dios se levantará y todo será nuevo”. Prepárese, prepárese, prepárese.

 

Johnny Enlow

(www.elijahlist.com)

 

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