Por Christy Johnston
Una mañana me desperté con estas palabras quemando en mi corazón: “Arrebata el despojo de la guerra”. Instantáneamente recordé una historia de 2 Reyes
7:1-11. Mientras leía la historia, fui abrumada con anticipación, mientras
atrapaba el corazón del Espíritu diciéndome que este es el tiempo para reclamar
el territorio.
Me sentí impulsada
a compartir esta palabra con usted. Lo aliento a no leerla solo por encima (no
la lea solo como una palabra bonita y motivadora), atrápela activamente y
hágala propia para su vida, su familia y su nación.
Creo que hay una
invitación dentro de esta revelación, a salir del lugar de la “debilidad de la batalla” para entrar en la “celebración y el festejo”. Creo que es una
ventana de oportunidad única para avanzar sobre el territorio del enemigo y
arrebatar lo que le pertenece por derecho al Reino de Dios.
Creo que el Padre
nos está enseñando en esta hora cómo movernos desde la guerra con “mentalidad de batalla”, hacia la guerra con “mentalidad de victoria”, donde no seremos
abrumados por la oposición que nos pudiera rodear. En
lugar de ello, nos afirmamos muy por encima de ella y revertimos la marea de la
batalla, usando sus estrategias y perspectivas. El Señor nos está
enseñando a ganar las batallas desde sus alturas celestiales, en lugar de ser
derribados en el polvo.
Desde el hambre hacia la plenitud
La narrativa
dentro de 2 Reyes 7:1-11 continúa desde una historia que nos dice que había una
hambruna severa en Samaria. Para complicar más las cosas, fueron arrastrados
hacia un conflicto con los sirios. Un vasto ejército de sus soldados rodeaba Samaria
y mantenían a la población bajo un sitio.
El profeta Eliseo
se mantuvo con el pueblo de Dios durante este sitio y en el verso uno, le
profetizó al rey de Samaria para decirle que estaban por ver la apertura en una
sola noche. Dijo: “Oíd palabra de Jehová: Así
dijo Jehová: Mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y
dos seahs de cebada un siclo, a la puerta de Samaria” (2 Reyes 7:1).
Mientras estudiaba
este verso, descubrí que el pueblo de Dios en Samaria (parte del antiguo Israel)
estaba sufriendo una hambruna tan severa que compraban seis veces menos comida
(alimento de la calidad más vil y despreciable) por cinco veces el precio de lo
que Eliseo estaba profetizando. En esencia, Eliseo les estaba diciendo: “Mañana a esta hora serán capaces de comprar seis veces
más de la mejor comida, por la quinta parte del precio que están pagando hoy
por lo peor de lo peor”.
El verso 2 dice: “Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba,
respondió al varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el
cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no
comerás de ello”.
Sentí que esto era
significativo para usted y para mí ahora mismo, porque oí que Dios decía sobre
nosotros: “Las hambrunas que atravesaste, las
dificultades por las que caminaste, las batallas y las guerras que te
asediaron, llegaron a un punto final. Verás un cambio y una apertura imposibles”. Creo que Dios está diciendo que su
pueblo está por ver “victorias y aperturas en
una sola noche”.
Pude oír en mi
espíritu que, en breve, muchos estarán diciendo: “Mira
lo que hizo el Señor”.
Aquí la
advertencia es esta: No sea como el oficial que
cuestionó la profecía. Porque en su cuestionamiento, Eliseo le dijo que vería
el despojo de la guerra con sus ojos, pero no lo probaría con su boca. Creo que
es tiempo para establecer nuestra fe para lo imposible. Si Dios lo dijo, Él lo
hará.
Para mí es notable
que el rey “descansara” en este “oficial de duda”.
Esto me dice muy fuerte que necesitamos considerar sobre qué estamos apoyando
nuestra fe. ¿Estamos apoyados en el brazo
de la voz de la duda, el desánimo, el temor y las dificultades pasadas o descansamos
nuestra fe en el brazo del único Fiel, nuestro Defensor, El que nos hizo la
promesa y también la guarda?
Quiero alentarlo
hoy a dejar de apoyarse en la derrota y apoyarse pesadamente sobre el brazo de
Aquel que es fiel y verdadero hacia su promesa. Apóyese en sus palabras hoy: “La ayuda va en camino. La victoria está en camino,
porque mañana probarás el despojo de la guerra”.
Se levanta el asedio
Amo que los héroes
de esta historia no sean los soldados valientes, ni el rey o su gran ejército.
Los héroes que salvaron al pueblo de Dios en este capítulo fueron los cuatro
enfermos de Lepra que estaban sentados en las puertas de la ciudad. En hebreo,
la palabra para Lepra se deriva de una raíz que significa “azotar”. Podría
decir que estos hombres atravesaron azotes y dificultades interminables.
