Por Sandie Freed
Pocos días atrás, mientras hablaba por teléfono con mi hija Kim, me dijo algo “profundamente profético”. Fue una de las frases que conocía y había oído con anterioridad, quizá con otras palabras, pero sonaba verdadera. ¡Tenía que ver con el sonar de la campana de la libertad! Me dijo: “Sabes mamá que decidí vivir cada día en su plenitud. Después de todo, ¡la vida es hoy!”.
El año pasado fue para mí, como para muchos de ustedes, uno de los años más difíciles de mi vida. Mi hermana y yo tuvimos que sepultar a mi madre, mi yerno continúa padeciendo los efectos de un tumor cerebral y, económicamente, fue uno de los tiempos más desafiantes en los últimos veinte años. Aún mientras escribo este artículo, estoy padeciendo de una bronquitis (¡La cuarta de este año!).
Algunos de mis amigos cercanos tuvieron que sepultar a sus seres queridos, perdieron sus trabajos y enfrentaron desafíos increíbles. Fue un año de “crisis” para muchos de nosotros. Tuvimos que recordar que Dios tiene el control y que la vida es hoy.
Cada día realmente merece un nuevo comienzo. Dios mantiene su pacto y nunca debemos permitir que la incredulidad tenga raíz en nuestros corazones o perderemos coraje. Cuando no somos “alentados”, a menudo perdemos nuestro “coraje” para enfrentar el futuro. Permítame señalar que, obviamente, la palabra aliento tiene que ver con la palabra coraje.
¿Cómo podemos mantener nuestro coraje durante tiempos de presión como estos? Tengo varias sugerencias y le pido que me permita ser honesto con usted; estas sugerencias vinieron a mi vida en tiempos de “presión contra presión”. Para mí fue nadar o hundirme, ¡pero decidí comenzar a nadar!
Para poder explicar lo que percibo que el Señor está diciendo en este tiempo, necesitamos analizar este tiempo tanto microscópica como macroscópicamente. A nivel microscópico, miramos profundamente en nuestros corazones como en Isaías 6:1. A nivel macroscópico, vemos ampliamente según los propósitos de Dios respecto a la eternidad.
En otras palabras, podemos vivir plenamente día a día, abandonando nuestro pasado, nuestros pensamientos y tendencias hacia el legalismo y luego comprender verdaderamente que Jesús ya pagó el precio para que seamos libres en la Cruz del Calvario. Las cosas que experimentamos a diario, mes a mes o anualmente, afecta nuestra visión sobre la vida. Estamos aquí por un propósito y lo que hagamos ahora, afectará la eternidad.
El mes judío de Elul
El mes de Elul corre desde el 1 hasta el 29 de septiembre. Amo estudiar el calendario hebreo y abrazar las verdades conectadas con los tiempos de Dios. Aquellos que siguen los meses hebreos, estarán tan excitados como yo por seguir a Dios y recibir cada bocado de conocimiento que nos capacite para acercarnos más a Él. Sin embargo, por más diligencia que ponga en el estudio y en tratar de mostrarme aprobada, siento que me quedo corta. Hay días donde me concentro demasiado en mí misma. ¡Hablando de enfocarse en uno mismo!
Debo recordarme a mí misma que no es en “mi habilidad” para hacer todas las cosas correctas, porque eso es legalismo. Tratando de vivir la vida hoy, me vi a mi misma en un patrón antiguo donde volvía a “tratar de encajar”. Me enloquecí con mí misma, hablándome a los gritos y rayando mi calendario con un lápiz (otra vez), en un día para tratar de cambiar hacia una nueva vida con Dios. Esto no funcionó porque probó que seguía cautiva por el legalismo.
Mis motivaciones personales hacia la justicia me mantenían en el camino del legalismo y la cautividad. Debo recordar que al elegir la vida, elegía la libertad. Pero fue más que ser libre de la cautividad (ataduras); ¡fue un estado de libertad!
“Si el Hijo los libertare, serán verdaderamente libres” (Juan 8:36)
La palabra “verdaderamente” es la letra griega “a” o alfa y es la primera letra del alfabeto griego, utilizada a menudo en el contexto hebreo. Implica “primero” o “comienzo”. ¡Podemos decir que los primeros pensamientos de Jesús están dedicados a liberarnos de toda cautividad! Por eso también debe ser una prioridad en mi lista. Creer que es mi responsabilidad hacer todas las cosas correctas, es un resultado del orgullo. ¡Puedo hacer todas las cosas, pero a través de Cristo!
