martes, 4 de agosto de 2009

“¡Un tiempo de cosecha!”

 

Por Chuck Pierce

clip_image002Enfoque de oración de 8 días.

Amados santos del cambio:

Verdaderamente este es el tiempo para dejar atrás las cargas y pérdidas de la temporada pasada para recibir gozo y experimentar el acceso hacia su futuro. En el calendario hebreo bíblico, estamos ingresando en el tiempo de Pentecostés. Debemos hacer un “cambio” en nuestras mentes y procesos de pensamiento para dirigirlos hacia la cosecha.

El Espíritu de Dios está desarrollando, afilando o delineando nuestro futuro. Está entregando dirección, sentido y definición sobre cómo debemos movernos y cómo debemos ser en los días por venir. Nuestra vida espiritual está siendo disciplinada para que nuestro desempeño mental exceda nuestros niveles de creatividad del pasado. Se están concibiendo nuevas ideas. Debemos ver cuál es el entrenamiento que necesitamos para avanzar como instrumentos afilados. Estamos siendo remodelados para que podamos tener una nueva apariencia distintiva.

En 1 Corintios 16:8, Pablo se propuso quedarse en Éfeso hasta Pentecostés porque se había abierto una puerta eficaz para su ministerio. Hay muchas puertas nuevas que se están formando y el pueblo de Dios las está viendo en este tiempo. Sin embargo, muchos enemigos están detrás de estos accesos hacia nuestro futuro. Pero el Señor dice: “¡No te enfoques en tus enemigos durante esta estación, observa cómo se forman las nuevas puertas abiertas y prepárate para entrar en las nuevas oportunidades que cambiarán tu vida para siempre desde ahora! Te daré gracia sobre tus enemigos”.

Comprendiendo Pentecostés

La fiesta de Pentecostés se conocía como la fiesta de las semanas (Éxodo 23:16; 34:22; Levítico 23:15-21; Números 28:26-31; Deuteronomio 16:9-12; y 2 Crónicas 8:13).

Esta fiesta se guardaba a finales de Mayo y principios de Junio, 50 días después de ofrecer los manojos de cebada en la fiesta de los panes sin levadura, durante la Pascua. En este tiempo se conmemora nuestra liberación. Pentecostés es un tiempo para agradecerle a Dios por nuestras bendiciones, abundancia y regocijo sobre la cosecha.

Las características de este tiempo incluyen: Gozo, Felicidad y Celebración. Durante esta fiesta, se aparta un tiempo de ofrendas concernientes a la dedicación de los primeros frutos (Levítico 23:9-14; 2 Samuel 21:9-10; Rut 2:23). Esta es una fiesta para agradecerle a Dios por su abundancia, lo que representa bendición.

En el Nuevo Testamento hay tres referencias a Pentecostés. Aparte de 1 Corintios 16:8 y Hechos 20:16, la referencia más común es Hechos 2:1. En este día, luego de la resurrección y ascensión de Cristo, los discípulos se reunieron en una casa en Jerusalén y fueron visitados con señales desde el Cielo. El Espíritu Santo descendió sobre ellos y fueron evidentes una nueva vida, poder y bendiciones. Los 120 se transformaron en 3000 en un sólo día. ¡Pida que sus 120 se transformen en 3000!

Los primeros cristianos que se reunieron en Jerusalén para guardar esta fiesta, experimentaron el derramar del Espíritu Santo de Dios de una manera milagrosa. Pedro explicó que esto era el cumplimiento de la profecía de Joel.

Esta fiesta también era conocida como la fiesta de las cosechas (Éxodo 23:16; 34:22; Números 28:26-31; Deuteronomio 16:9-14; Levítico 23:15-22).

Las primeras gavillas ofrecidas en la Pascua y los dos panes sin levadura en Pentecostés, marcaban el comienzo y el final de la cosecha de granos, santificando toda la temporada de cosecha. El propósito de esta fiesta era recordar el final de la cosecha de granos. Su marca distintiva era la ofrenda de los “dos panes sin levadura”, hechos del trigo nuevo de la cosecha reciente que, junto con los “dos corderos”, se mecían ante el Señor como una ofrenda de gratitud. Pentecostés también era el tiempo donde se entregó la ley en el Sinaí (Éxodo 12:2,19).

En Pentecostés, el Señor escribió la ley en nuestros corazones e inició la era de la Iglesia. Esta fue la primera fiesta en la cual los cristianos participaron y celebraron. Este debe ser un tiempo de celebración cada año. Creo que comprender esta fiesta es muy importante. El aspecto espiritual de esto es necesario si nos queremos multiplicar. Lea el Salmo 147:14. Reconozca que el Señor le entregó lo mejor para el resto del año (Salmo 147:14) y preséntele una porción a Él.

¡Tiempo de cosecha!

La mayoría de nosotros no comprendemos el tiempo de cosecha. Debido a nuestras vidas complejas, estamos muy lejos de la fuente de producción de comida y del origen de nuestra provisión. La cosecha era el tiempo más importante (Génesis 8:22; 45:6). Nuestras vidas deben alinearse y reconciliarse con una mentalidad de cosecha (Génesis 30:14; Josué 3:15; Jueces 15:1; Rut 1:22; 2:23; 1 Samuel 6:13; 2 Samuel 21:9; 23:13).

Revise y chequee cuando usted o su línea de sangre familiar tuvieron un tiempo de apertura y avanzaron en alguna clase de cambio de mentalidad o de cosecha. Decreto que usted verá cuándo entró alguna maldición en su línea de sangre para robarle. ¡Permita que el Señor le recuerde estos eventos que vinieron para matar, robar y destruir el progreso de su cosecha!

