miércoles, 27 de marzo de 2019

“Dios dijo: ‘¡Detente! ¡Estás orando mal!’”



Por John Burton

En mis años de ministerio me preguntaron incontables veces: “John, ¿cómo puedo experimentar los milagros y las maravillas de Dios?”. ¡La gente está muy desesperada y hambrienta por un encuentro con la deidad! El celo que tienen para escapar de las trampas del mundo y sumergirse en las glorias de Dios es intensa, aunque demasiados no pueden entrar en ese estilo de vida. Se encuentran a sí mismos mirando al cielo y clamando: “¿Dónde estás Dios?”.

Mi respuesta a estas personas apasionadas no es complicada. De hecho, no podría ser más simple: Vivir vidas santas y orar mucho en el Espíritu.

Oír a Dios es la meta
Romanos 10:17 dice: “Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo”.

“Oímos a Dios y luego declaramos cómo se debe conformar la situación según su voluntad. ¡Nos lleva desde una posición de derrota y pasividad hacia una posición de victoria y violencia espiritual por una fe poderosa!”

Una de las mayores tragedias es ser invitado a las profundidades de Dios y a la dimensión sobrenatural en la que Él se mueve, y rechazarla. ¡Demasiados están clamando para que Dios se manifieste en la dimensión natural, mientras Él nos está llamando a manifestar su dimensión sobrenatural! Hay maravillas que contemplar cuando vivimos vidas consagradas y oramos en fuego día y noche.

Por favor escúcheme: ¡Puede comenzar su camino hacia el lugar donde el Espíritu Santo está anidando ahora mismo! En realidad, mientras escribo esto siento en mi espíritu que debo invitarlo a pelear en oración conmigo un momento:

Jesús, decreto en tu nombre magnificente que la persona que está leyendo esto es libre de la desilusión, el abatimiento y la incredulidad. En el nombre de Jesús, ordeno que cada espíritu maligno de acechanza y burla retira sus garras de él y se aleja, ¡ahora mismo! Declaro una libertad salvaje, gozo y una fe exuberante, ¡ahora! Fe, ¡levántate! Celo, ¡aumenta! Expectativa, ¡ven! Es tiempo para que se afirme en las maravillas de Dios. Amén.

Mientras eliminamos todo lo que puede impedir un andar en el Espíritu en nuestras vidas y desarrollar un estilo de vida con una intercesión ferviente, urgente y regocijante, tanto en nuestros cuartos de oración y con otros hermanos y hermanas, los cielos se abrirán sobre nuestras vidas. Es un punto donde podremos comenzar a oír a Dios.

Estoy convencido que el único camino para oír consistentemente la voz de Dios es vivir vidas santas, caminar en el Espíritu y orar en el Espíritu. Sin embargo, vale la pena el precio. Cuando Dios comienza a hablar, todo en nuestras vidas cambia dramáticamente. Una fuerza profética se irradiará desde el interior. Los sueños y las visiones comenzarán a ser regulares. ¡Seremos deshechos mientras una nueva revelación de la gloria de Dios nos golpea y nos sacude hasta lo más íntimo!

Sí, cuando usted comienza a oír a Dios, todo cambia. Siga leyendo para ver la verdad importante que Dios me reveló, una verdad que solo podía recibir por haber desarrollado una vida de oración sobrenatural.

“¡Detente! ¡Estás orando mal!”
“¡Detente! ¡Estás orando mal!”. Eso fue lo que Dios me dijo un día mientras estaba en oración profunda. En ese momento trabajaba a tiempo parcial en un call center. Me sentía muy frustrado porque no podía dejar ese trabajo para poder trabajar a tiempo completo en la congregación que estábamos plantando en Manitou Springs, Colorado.

Ese día estaba orando desde un lugar de frustración. Decía: “Dios, oh Dios, ¡por favor haz crecer la Iglesia! ¡Aumenta las finanzas!”. En ese momento pude oír a Dios hablando claro como una campana: “¡Detente! ¡Estás orando mal!”. ¿Qué? ¿Cómo podía ser esto? Estaba orando muy duro. Mientras caminaba rodeando el espacio de 1000 pies cuadrados del santuario en los primeros días de la “Revolution Church”, en realidad sentía que estaba haciendo lo correcto. ¿Dios no quería que la Iglesia creciera?

Luego Dios dijo algo que nunca olvidaré: “Estás orando como si te estuviera resistiendo. ¿No te das cuenta que puse esos deseos en tu corazón? ¿Por qué me ruegas por un deseo que Yo mismo inicié? ¡Yo te entregué el deseo primero!”. ¡Wow! Eso arruinó toda mi percepción sobre la oración. Debía pensar de una manera diferente.