Para mi sorpresa, cuando avancé en mi estudio sobre el mes de Elul, me di cuenta que este es un mes dedicado a un tiempo de arrepentimiento, misericordia y perdón. Antes había oído al Señor diciendo que proféticamente estamos en un tiempo de pacto y humildad. Por tanto, esta es nuestra confirmación para comprender que Dios requiere que rompamos con el ciclo del orgullo (alineado con el legalismo) y abracemos la humildad. Mientras nos arrepentimos y pedimos perdón, abracemos el Año Nuevo con grandes expectativas (me refiero a Rosh Hashaná, el Año Nuevo judío que comienza al atardecer del 29 de setiembre).
Con un microscopio, examiné mis ataduras personales de legalismo y perfeccionismo. Macroscópicamente, me di cuenta que la Iglesia también trata de estar a la altura de las expectativas de Dios, aunque todo lo que Él quiere es que dejemos ir nuestro pasado y nos movamos hacia adelante.
El pasado tiene que morir para poder “ver” al Rey en su Trono
Pude oír al Señor diciendo: “Profetiza y dile a Mi pueblo que lea Isaías 6, memorizando el verso 1. Esta es la clave para desatar su Año Nuevo”.
Ya conocía el pasaje y siempre fue uno de mis favoritos. Dice: “El año de la muerte del rey Uzías, vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono; las orlas de su manto llenaban el templo” (Isaías 6:1).
Con los años, enseñé numerosos mensajes usando este pasaje. Todos los mensajes incluyen el tema de “soltar lo viejo y abrazar lo nuevo”. Normalmente debemos morir a lo viejo para movernos hacia lo nuevo. Pero el tiempo del cual me habló el Señor, involucra un “ritmo”. En otras palabras, es un tiempo kairos, un año donde lo viejo morirá para permitirnos ver al Rey en su Trono.
¡El Rey establece su Reino y lo viejo debe morir! Experimentamos pena sobre los “reyes” y “reinos humanos”, por eso el ciclo conectado con la exaltación de los hombres debe morir. Se debe establecer el Reino de Dios y su gobierno. El reinado de Saúl está muerto. Saúl representa el viejo orden. También simboliza la edificación de los reinos de los hombres, su obstinación, orgullo y egoísmo.
Dios está buscando gente como David que tenga un corazón como el de Él. Para estas personas, Dios tiene y les entregará la Llave de David para abrir las puertas hacia el futuro. Este es nuestro tiempo para tomar las llaves del Reino y hablarles proféticamente a las puertas cerradas que nos separan de nuestro destino. Nosotros también podemos acceder a la Llave de David y alabar en nuestro camino hacia la victoria.
Para que Isaías pudiera ver a Dios, el rey Uzías debía morir. Nuestros “uzías” deben morir continuamente con el tiempo pasado. Isaías estaba bien educado y probablemente provenía de una familia bien acomodada. Es interesante ver que era de la tribu real de Judá. Pero Isaías no fue comisionado al ministerio hasta que murió Uzías. Muchos de nosotros estamos esperando entrar en un nuevo tiempo, pero… ¿Uzías ya está muerto?
Uzías significa “el Señor es mi fortaleza”. La mayor parte de su reino reflejó esta afirmación. Pero un día cometió un error fatal. Asumió presuntuosamente el oficio sacerdotal (orgullo) y encendió incienso en el lugar Santísimo dentro del templo. Esta no era su posición de autoridad. No estaba ungido ni llamado para realizar esa tarea. ¡Siempre se mantuvo humilde hasta ese día! ¡Qué fácil es olvidarse cuán deshonrados éramos antes que el Señor nos levantara! El orgullo nos ciega si no somos cuidadosos. Uzías quedó inmediatamente infectado con lepra. Quedó cautivo de inmediato.
Un Nuevo Año para cambiar vestiduras
Amados, debemos buscar a Dios para que más presunción y orgullo mueran con cada año que pasa. Dios abrió un camino de libertad ante nosotros, no permitamos que el orgullo nos contenga. Conforme al calendario hebreo, el Año Nuevo comienza en el mes de Tishrei, hacia el final de setiembre. Es un mes conectado con “ser fuertes, emprender nuevos comienzos y con los antepasados”.
