jueves, 6 de octubre de 2022

“Será así como Él lo prometió”

 

Por Andrew Towe

Prepárate para que una fuerza sobrenatural se apodere de la tierra. Es hora de un avivamiento mundial y de que reclames lo que Dios te prometió. No te eches atrás ni te entregues a la desesperación. El plan de Dios está en marcha.

Escuché al Señor que decía: “El enemigo trajo desánimo y cansancio sobre muchos de mis hijos. Algunos están a punto de rendirse. Profetiza a sus huesos secos y dispersos, diciéndoles: 'Vivirás y resucitarás. Pronto se apoderarán de la tierra, y será tal como lo prometí. Te sacaré del desierto seco y reseco. Probarás la lluvia del Cielo’”.

Despertar las semillas de la cosecha tan esperada

“Mi lluvia sobrenatural despertará las semillas y hará brotar repentinamente una cosecha largamente esperada. Los guerreros cansados recibirán fuerza y pasarán de un estado de falta de vida, a un lugar elevado de influencia”.

“Adviérteles, sin embargo, que no se dejen engañar. El espíritu del engaño está tratando de atraparlos para que se pierdan lo que estoy haciendo. Deben mantener sus oídos sintonizados con Mi voz. No escuchen nada que sea contrario a lo que dije. Acércate, porque te estoy llamando a otro nivel de intimidad conmigo. La nube de Mi gloria liberará la abundancia de una lluvia de avances maravillosos. Mantén tu corazón puro y comprometido conmigo. El tiempo es ahora”.

Deuteronomio 11:8: “Por eso, cumplan todos los mandamientos que hoy les mando, para que sean fuertes y puedan cruzar el Jordán y tomar posesión de la tierra”.

Beberás la lluvia del cielo en la Tierra de la Promesa

Dios está atrayendo a su pueblo hacia un lugar de consagración y obediencia. Serás fortalecido para tomar la tierra que Dios te prometió. Se terminó la pasividad para la Iglesia. El pueblo de Dios debe vivir despierto, alerta y en movimiento hacia adelante. No es el momento para cederle terreno al enemigo. Es el momento para tomar el control.

Deuteronomio 11:10-12: “Esa tierra, de la que van a tomar posesión, no es como la de Egipto, de donde salieron; allá ustedes plantaban sus semillas y tenían que regarlas como se riega un huerto. En cambio, la tierra que van a poseer es tierra de montañas y de valles, regada por la lluvia del cielo. El Señor su Dios es quien la cuida; los ojos del Señor su Dios están sobre ella todo el año, de principio a fin”

Observa que el texto del pasaje anterior dice: “Porque la tierra en la que van a entrar y tomar posesión, no es como la tierra de Egipto...”. En otras palabras, la tierra que Dios había preparado para sus hijos, no era como el lugar de esclavitud donde tenían que cavar zanjas de riego, entregándose al trabajo duro porque había muy poca lluvia en Egipto. Dios los llevó hacia un lugar donde había “mucha lluvia”. La versión King James la describe como una tierra que “bebe agua de la lluvia del cielo” (Deut.11:11).

¡Escucha! Dios está prometiendo que tú también beberás el agua del Cielo en la tierra que Él preparó para ti.

¡El Espíritu del Engaño ha sido expuesto! No creas sus mentiras

Dios les advirtió a los hijos de Israel que, si se engañaban, se alejaban de Él y adoraban a otros dioses, eso haría que Él cerrara el cielo y retuviera la lluvia.

Deuteronomio 11:16: “¡Cuidado! No se dejen seducir. No se descarríen ni adoren a otros dioses, ni se inclinen ante ellos”.

El diccionario define al engaño como “el acto o la práctica de engañar (mentir, engañar u ocultar o distorsionar la verdad)”.

Un ejemplo del engaño del que habló Dios, quedó demostrado en el Edén. Allí, el espíritu del engaño se apoderó primero de Eva y luego de Adán. Satanás la convenció de que comer el fruto que Dios había prohibido, los haría ser más como Él. El engaño hizo que ya no se les permitiera habitar en el Huerto que Dios había preparado para ellos. Además, trajo una maldición sobre la tierra a la que fueron enviados.

No permitas que te engañen las circunstancias, las noticias, la economía, los falsos profetas o cualquier otra voz mentirosa. En esta hora quedó expuesto el espíritu de engaño que intentó gobernar. Rechaza sus mentiras y llénate de la Palabra de Dios. Se cumplirá todo lo que Dios te prometió.

Números 23:19: “Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice?”.

Isaías 55:11: “así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos”.

Una nueva dimensión de dominio

Beberás la lluvia sobrenatural del Cielo. Estás entrando en una nueva dimensión de dominio. No eres una víctima de tus circunstancias. Eres más que un conquistador. Dios te entregó las llaves del Reino de Dios. ¡La victoria es tuya!

Romanos 8:37: “Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”.

Andrew Towe

(www.elijahlist.com)

 

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