Es significativo
notar que los enfermos de Lepra eran típicamente rechazados en tiempos antiguos
entre los hebreos. Por la ley, no podían andar entre la gente y eran desechados
de la sociedad. El hecho que los cuatro enfermos de Lepra estuvieran sentados
en las puertas de la ciudad, un lugar prominente donde se hacían negocios y
transacciones importantes, se juzgaban asuntos, se hacían los anuncios públicos
e incluso se pronunciaban las palabras proféticas que el Señor enviaba por
medio de sus profetas, me dice que estos “desechados”
no debían estar en ese lugar.
Sin embargo, tengo
la sensación que se levantó dentro de ellos un espíritu de coraje para que
pudieran acercarse al lugar donde se hacían las conversaciones importantes que
involucraban la suerte de sus propios destinos. Creo que el Espíritu de Dios
hizo que vencieran la adversidad que los había plagado y los llevó a estar en
el lugar correcto, en el tiempo oportuno.
Al estar en las
puertas de la ciudad, pudieron oír a Eliseo mientras le entregaba esta
declaración profética profunda al rey. En realidad, creo que lo oyeron
directamente, porque en 2 Reyes 7:3-4 dice: “Si
tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos
en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora, y
pasemos al campamento de los sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y
si nos dieren la muerte, moriremos”. La
profecía encendió el coraje dentro de ellos.
Creo que Dios les
está hablando a los que atravesaron muchos años de dificultades continuas y “azotes” en
el pasado, y para aquellos que se vieron a sí mismos aislados y desechados como
resultado del sufrimiento intenso. Creo que esto también es para aquellos que
fueron desechados en la Iglesia, por así decirlo, sea por elección o por las
opiniones de otros. Dios los está atrayendo, porque está unificando a la Esposa
en esta hora única de la historia.
A todos aquellos
que perdieron la habilidad para creer que Dios podría usarlos o podía hacer
algo a través de usted, el Espíritu Santo los está llevando hacia una posición
donde Él hará que estén en el lugar correcto y en el tiempo oportuno, y también
llenará sus corazones con coraje, así como ocurrió con estos hombres.
Pude oír al Señor
que le decía hoy a usted: “¡Este es tu tiempo!
Te estoy llamando a acercarte y volver a ser parte de nuestra conversación. Te
estoy llamando a ser una parte significativa de mi liberación y mis respuestas.
Te estoy llamando a un lugar de prominencia e importancia en las puertas del
espíritu”.
Se despertará el
coraje dentro de su vida mientras Él lo ubica en las puertas de su Reino para
darle las estrategias de su corazón para avanzar sobre los asedios del enemigo
sobre su vida, la vida de su familia e incluso las naciones de la tierra. Pequeños
pasos de fe serán recompensados con un avance sobrenatural de su Espíritu.
El verso cinco
dice que los cuatro enfermos de Lepra se levantaron al atardecer y fueron al
campamento de los sirios. Por un momento, considere las implicaciones de esto. Estos
cuatro enfermos de Lepra no tenían ejército. No tenían armas. Nada con qué
defenderse a sí mismos. Atravesaron muchos años de dificultad y, como
resultado, se debilitaron en estatura y energía. Sin embargo, debido a que
oyeron la palabra profética del Señor por Eliseo, lograron recuperar lo que habían
perdido en fuerzas y capacidad, cuando se levantaron en fe y en coraje.
¿Cuántas veces
oímos una palabra profética del Señor y en lugar de actuar sobre ella, nos
sentamos y esperamos que Dios haga algo? Dios está hablando fuerte y claro
ahora mismo: “Necesitas moverte. Pon tu fe en lo
imposible y da el paso profético de fe que te estoy mostrando. Mientras te
mueves, Yo me moveré”.
Con demasiada
frecuencia nos hablamos a nosotros mismos sobre las aperturas que Dios quiere
desatar a nuestro favor, todo para convencernos que no calificamos, no
encajamos, no estamos listos, no estamos equipados o no tenemos fuerzas. Recibimos
la palabra profética, pero luego esperamos una confirmación tras otra.
Dios le está
gritando desde los cielos hoy: “Las aperturas
que deseas están al otro lado de pasos simples de fe y obediencia. No necesitas
todas las respuestas en el momento. Oye mi palabra profética y responde. Debes
poner un pie detrás del otro y haré que tus pies suenen como los cascos de
muchos ejércitos y harás huir a los enemigos delante de ti”.
Saquee al enemigo: ¡Arrebate su despojo de guerra!