Creo que si nos tomamos tiempo para arrepentirnos del orgullo en el mes de setiembre, nos moveremos con poder hacia el próximo año. El orgullo se manifiesta de una manera diferente y viene de muchas formas. El temor a equivocarnos es una forma de orgullo y eso duele, ¿verdad? Amados, demasiado a menudo no dejamos ir a nuestro pasado porque no “vemos” todo lo que Dios tiene para nosotros en el futuro (Esto también es orgullo, porque no confiamos en Dios).
Asombrosamente, nos contentamos con los odres viejos, rancios y llenos de agujeros. Ahora, ¿cómo podremos contener el vino nuevo con un odre lleno de agujeros? Sí, ¡nos derramaríamos! Nos movemos con Dios un día y lo dejamos a un lado al siguiente. (Este es un proceso establecido por Dios en el cual aprendemos y progresamos continuamente).
Nos estamos moviendo hacia un tiempo de obediencia creciente. Nos pedirá que sigamos la nube, no porque lo sintamos, ¡sino porque Él lo dice! La obediencia siempre ganará la batalla contra nuestros sentimientos. Debemos alejarnos de lo viejo, dejarlo ir está ligado estrictamente a una mayor obediencia. Tome un momento y haga eso.
Ahora, ¿pudo ver la mano poderosa de Dios extendiéndose para alcanzar lo que es suyo? Está allí, ¡sólo permita que lo atrape! Esa es la clase de sostén que Él desea. ¡Nos promete que tomará todo el dolor de nuestro pasado y nos reedificará!
También oí al Señor decir: “reedificaré las ruinas antiguas el año que viene”. Cambiaremos nuestras vestiduras de lamento y pena por vestidos nuevos de alabanza. Este próximo año será de pacto y alabanza. También será un tiempo de perdón.
Las llaves de David para restaurar las ruinas antiguas
Las llaves de David son de pacto. Las llaves también representan gobierno y autoridad, pero es más que eso. Tendremos las llaves de David que abrirán las puertas hacia lo que ya “vemos”. Abriremos lo que bloqueaba lo que vemos del otro lado. La unción profética comenzará a incrementarse porque los que tienen este don serán llenos del poder del Espíritu para “ver” lo que está esperando del otro lado de las puertas.
Alcanzar nuestro futuro requiere una unción profética fuerte. Debemos vestirnos con revelación y alabanza profética. Mientras lo hacemos, seremos llenos del poder para “ver” detrás de las puertas antiguas que estuvieron cerradas. Mientras usamos la autoridad, ¡usaremos nuestras llaves para abrir las palabras originales que el Anciano de Días habló respecto de nuestro futuro!
En tiempos antiguos, aún antes que fuéramos formados en el vientre de nuestra madre, Dios tenía un plan para nosotros; esto es ver nuestro futuro macroscópicamente. Sin embargo, también existen espíritus antiguos que están en conflicto con nuestro destino. Nuestras generaciones fueron alcanzadas y eso nos afectó a nosotros. Pero Dios reedificará las ruinas antiguas el año que viene. Vea lo que dice:
Isaías 61:1-4: “El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros, a pregonar el año del favor del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo, y a confortar a los dolientes de Sión. Me ha enviado a darles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento. Serán llamados robles de justicia, plantío del Señor, para mostrar su gloria. Reconstruirán las ruinas antiguas, y restaurarán los escombros de antaño; repararán las ciudades en ruinas, y los escombros de muchas generaciones”.
Nuestro año nuevo es un tiempo para reedificar y plantar
Una buena manera para detector las fortalezas antiguas es pensar en lo que afectó negativamente a nuestras generaciones. Por eso muchos en nuestras generaciones se inclinaron hacia la idolatría. Puede pensar que nadie en su familia adoró a un ídolo. Lo haré lo más simple que pueda, porque es más que inclinarse ante una estatua o una talla hecha por hombres. La idolatría es tener cualquier cosa que reemplace al Señor.
Al pensar en nuestras generaciones, podremos notar muchas áreas donde el Señor quedó relegado ante otros intereses. En Deuteronomio 5:7-9, Él nos ordena “no tener dioses ajenos ante Él”. Luego, observe que establece que “castigará a los hijos por el pecado de sus padres (generaciones)” (verso 9).