Permita que suceda esto:

Un tiempo de reunión (Zacarías 8).

Un tiempo de juicio (Jeremías 51:33, Joel 3:13, Apocalipsis 14:15).

Un tiempo de gracia (Jeremías 8:20).

Un tiempo para oír Buenas Nuevas (Mateo 9:37-38; Juan 4:35).

El final de una estación y el comienzo de otra era de provisión (Mateo 13:39).

Debemos comprender que la cosecha es un proceso:

La semilla se disemina y se entierra hacia finales del invierno.

Se oraba por la lluvia, temprana y tardía (Zacarías 10).

El grano era recogido y cortado con una hoz (Deuteronomio 16:9 y Marcos 4:29).

El grano se reunía en gavillas.

El grano era llevado hacia la piedra de moler.

Se usaban herramientas para moler. Usted tiene herramientas para cosechar.

El grano era aventado (arrojado hacia el aire). Permita que el viento se lleve su paja.

El grano remanente se sacudía en un tamiz (Amós 9:9). Algunos de ustedes están en este proceso.

El grano se llevaba al granero. Encuentre su granero.

Debe proteger su cosecha porque ella tiene grandes enemigos:

La sequía: Pídale al Señor que identifique y elimine toda su sequía.

Invasión de langostas: Pídale al Señor que remueva cualquier plaga que devore su cosecha.

Enfermedades de las plantas: (moho, hongos). Pídale al Señor que remueva todos los hongos en su vida.

Vientos calientes y abrasadores: Pídale al Señor que revierta cualquier viento adverso.

Guerra: El enemigo quiso arruinar la tierra. Declare que cualquier enemigo que comió su cosecha huirá de su tierra.

Primeros frutos: Una clave para la bendición

Esta fiesta también era llamada “el Día de los Primeros Frutos” (Números 28:26) porque marcaba el comienzo del tiempo donde la gente traía ofrendas de primeros frutos. Era una fiesta de gozo y gratitud por la finalización del tiempo de cosecha. Luego se presentaban estas ofrendas como una “ofrenda mecida” por el pueblo. Los primeros frutos cosechados, las uvas, los granos, el aceite, el vino y los primeros vellones, se entregaban como ofrendas (Éxodo 22:29; Levítico 2:12-16; Números 18:12; Deuteronomio 18:4; 2 Crónicas 31:5; Nehemías 10:35, 37, 39; Proverbios 3:9; Jeremías 2:3; Romanos 11:16).

En este tiempo, el Señor recibía el crédito como la fuente de la lluvia y la fertilidad (Jeremías 5:24). En el Nuevo Testamento, el Espíritu Santo vino sobre los discípulos en Pentecostés (Hechos 2:1-4), en el tiempo donde los judíos de diferentes naciones estaban en Jerusalén para celebrar su fiesta anual. El intervalo entre Pentecostés y los tabernáculos era el tiempo para ofrecer los primeros frutos. Pídale al Señor por su ofrenda de primeros frutos.

Enfoque de 8 días de oración

Este es un tiempo para orar por la cosecha. El siguiente esquema de 8 días de oración, lo ayudará a comprender y entrar en su tiempo de cosecha:

Día 1: Lea Oseas 6, especialmente el verso 11. Pídale al Señor que lo reviva y lo levante. Pídale que le revele su cosecha personal. “¡A ti también, Judá, te espera la cosecha de tu maldad! Cuando cambie yo la suerte de mi pueblo”.

Día 2: Lea Éxodo 23, especialmente el verso 16. “La fiesta de la cosecha la celebrarás cuando recojas las primicias de tus siembras. La fiesta de recolección de fin de año la celebrarás cuando recojas tus cosechas”. Gracias Dios por guiarme. Anhele seguirlo. Agradézcale por entregarle los primeros frutos.

Día 3: Lea Génesis 2 y 8:22. “Mientras la tierra exista, habrá siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, y días y noches”. Pídale al Señor que le revele su tiempo de cosecha personal.

Día 4: Lea Juan 16:7 y 13. El antiguo festival judío obtuvo un nuevo significado para la Iglesia por el derramar del Espíritu Santo prometido. Pídale al Espíritu Santo que lo llene con una Unción nueva y fresca.

Día 5: Lea Juan 17. Desarrolle la comunión. Pídale al Señor que le revele cualquier relación horizontal que no sea correcta.

Día 6: Lea Job 5, especialmente el verso 5. “Los hambrientos se comen su cosecha, y la recogen de entre las espinas; los sedientos se beben sus riquezas”. Pídale al Señor que le muestre cómo el enemigo pudo acceder a su cosecha.

Día 7: Lea 1 Samuel 12, especialmente el verso 17. “Ahora no es tiempo de lluvias sino de cosecha. Sin embargo, voy a invocar al Señor, y él enviará truenos y lluvia; así se darán cuenta de la gran maldad que han cometido ante el Señor al pedir un rey”. Pídale al Señor si hay algún juicio en su cosecha.

Día 8: Lea Proverbios 6:8. Se menciona la mentalidad de cosecha de las hormigas como una lección para los holgazanes. Quiebre toda apatía que le impide avanzar. Memorice Proverbios 20:4. “El perezoso no labra la tierra en otoño; en tiempo de cosecha buscará y no hallará”. Pídale al Señor que le revele cualquier área de vagancia en su vida que haya impedido su cosecha. Medite en Proverbios 10:5. “El hijo prevenido se abastece en el verano, pero el sinvergüenza duerme en tiempo de cosecha”. Quiebre el espíritu de sueño. Pídale al Señor que le muestre si se detuvo a descansar cuando debía congregarse.

Bendiciones,

Chuck D. Pierce

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