Mientras los
cuatro enfermos de Lepra caminaron hacia el campamento del enemigo, los versos
seis y siete dicen: “Porque Jehová había hecho
que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de
caballos, y estrépito de gran ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí, el
rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los heteos y a
los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros. Y así se levantaron
y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el
campamento como estaba; y habían huido para salvar sus vidas”.
Cuando los cuatro
hombres arribaron al campamento, todo lo que encontraron fue un campamento
militar abandonado, repleto con el despojo de la guerra. Comenzaron a comer y a
beber, tomando oro, plata y vestidos para ellos. Luego volvieron a Samaria para
comunicarle al rey las noticias. Luego los guardianes de las puertas de la
ciudad proclamaron las noticias de victoria.
Dios provocó el
sonido de un ejército poderoso para que fuera delante de estos cuatro hombres. ¿Imagine
lo que puede hacer a través de sus pasos de fe y obediencia? Dios no solo usó
la fe de estos cuatro hombres para terminar el asedio, sino para terminar con el
hambre. Su fe afectó las vidas de toda la ciudad de Samaria. Su acto de fe
cumplió la palabra profética del Señor a través de Eliseo y así como lo
profetizó el día anterior, el pueblo compró 6 veces la cantidad de los granos
más finos, por la quinta parte del precio que tuvieron que pagar por lo peor de
los granos, solo un día antes.
Pude oír al Señor
que les decía a los que estuvieron debilitados, derribados, abatidos,
rechazados y desechados: “Este es tu día de
liberación. Este es tu día de apertura, porque haré que tus pies, tus pasos de
fe, despojen el campamento del enemigo que te asedió y arrebatarás el despojo
de guerra. Esta victoria no solo te afectará a ti mismo, sino a todos los que
te rodean”.
“Ahora levántate. Sal de tu lecho de decepción y camina. Mientras
caminas, Yo voy delante de ti, porque te llamé este día para despojar el
campamento del enemigo. Deja de mirar las vastas imposibilidades, déjame
ocuparme de todas tus preguntas y tus dudas. Tu trabajo solo es caminar en
respuesta hacia donde te estoy enviando. Luego, probarás el despojo de la
guerra, comerás el despojo de la victoria”.
“Las mismas respuestas que usó el enemigo en tu contra, ahora estarán en
tus manos para liberar a otros. El mismo terreno donde habitó el enemigo, ahora
será ocupado por mi pueblo. La misma riqueza en la que caminaban los perversos,
ahora vendrán sobre ti para impulsar mi Reino”.
“Ahora, levántate y avanza como te dije. Fuiste destinado a reclamar
territorio para ti mismo, para tu familia y para tu nación. Aunque hoy tuviste
que comer de la hambruna, mañana comerás de la plenitud”.
Creo que este “avanza” es un paso de fe en el llamado que
Dios les hizo a muchos que fueron dejados de lado. No estoy sugiriendo que deje
su trabajo, sino que tome el paso de fe en la dirección en la que Dios lo está
guiando. Mientras avanza, se abrirán las puertas. Para algunos, esto
significará que necesitan afirmarse con coraje y volver a soñar los sueños
grandes del corazón del Señor. Para otros, Él puede estar llamándolos a las
dimensiones de gobierno.
Donde sea que el
Señor lo esté guiando, yo sé que Él nos está llamando a recuperar el territorio
y ocupar los lugares de la tierra que estuvieron bajo las garras del enemigo. Muchos
fueron demasiado temerosos, incluso para dar un paso de fe, pero creo que la
apertura, las victorias y el despojo de la guerra que tanto tiempo estuvimos
esperando, se encuentran al otro lado de un simple paso de fe y obediencia.
Note que los cuatro
enfermos de Lepra ya no podían estar más donde se encontraban, no podían retroceder,
porque sabían que habían puesto en marcha la palabra profética que oyeron. Estoy
aquí para profetizarle hoy: “Hay un
apresuramiento en la apertura y la promoción para usted. Las guerras que
atravesó dejaron un despojo que están a su disposición, si tan solo rinde su fe
hacia Él y lo sigue hacia dónde lo está guiando. ¡Ahora avance y atrape el
despojo de la guerra!”.
Es tiempo para que
el pueblo de Dios ocupe el territorio que le pertenece. Mientras nos movemos,
Él se moverá. ¡El Señor está esparciendo a nuestros enemigos delante de
nosotros!
Christy Johnston
2 comentarios:
Gloria a Dios
MUY GENTIL ADORAMOS A DIOS Y CREEMOS LA LINDA PALABRA PROFETICA QUE NOS ENVIO . GRACIAS BENDITO DE DIOS YIRALDY . CCN CIUDAD BOLIVAR . VENEZUELA .
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