miércoles, 12 de agosto de 2009

“Cuidado con las emboscadas”

Por Chuck Pierce

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Estoy orando por cada uno de ustedes y declarando que podrán ver las emboscadas en su camino (Esdras 8).

Pude oír al Señor diciendo: “Detente y mira. No te apresures en este tiempo. Vigila por tres días y procede con cuidado. Hay una protección divina que estoy posicionando sobre tu cabeza mientras te mueves con mayor profundidad en Mis planes. Hay una alineación divina para la guerra que estoy orquestando para que puedas avanzar hacia las mayores promesas que te están esperando”.

“¡Mantén un ojo abierto porque el enemigo ama engañarte para detener tu avance y tu desarrollo en este tiempo! Algunos quedaron a un costado del camino y otros se detuvieron por completo. Debo volver a movilizar a muchos. Necesito que no pierdas tu momentum en esta hora; avanza con cuidado, pero sigue avanzando. ¡Estás a punto de lograr tu propósito!”.

Chuck D. Pierce

“América… ¡no vendas tu primogenitura!"

Por Bill Yount

clip_image004Pude ver una gran batalla en los cielos mientras se abría una ventana de oportunidades por un espacio de tiempo sobre nuestro continente para ser redimido por la Sangre del Cordero. Pude oír la voz fuerte de un ángel que proclamaba y atravesaba los poderes de las tinieblas sobre el continente… “América… ¡no pierdas tu primogenitura!”

Por la sanidad de nuestro continente, cuida tu boca por los próximos cuarenta días. Ayuna de todo pensamiento negativo, palabras críticas y cualquier tipo de acusaciones.

“Señor, ponme en la boca un centinela; un guardia a la puerta de mis labios” (Salmo 141:3)

Siento que entraremos en un espacio crítico de tiempo durante los próximos 40 días, mientras nos arrepentimos y nos acercamos al Señor. Siento que durante este tiempo, las palabras que hablamos y en especial lo que concierne a nuestro continente, tendrán un tremendo poder para determinar la respuesta del Señor a nuestro clamor. Siento como que nuestras palabras serán amplificadas en la realidad del espíritu durante este tiempo.

Dios oirá, ¡pero también el enemigo! Muchas de las batallas y las aperturas se ganarán por las palabras que hablamos. Recuerda que en tu lengua está el poder de la vida y la muerte. Siento que el Señor dice: “¡América... decreta tu promogenitura!”

Oí de una congregación que sintió que el Señor los desafiaba a ayunar de toda palabra y pensamiento negativo por cuarenta días. Hacia el final de los cuarenta días, ¡hubo testimonios tremendos de milagros, aperturas financieras y reconciliación personal!

La boca de Israel les impidió acceder a su herencia… ¡murmuraron y se quejaron del liderazgo de su nación!

Murmurar y quejarse del liderazgo de Moisés, se transformó en una raíz de amargura que les impidió a los israelitas entrar a la tierra prometida. Siento que necesitamos recordar, especialmente durante los próximos cuarenta días, tener cuidado con lo que hablamos sobre el liderazgo de nuestra nación, iglesia y sí, esposos y padres de nuestras familias. Quizá sea sabio orar por el partido opositor al suyo, sea cual sea.

Si eres un líder, recuerda que Moisés también quedó fuera de su herencia por enojarse en contra del pueblo al golpear la roca, en lugar de hablarle. Como líderes debemos ser cuidadosos para hablar animando y no provocar a nuestros seguidores a la ira.

Si nuestra boca puede dejarnos fuera de nuestra herencia, ¡nuestra boca también puede hacernos entrar en ella!

Es interesante que aún con todo el pecado, los gigantes y la maldad en la tierra de Canaán, para Dios era una “tierra buena, que fluye leche y miel”. Aún cuando el reporte perverso se basó en el tamaño de los gigantes, Josué y Caleb respondieron: “Si los gigantes son tan grandes, ¡imagínense el fruto de esa tierra!”. A los dos les costaba cargar un racimo de uvas en un palo.

“Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes” (Salmo 27:13)

Creo que el Señor abrirá nuestros ojos y oídos, mientras cerramos nuestras bocas mucho más durante los próximos cuarenta días. Nos mostrará cosas grandes y poderosas que nunca antes vimos u oímos. Comenzaremos a ver el bien de nuestra tierra; el fruto, en lugar de los gigantes y los malvados. Luego comenzaremos a orar y decir lo que Él dice acerca de nuestra nación. Creo que incluso comenzaremos a hablar bendición sobre la tierra que pisamos.

Háblale a tus montes, cántale a tus valles y bendice las costas… “¡esta Tierra fue hecha para ti y para mí!”

Pude oír a las montañas Rocosas, al Gran Cañón y a las propiedades de las costas clamando al Cielo: “¡No te vayas de mí!”. Pude oír a la tierra misma gimiendo, desde California hasta Nueva York, desde los bosques hasta las aguas de la Corriente del Golfo. ¡Estaba pujando mientras clamaba por la manifestación poderosa de los hijos de Dios!

¡Una bendición verbal es muy poderosa para revertir la maldición de la tierra!

Recuerde el viejo dicho: “¡Si no puede decir nada bueno, entonces no diga nada!”. Mientras veía nuestras palabras de bendición sobre la tierra de nuestro continente, casi todo el territorio era cubierto por la unción y el señorío del pueblo de Dios, en respuesta a nuestro amor y ternura. Este período de tiempo es perfecto para hablar las palabras de Dios y llamar a aquellas cosas que aún no son sobre nuestro continente, ¡como si fueran!

“América… ¡no vendas tu primogenitura!”

Bill Yount

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