La palabra hebrea original para castigo es “paqad” y significa: visitar, supervisar, cuidar y depositar (Strong). Prefiero ver a Dios de esta manera. Debemos ver esto microscópicamente en relación con nuestras vidas personales y macroscópicamente (en un sentido amplio), para cambiar por completo en nuestro año siguiente. Individualmente Dios nos está visitando, examinando las señales de nuestras generaciones y esperando que “las perdonemos” por sus pecados y “perdonarnos a nosotros mismos” por permitir que los mismos pecados nos atraparan. Esta es la prescripción de Dios para sanar nuestro pasado.
Luego, desde una perspectiva más amplia, comprender que el pecado no quedará “impune”, esto significa el asunto principal de Dios justo ahora y debemos entender que Él reclama obediencia. Durante este tiempo, debemos abrazar la misericordia de Dios mientras nos perdona y perdonamos a otros. Mientras lo hacemos, debemos salir de la cautividad que llegó a ser una fortaleza y nos mantiene cautivos a nuestro pasado.
Cambiando hacia nuestro Nuevo Año
¿Estamos experimentando un cambio o una transición? La respuesta es sí. ¡Estamos experimentando ambos! Estamos en el umbral de un gran cambio y una gran transición, debemos ser como los hijos de Isacar, entendidos en los tiempos para discernir las estaciones. Dios no sólo está cambiando nuestra dirección y enfoque, también nos establece como edificadores que plantan en su Reino.
Por muchos años, creí que Dios nos estuvo cambiando para ser edificados. Estuvimos desarraigando maldiciones generacionales, desplazando a los poderes de las tinieblas y derribando a satanás de sus lugares de dominio. Sí, satanás tenía un lugar de autoridad sobre nuestras vidas, nuestras familias, iglesias, negocios y naciones. Atamos al enemigo en oración y desalojamos sus obras malignas de en medio nuestro. Ahora debemos enfocarnos en edificar y plantar.
¡No dejaremos de ser belicosos! ¡Para nada! Aún tenemos mucho trabajo para realizar en el área de la guerra espiritual. De hecho, hace falta mucha guerra espiritual para transformar esta nación. Por tanto, mientras entramos en un modo edificación, ¡seamos como Nehemías quien reedificó las murallas de Jerusalén con una cuchara de albañil en una mano y un arma en la otra! Debemos edificar, pero estar preparados para entrar en guerra en cualquier momento (Nehemías 4:17.)
Debemos estar de acuerdo que mientras nos arrepentimos de todas las fortalezas que nos mantuvieron cautivos que el Espíritu Santo nos llenará de poder para cambiar nuestras viejas vestiduras por otras nuevas. Este es nuestro tiempo para un “nuevo comienzo”. El Anciano de Días está restaurando las ruinas antiguas y nuestro Rey está estableciendo su Reino sobre la tierra.
Oración y declaración de vida
Padre, oro por cada persona que leyó este artículo. No es un accidente que me pidieras que lo escribiera. Tú tienes un plan y un propósito para cada lector. Espíritu Santo, te pido humildemente que reveles cualquier área en la vida de los lectores donde necesiten arrepentirse. Amado, permítale al Señor que le hable. Esto puede requerir algún tiempo. Luego que le hable, tome un tiempo para arrepentirse del orgullo, la presunción, el legalismo o cualquier pecado generacional.
Padre, capacita a cada persona para que pueda perdonar en sus generaciones pasadas y que también se puedan perdonar a sí mismos por cualquier forma de orgullo, idolatría o pecados generacionales.
Padre, me pongo de acuerdo con mis hermanos y hermanas en tu deseo de restaurar las ruinas antiguas en sus vidas. Nos ponemos de acuerdo en este nuevo año que recibiremos vestiduras frescas de alabanza. Señor, nos alejamos del año pasado y dejamos que muera para poder “verte”.
Padre, tomamos las Llaves antiguas de David para abrir todo lo que sabemos que profetizaste sobre nosotros respecto a nuestro futuro. En el nombre de Jesús, abrimos puertas que ningún hombre puede cerrar y cerramos toda puerta a los espíritus malignos del pasado. ¡Amén!
Amigo, afírmese y declare esto:
“En este día elijo vivir la vida. No tengo que esperar hasta mañana. Estoy listo para entrar en mi nuevo año”
Sandie Freed
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