Luego Dios dijo: “Hay alguien que también te resiste. El enemigo no quiere que se cumplan estos deseos que establecí en tu corazón. El enemigo es contra quien debes pelear”.
¡Esto me lanzó hacia una nueva dimensión de oraciones violentas y llenas de fe! Me sentí impresionado que Dios quería que practicara esta nueva revelación que me había entregado. Me dijo que quería que pasara más tiempo en oración e iniciara un avivamiento en la ciudad. Me pidió que dejara mi trabajo en el call center. Fui atrapado por el corazón de Dios y supe que era mi turno para aplicar su voluntad. ¡El enemigo se debe ir!

Luego dije: “En el poderoso nombre de Jesucristo, te ordeno diablo que salgas fuera. ¡Sal de mi agenda! ¡Declaro que el corazón de Dios es que deje mi trabajo e impulse su Reino full-time en Manitou Springs! ¡Cómo te atreves a tocar los planes de Dios!”.

“¡Muchos están clamando a Dios para que se manifieste en la dimensión natural, mientras Él nos está llamando a manifestarnos en su dimensión sobrenatural!”

1 Juan 5:14-15 dice: “Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido”.

Oré conforme a la voluntad del Señor. Él quería que trabajara full-time en el ministerio. Una semana más tarde y en una congregación de unas 35 personas, recibimos un cheque por 50000 dólares en la ofrenda del domingo. La semana siguiente recibimos una ofrenda de 25000 dólares. Comencé a trabajar full-time dos semanas más tarde.

Ese dinero fue “más que suficiente”. Además, lo usamos para movernos a un local de 27000 pies cuadrados. Dios siempre quiso que tuviéramos eso. El enemigo no quería. Yo estaba orando mal. Estaba orando como si la provisión hubiera estado alejada de Dios. En realidad, Dios ya la había impartido y yo debía tomarla para abrirme paso todo el camino a través de la resistencia del enemigo

¿Su oración es un impedimento?
Otra historia tuvo el mismo impacto sobre mi vida. Una vez más me encontraba en un lugar de “oraciones en frustración”. Estaba clamando para cubrir algunas necesidades. Estaba golpeando las puertas del Cielo con oraciones apasionadas por las finanzas, entre otras cosas. Una vez más volví a oír la voz de Dios profundo en mi espíritu: “Tus oraciones son un impedimento”¿Qué? ¿Escuché correctamente? Dios me dijo que mi oración en ese momento traía más daño que beneficios. Debía detenerme si había planeado continuar en esa dirección.

Luego el Señor dijo: “Sin fe es imposible agradarme. La duda en la oración asegurará la falta de respuesta”Ok, el Señor atrapó mi atención. Medité en esto y estaba peleando con estos asuntos. No quería dudar. Más que nada, quería ser un hombre de fe. Quería que estas piezas encajaran juntas para poder arribar a alguna conclusión. ¡Dios me estaba diciendo que no orara mi oración! Aun así, seguía teniendo asuntos sin resolver que demandaban un milagro. ¡Qué solo me sentía!

Luego vino la respuesta. Dios me preguntó por qué estaba orando por algo que ya me había prometido en su Palabra. Me prometió suplir todas mis necesidades conforme a sus riquezas en gloria. ¡El solo acto de pedirle a Dios que supliera mis necesidades, revelaba mi falta de fe en confiar que todo ya estaba hecho! Yo estaba tratando de convencer a Dios que haga algo que ya había resuelto. Mi oración evidenciaba mi duda y eso resultó en oraciones sin respuesta.

La Biblia revela que el hombre es así como piensa en su corazón (Proverbios 23:7). La duda estaba en mi corazón. También revela que de la abundancia del corazón habla la boca (Mateo 12:34). Estaba hablando incredulidad. Finalmente, la Biblia revela que el poder de la vida y la muerte están en la lengua (Proverbios 18:21). ¡La incredulidad en mi corazón se manifestaba decretando muerte sobre mis finanzas! Hubiera sido mejor si nunca hubiera orado.

Marcos 11:24 dice: “Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán”.

¡En la oración no se permite rogar, coaccionar, tratar de convencer o dudar!

Santiago 1:5-8 dice: “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo que hace”.

Oímos a Dios y luego declaramos cómo la situación se debe conformar a su voluntad. Nos saca de una posición de derrota y pasividad, hacia una posición de victoria, hacia la violencia espiritual y hacia una fe poderosa. ¡Pasamos de ser afligidos a afligir al enemigo!

John Burton

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